Escribir «nacemos para morir» es fácil cuando se está lejos de ese momento, del ocaso de nuestra vida.
Cuando un familiar tuyo está dentro de un box de urgencias, luchando por salvar su vida, y el médico que le atiende viene a encontrarte en la sala de espera, acompañado de otra médico, y te invitan a conversar en una sala, ahí esa frase se convierte en un puñal en tu corazón.
Al parecer, el testamento vital se activa cuando la persona que lo firmó ante notario, en pleno uso de sus facultades, las pierde en un momento donde su vida está en juego. Y no puede decidir por sí mismo. En el caso de mi familiar estaba en estado de shock sin saber dónde estaba.
Aunque algún agorero crea que el testamento vital, es todo o nada, la realidad es bien distinta. Una vez que el paciente recupera el juicio, los facultativos le piden que firme para dar su consentimiento en cada prueba invasiva que le puede dejar secuelas en su cuerpo, como pueda ser una simple endoscopia.
El testamento vital se activa para que se cumpla el deseo del paciente frente a la opinión de los familiares, o su necesidad de que su allegado permanezca en esta vida, aunque no sea plenamente. Yo mismo, en esa sala le pedí a los médicos que se saltarán el testamento, a lo que con enorme empatía me dijeron que no era posible, ya que era la voluntad de mi familiar ante un notario. Un 10 a todo el equipo médico que están tratando a mi familiar en el hospital Costa del Sol de Málaga.
De entre otros posibles futuros el testamento vital evita no quedarse en esta vida conectado a una máquina como un respirador. Lo cual, tanto mi familiar como el que suscribe estamos de acuerdo.
En la práctica, y en ese momento que su vida está en juego, por mi experiencia de la pasada semana, al activarse el testamento vital no le pueden hacer técnicas invasivas, como al parecer es meterle en una UCI o intubarle.
El cuerpo de mi familiar, pudo remontar el río de la vida.
Ahora, le toca a su alma decidir si quiere seguir regalándonos su presencia. Sabiendo que ya ha realizado todo lo que vinó a hacer a esta vida, y con sobresaliente. O bien, seguir su camino energético, sobre todo para hacer posible lo que lleva media vida teologizando y filosofando, hablar de tú a tú con dios.
Decida su alma, lo que decida, solo nos queda aceptar de buen grado su decisión. Porque cada segundo con mi familiar es un regalo vital, por eso se llama presente.
Un abrazo
