Unicef denuncia que el confinamiento afecta a la salud mental de menores en el mundo

04 de Marzo de 2021
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La pandemia de coronavirus y sus consecuencias no solo comprometen nuestra salud física. También afectan a nuestra salud mental, particularmente de las personas más vulnerables, entre las que se encuentran los niños, niñas y adolescentes.

El impacto que la pandemia y el confinamiento podrían tener en el bienestar psicológico de la infancia ha evidenciado la necesidad -ya patente- de ofrecer a este colectivo la atención específica que precisa en materia de salud mental. El Comité de Derechos del Niño, en sus Observaciones Finales a España, ya consideró prioritario en 2018 que España adoptara una política nacional de salud mental infantil, además de asegurar la disponibilidad de personal especializado y el aumento de servicios.

En este contexto, urge que España acelere el proceso de adopción de la Estrategia Nacional de Salud Mental, garantizando una atención especial a las necesidades y derechos específicos de los niños y adolescentes. Para UNICEF España, la elaboración de esta Estrategia debería ser prioritaria dentro del plan de respuesta de la COVID-19, y desarrollada mediante Planes Autonómicos.

Restricciones

Las restricciones de movilidad han puesto en riesgo la salud mental de los más pequeños. Entre el 10 y el 20% de todos los niños del mundo experimenta algún problema relacionado con la salud mental, debido a estas medidas.

La situación vivida en España y en el mundo con la pandemia es tan excepcional, que no existen aún respuestas concluyentes sobre cuál será la afectación psicológica de niños, niñas y adolescentes en el corto, medio y largo plazo. No obstante, la experiencia acumulada en crisis humanitarias y situaciones de confinamiento, así como los incipientes estudios realizados, llevan a los expertos a afirmar la especial vulnerabilidad que tienen los niños, niñas y adolescentes y la necesidad de reforzar la detección y prevención de los problemas. Hay expertos que señalan que los niveles de estrés postraumático son cuatro veces mayores en los niños que han pasado por una cuarentena, y que estos episodios pueden llegar a darse hasta tres años después.

En España, actores tan relevantes como la Plataforma de Asociaciones de Psiquiatría y Psicología Clínica de la Infancia y Adolescencia, el Consejo de Psicología de España o la Confederación de Salud Mental de España, han alertado sobre el impacto que la pandemia y el confinamiento pueden tener en la salud mental de la población general, incidiendo en la importancia de fortalecer con urgencia la red de salud mental y de apoyo psicosocial con un foco especial en los más vulnerables a mayores, por ejemplo, en las comunidades autónomas en España.

La privación del ocio en la calle o la adaptación a las clases telemáticas ha podido ocasionar frustración en los menores que pueden ver su desarrollo mental afectado. "Con los confinamientos nacionales y las limitaciones de movimiento derivadas de la pandemia, ha sido un largo año para todos nosotros, pero especialmente para los niños", ha asegurado la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore.

Aunque casi todos los niños del mundo han vivido alguna forma de confinamiento intermitente, las condiciones de confinamiento más duraderas se dieron durante el año pasado. Unicef ha estimado que 139 millones de niños han pasado más tres trimestres consecutivos encerrados desde que fue declarada la pandemia de coronavirusel 11 de marzo de 2020.

El estudio también recoge que muchos niños y niñas se han quedado abandonados sintiendo miedo, soledad, ansiedad y preocupación por su futuro. "Cuando, día tras día, estás lejos de tus seres queridos o amigos el impacto es significativo", ha añadido Fore.

Como recuerda el Secretario General de la ONU, una buena salud mental es clave para luchar contra la COVID-19 y para salir de la crisis. Permite a las personas mantenerse sanas y seguras, y desarrollar su papel en la familia y en la sociedad, como cuidadores y trabajadores, contribuyendo además a la recuperación económica.

Si queremos reducir el sufrimiento de la población – y, en especial, de los niños, niñas y adolescentes -, y mitigar las potenciales consecuencias asociadas a medio y largo plazo (también en términos socioeconómicos), desde UNICEF pedimos al Gobierno Español, así como a todos los gobiernos autonómicos y locales

La situación ha podido ser más crítica para los menores con trastornos o que "se hayan visto atrapados en casa con un agresor", según la ONG. Por eso apuestan por poner más atención en el tratamiento de la salud mental de los menores de edad. Henrietta Fore ha destacado el caso de Latinoamérica y Caribe donde se ha demostrado que más de una cuarta parte de los menores había experimentado ansiedad y el 15 % depresión.

Los confinamientos han dejado a muchos niños que experimentan violencia, negligencia o abuso en el hogar. Una situación que ha dejado a estos niños a merced de sus abusadores y sin el apoyo de maestros, entorno familiar y comunidades.

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