Al crecer, formar mi familia y empezar a entender algo de política e ideologías, sentía que todas las banderas estaban pervertidas y corrompidas. No sentía vínculo con ninguna y casi se podía decir que era apolítica.Hace unos 10 años, empezando mis andanzas en el mundo de la protección animal, empecé a sentir rechazo hacia ciertas costumbres y festejos españoles y no me sentía idénticas con esa civilización. Después de varias manifestaciones y tras la modificación de la ley de la protección animal en Catalunya, como prohibir las corridas de toros, empecé a mostrar más simpatía hacia una tierra que otra. Aún así, no pensé que nunca tendría la necesidad de manifestarme por una bandera o otra.
Desde eso, por la escuela de mi hija, por el día a día, el pueblo de Catalunya se ha ido ganando mi respeto y estima. Puedo decir que soy independentista porque Catalunya se lo ha ganado.Casi nadie en mi entorno conocía este sentimiento ya que pienso y hablo en castellano, y no había necesitado nunca explicarlo ni posicionarme en nada. Pero he visto crecer a Catalunya sola, contra un Gobierno que la somete intentando debilitarla. Poniendo trabas a su evolución social, política y económica.Llegó el 1O. Estuve en un colegio electoral. Me empapé de la solidaridad y hospitalidad de mis vecinos, sin importar que íbamos a votar cada uno. Reímos juntos, nos emocionamos juntos, y sufrimos, perplejos, al ver como las fuerzas utilizaban la violencia contra los catalanes, pensando que el próximo colegio sería donde estábamos o peor, donde estaban tus seres queridos. Todo juntos, aun mejor, unidos.Los días posteriores tras ver las reacciones de lo que empecé a llamar España, ante lo sucedido en Catalunya, yo decidí por fin comprar mi primera estelada.
Miro esta bandera con respeto y esperanza. La llevo a todas las concentraciones a las que voy porque me siento identificada y me hace sentir la necesidad de luchar por el sueño de un cambio en Catalunya.Hoy invierto mucho de mi tiempo en esa lucha sin pretender convencer ni asfixiar a quien no piense como yo. Lucha porque mejore la situación social, política y económica de Catalunya sin pretender ir contra otros. Lucha por mi libertad de expresión y la de mi pueblo sin pretender oprimir a nadie. Lucha por una seguridad sin pretender justificar ningún uso de la violencia. Luchar por un futuro mejor, hoy pensando en mis hijas, pero pretendiendo, esta vez sí, crear una Catalunya independiente y plural para todos.
Salut i República.
Ana