Ray Zapata ya tiene lo que tanto buscaba. Toda una carrera dedicada a conseguir una medalla olímpica. Al fin lo logró. El gimnasta nacido en la República Dominicana obtuvo la segunda posición en una fantástica final de suelo, en la que bordó su ejercicio de principio a fin. Éste le valió una valoración de los jueces de 14.933. Exactamente la misma puntuación que Dolgopyat. El israelí se colgó el oro por realizar un ejercicio de más dificultad, pese a ser penalizado durante la ejecución del mismo. Una lástima.
El español ya se había encontrado con grandes sensaciones en la clasificación, en la que afirmó haber hecho “uno de los mejores ejercicios de su vida”. Ese día, el 24 de julio, obtuvo 15.041, y una cuarta posición que nos hacía ilusionarnos con una medalla. Hoy, en el colosal Ariake Gymnastics Centre subió un peldaño más su nivel, al introducir movimientos de máxima dificultad que se había reservado para la final.
Una carrera en busca de medalla
Ray Zapata consigue así el gran éxito de su carrera. Antes había sido bronce mundial en Glasgow 2015, campeón en los Juegos del Mediterráneo, y se había colgado innumerables medallas en europeos y campeonatos de España. Siempre en suelo. Su especialidad.
El gimnasta afincado en Lanzarote coge, por fin, la estela de Gervasio Deferr, doble campeón olímpico y la mayor estrella histórica de la gimnasia española.
El hispano-dominicano, que fue padre hace tan solo unas semanas, no cabía en sí de la emoción. Al fin y al cabo, es el sacrificio de toda una vida. Sacrificio que ha valido a España su sexta medalla en Tokio. Parece que ya arrancamos.