En tan solo 24 horas, tres nuevos asesinatos por violencia de género se han sumado a la crónica negra de nuestro país. En el primero de los casos, una mujer de 28 años recibió un disparo a manos de su pareja, que luego se quitó la vida. En el segundo otro tiroteo en Llíria (Valencia) acabó con la vida de una madre y de su hija.

En la localidad cordobesa de Baena, una mujer de 28 años fue encontrada muerta en un cortijo del pueblo con heridas de disparo de escopeta. Junto a ella estaba su ex pareja, un hombre de 51 años, que supuestamente se suicidó tras cometer el crimen. No existían denuncias previas por violencia machista.

Según el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, es importante que “la responsabilidad de denunciar sea asumida por toda la sociedad y no recaiga sólo sobre las víctimas”. Sanz ha asegurado que se avanzará en la prevención y en coordinación entre administraciones “Porque la lucha contra esta lacra debe implicar a toda la sociedad”.

Pocas horas más tarde, otros disparos romperían la paz de la pequeña localidad valenciana de Llíria. Eran las cinco de la tarde cuando el ex marido de una de las víctimas bajó de un coche y disparó a bocajarro contra una madre y su hija.  Las dos mujeres fallecieron al instante. Un menor de cuatro años que se encontraba con ellos, afortunadamente, resultó ileso. Tanto el agresor como las víctimas son de etnia gitana, y según fuentes del Ayuntamiento de Líria, el marido tenía una orden de alejamiento. Una orden que una vez más ha demostrado su inutilidad a la hora de salvar la vida de una mujer indefensa.

Mientras se sucedían estos terribles sucesos, en Madrid más de 400 colectivos convocaron una multitudinaria manifestación contra las “violencias machistas” en las que se ha exigido que el “terrorismo machista” sea una cuestión de Estado. También en el madrileño parque de El Retiro cerca de 4.000 corredores se dieron cita para recorrer 5 kilómetros para participar en la III Carrera “Hay salida” en memoria de las 57 mujeres asesinadas en 2015.

Las cifras hablan: en el 2015, el número de víctimas de violencia doméstica ascendió a 7.229 mujeres, un 2% más que en 2014. El 48.3% de ellas tenían entre 25 y 39 años. La edad media de las víctimas es 36 años. Los mayores aumentos de número de víctimas se dieron entre las mujeres de 50 a 54 años, y en las menores de 18 años, que aumentaron un 10.6%.

Esta mes de junio, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha difundido los datos de la Estadística de Violencia Doméstica y Violencia de Género correspondiente a 2015. El número de víctimas de violencia de género con orden de protección o medidas cautelares fue de 27.624, un 2% más que en el 2014.

MALTRATO INFANTIL

Los niños también sufren la violencia de género: un total de 637 menores de 18 años viven con orden de protección o medidas cautelares por ser víctimas (directas o indirectas) de la violencia machista, lo que supone un aumento de un 10.6% con respecto a las cifras registradas un año anterior.

“Mi padre me pega con el cable del cargador. Me pegan como a alguien mayor, me pegan con la mano y el pie”.  Este es uno de los relatos de un menor de 12 años recogidos por la Fundación Anar, una ONG que hace un llamamiento por el preocupante aumento de violencia intrafamiliar a menores. Según las llamadas hechas a su teléfono de ayuda ( 900202010), hasta un 40% más que en año 2014.

En total, 2972 casos: una media de ocho niños recurrieron diariamente a Anar en busca de ayuda. De este tota, 1229 casos fueron por maltrato físico, 882 por agresiones psicológicas y 435 por abuso sexual.

Desde la Fundación aclaran que las causas del maltrato son claras ”los niños son utilizados como armas arrojadizas en los casos de violencia de género –presentes en un 80% de los casos- para dañar a la expareja”.

Aunque hay más denuncias, cada vez hay más casos de asesinatos. Toda la sociedad tiene que responsabilizarse en ayudar y dar asistencia a las mujeres maltratadas, pues a veces las propias víctimas viven en tal clima de terror que no se atreven a dar el paso.

El 016 es el número de teléfono de asistencia a las víctimas. No deja huella en la factura

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