Un estudio de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género publicado por el Ministerio de Igualdad pone sobre la mesa cifras escalofriantes: el 3,6% de las chicas que reconoce haber sufrido agresiones físicas de sus parejas, frente al 2,3% de los chicos que afirman que “le ha pegado” con frecuencia.
La violencia machista entre los adolescentes sigue siendo tabú en la sociedad. Ellas, a pesar de aumentar las que se consideran víctimas, apenas son el 3,6 por ciento. Pero lo más grave es que hay un 2,3 por ciento de hombres jóvenes que reconocen pegar a su pareja con frecuencia, lo que desvelaría que el número real sería muchísimo más alto.
Entre as cuestiones que plantea el estudio; “La situación de la violencia contra las mujeres en la adolescencia en España”, confeccionado por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género y presentado este viernes, esta esta pregunta: ¿Te has sentido presionada para actividades de tipo sexual en las que no querías participar? Un 14,1% de las chicas responde que sí.
Los resultados obtenidos en 2020 reflejan que las situaciones de violencia de género en el ámbito de la pareja que un mayor porcentaje de chicas adolescentes reconoce haber vivido, alguna vez o con más frecuencia, son las de abuso emocional (“insultar o ridiculizar”, por el 17,3%),control abusivo general (“decidir por mí hasta el más mínimo detalle”, por el 17,1%) y controlar a través del móvil (por el 14,9%). El 11,1% reconoce que se “ha sentido presionada para situaciones de tipo sexual en las que no quería participar”, el 9,6% que le han hecho “sentir miedo”, el 8,7% que le han dicho que “no valía nada” y el 8% que el chico que la maltrató “presumía de dichas conductas”. Al preguntar por la relación con el chico que ejerció la violencia vivida, solo el 16,9% de las adolescentes responde que sea el chico con el que salen actualmente.
El resto reconoce que es el chico con el que salía, quería salir o quería salir con ella. En la figura 1 se presentan los resultados sobre la violencia de género en el ámbito de la pareja que las chicas reconocen haber vivido como víctimas; y en la figura 2, la que los chicos reconocen haber vivido como agresores.
El porcentaje de chicos que reconoce haber ejercido cada situación de violencia de género es sensiblemente menor al porcentaje chicas que responde haberlas sufrido. Por ejemplo, respecto a las situaciones vividas alguna vez o con más frecuencia: el 2,3% de los chicos reconoce que “le ha pegado”, frente al 3,6% de chicas que reconoce haber sufrido dicha situación. El 3,1% de los chicos responde que “le ha presionado para conductas de tipo sexual en las que ella no quería participar”, frente al 11,1% de chicas que responde haberse sentido presionada a dichas situaciones.
El 2,8% de los chicos dice haberle “enviado mensajes a través de Internet o de teléfono móvil en los que la insultaba, amenazaba, ofendía o asustaba”, frente al 6,3% de chicas que reconoce haberlos recibido. Resultados que reflejan una mayor dificultad para reconocer las situaciones vividas sobre violencia de género en los chicos que las han ejercido que en las chicas que las han sufrido como víctimas. Al preguntar por la relación con la chica hacia la que los agresores dirigieron las situaciones de violencia de género reconocidas, solo el 20,7% de los chicos responde que sea la chica con la que salen actualmente. El resto reconoce que es la chica con la que salía, quería salir o quería salir con él.
Violencia sexual
A la pregunta genérica “¿te has sentido presionada para actividades de tipo sexual en las que no querías participar?, respondió afirmativamente el 14,1% de las chicas, que en casi todos los casos (97,4%) reconocieron que la presión había sido realizada por un hombre.
Considerando dicha respuesta y la de quienes respondieron que la situación en la que fueron presionadas se produjo finalmente, se encuentra que un 6,4% del total de las chicas participantes en el estudio reconocen haber sufrido violencia sexual. Las respuestas al preguntarles por la identidad de quien les presionó reflejan que la mayoría de las presiones se ejercen por el chico con el salen, salían, querían salir o quería salir con ellas (el 55,7%), seguidas de las de un chico fuera de la relación de pareja (el 47,6%), un hombre bastante mayor que yo (el 24%) y otra persona (19,7%).
Las respuestas sobre la edad a la que recibieron dichas presiones reflejan que algunas se produjeron desde muy corta edad: el 2,5% con menos de seis años; el 5,3% entre 6-9 años; el 11,6% entre 9-12; el 65,8% entre 13-15; el 41,5% entre 16-18; y el 6,3% entre 18 y 20 años. Las situaciones de acoso sexual online fuera de la relación de pareja son vividas por un porcentaje elevado de chicas adolescentes.
Las situaciones de esta nueva forma de violencia contra la mujer que un mayor porcentaje de chicas entre 14 y 20 años ha vivido una vez o con más frecuencia, son las relacionadas con mostrar (48%) o pedir fotografías sexuales (43,9%); y se sitúa en el 23,4% respecto a recibir peticiones de ciber-sexo online.
Como sucede con otras formas de violencia de género, el porcentaje de chicos que reconoce haber realizado conductas relacionadas con el acoso sexual online hacia una chica fuera de la relación de pareja es claramente inferior al del número de chicas que reconoce haberlas recibido. La situación más frecuente, reconocida por el 17,1% de chicos, es pedir fotografías sexuales online. El 7,4% de los chicos reconoce que ha pedido ciber-sexo online.
Cambios en los mensajes del entorno familiar
Los resultados obtenidos reflejan como principal diferencia una disminución muy significativa entre 2013 y 2020 de dos frecuentes mensajes sobre las relaciones de pareja relacionados con la violencia de género: “los celos son una expresión del amor”, en el que se justifica la violencia de control, y “para tener una buena relación de pareja debes encontrar tu media naranja y así llegar a ser como una sola persona”, en el que se asocia el amor con la anulación de la individualidad.
Es destacable que la menor frecuencia con la que han escuchado el mensaje sobre los celos se produzca tanto en las chicas, como y, especialmente, en los chicos. Cabe relacionar estos cambios con la disminución de la violencia de género de control que se produce entre 2013 y 2020, evaluada a través de las situaciones que reconocen haber vivido las chicas, como víctimas, y los chicos como agresores.
Respecto a los mensajes relacionados con la violencia o sus alternativas, la principal diferencia se observa en el consejo “si alguien te pega, pégale tu”. El porcentaje de adolescentes que lo han escuchado con frecuencia aumenta significativamente entre 2013 y 2020 tanto en los chicos como, y especialmente, en las chicas.
Resultado preocupante, que pone de manifiesto la necesidad de implicar a las familias en la erradicación de la violencia como forma de resolución de conflictos, sustituyéndola por procedimientos que permitan prevenirla o detenerla desde sus inicios, así como en la necesidad de que la construcción de la igualdad se oriente a la erradicación de los problemas que el sexismo imponía a cada género (la violencia en los hombres y la sumisión en las mujeres) y no en su generalización.