Colectivo Senda

¿Un loco en la Casa Blanca?

25 de Abril de 2020
Actualizado el 02 de julio de 2024
Guardar
trump

La enorme cantidad de despropositos en los que viene incurriendo desdeel comienzo de su mandato presidencial el inquilino de la Casa Blanca, a cadacual más grave, suele ser despachado en las conversaciones de amigos y familiarescon la ya reiterada frase ¡Trump está loco!.

Ciertamente, lo descabellado de sus declaraciones y actuaciones podríanhacernos pensar que el personaje padece un considerable desequilibrio mental;excéntrico, egocéntrico, maleducado, insolente, fanfarrón, soberbio,cínico....; una salida, en nuestra opinión, bastante cómoda y superficial, dadoque  a poco que nos esforcemos enreflexionar llegaremos a otras conclusiones bastante más preocupantes quejustifican y dan origen a que, alguien con esas caraterísticas, se encuentre alfrente del gobierno hasta ahora más poderoso del planeta. Porque en realidad loverdaderamente deleznable, más allá de las poses que el personaje pueda adoptaren cada momento, es su comportamiento racista, misógino, machista, homófobo,insolidario, belicista...., así como las acciones que sin el menor reparoprotagoniza contra los derechos humános y los principios más elementales delderecho intrenacional.

No pasa semana en la que no veamos nuevas agresiones, y a la larga listaya conocida, suma estos últimos días otras tres que ponen de manifiesto a qué-y no solo a quién- nos estamos enfrentando: a nivel externo y en plena ola dela pandemia anunciando la suspensión de las aportaciones comprometidas por EEUUcon la Organización Mundial de la Salud, y a nivel interno aprobando un paquetede medidas fiscáles cuyos beneficiarios serán los multimillonarios, queacapararán, según las estimaciones, el 82% de las ayudas, unos 82.000 millonesde dólares; así como alentando -como un auténtico hooligan- las protestas endiversos Estados para presionar a los distintos Gobernadores al levantamientode las restricciones adoptadas con motivo del coronavirus.

La actual situación está sacando lo mejor y lo peor de cada uno denosotros, individual y colectivamente, y el rostro que están mostrando desde elgobierno estadounidense es desde luego extraordinariamente condenable,poniendose una vez más de manifiesto su verdadera naturaleza y,paradógicamente, al mismo tiempo, un indisumulado temor a perder la hegemoníamundial.

Trump no está solo en esto. Lo primero que no podemos perder de vista esque Trump llegó a la presidencia de EEUU a través de las urnas, y que a pesar desu gestión en estos años sigue contando con serias posibilidades de revalidarsu triunfo en las elecciones presidenciales que se celebrarán en noviembre deeste mismo año. Resulta por tanto inevitable concluir con que, más allá de delpoder que ostenta y los medios de todo tipo con los que cuenta, susacciones  conectan con amplísimossectores  de la sociedad y del electoradoestadounidense. Y no solo eso, es innegable que cuenta también en el terrenointernacional con la simpatia de siniestros personajes que se ecuentran alfrente de ciertos países - muchos de ellos empobrecidos- ,la connivenciaintersada de algunos, o sencillamente la temerosa inacción de otros.

Y es justamente ahí donde deberían centrarse las preocupaciones delresto de la humanidad, ¿qué le ocurre a una sociedad que se identifica en esaproporción con un supuesto loco de atar?, ¿cómo es posible  que un personaje de tales caracteristicaspueda estar al frente de una superpotencia y condicionar de esa manera la vidadel resto del mundo?, ¿qué ocurre que, salvo excepciones, el resto de laComunidad Internacional no es capaz de reaccionar de manera más firme?  y lo que es aún más importante ¿cómo podemosevitar ser arrastrados en esa deríva y conseguir un nuevo orden mundial másjusto y respetuoso con los derechos humanos?. Preguntas todas ellas de enormeimportancia que, cuanto más tardemos en despejar, lamentablemente  mayor será el sufrimiento que la humanidadtendrá que soportar.

Las respuestas son diversas, y aunque tienen desde luego muchasvertientes desde las que ser abordadas, son en nuestra opinión convergentes. Encualquier caso estamos convocados a reflexionar sobre ello y evitarquedarrnos  en la superficie, porque esmucho lo que está en juego.

La sociedad estadounidense se ecuentra cada vez más desgarrada por lasdesigualdades, la exclusión, el racismo, el consumismo, el indiviualismo, lacompetencia desmedida, el odio, el miedo....y está inevitablemente llamada arecuperar la cordura. Existen desde luego fuerzas -todavía minoritarias- queson cada vez más conscientes de la imperiosa necesidad de hacerlo, de comenzara caminar internamente por el sendero de una mayor inclusión y de convivenciasocial, y externamente la de encontrar un lugar distinto para su país en elconcierto internacional. No será un camino fácil, puede que sea traumático,pero es desde luego indispensable y de una u otra manera llegará; de tal maneraque ya no bastarán operaciones cosméticas o simples lavados de cara como enalgunos periodos históricos se han visto obligados a realizar.

En paralelo el resto de la comunidad internacional tiene, igualmente,que dar pasos hacía adelante más firmes y comprometidos; potenciando losmecanismos de integración, el multilateralismo y la colaboración en todos loscampos; haciendo cumplir los tratados internacionales y el derechointernacional; impulsando en definitiva un nuevo orden respetuoso con la paz,la independencia de los pueblos , los derechos humanos y la defensa delplaneta. Una firmeza que sin duda facilitará/obligará a que las fuerzas delbien en suelo estadounidense tengan opciones de triunfo.

Indispensable será también el empuje cada vez más creciente de lospueblos y los movimientos sociales diseminados a lo largo y ancho del mundo,que aunque siempre estuvieron ahí, deben en este momento de la historiaarticular respuestas aún más amplias y coordinadas.

Por el momento continuaremos lamentablemente viendo las arremetidas deun imperio en decadencia, que se siente cada vez más acorralado y que con enormeimpotencia comprueba como va perdiendo progresivamente la hegemonía en diversoscampos. En paralelo iremos presenciando cómo va aumentando su desprestigio enel mundo. 

 ¿Es de verdad Trump un loco?.

Lo + leído