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50 años después de los Claveles: las elecciones desafían el legado de la Revolución Portuguesa

El paisaje político portugués ha experimentado un cambio radical que requerirá habilidad y diálogo para alcanzar una gobernabilidad efectiva y estable

Eva Maldonado
Eva Maldonado
Redactora en Diario16, Asesora de la Presidencia de la Conferencia Eurocentroamericana.
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análisis

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Este domingo, la noche electoral en Portugal dejó una huella imborrable en la historia política del país, marcando un giro significativo después de ocho años de gobierno socialista bajo António Costa. La Alianza Democrática (AD), liderada por Luís Montenegro, emergió como la fuerza ganadora con el 29,49% de los votos y 79 escaños, pero a falta de una mayoría absoluta (116 diputados) que abre las puertas a una etapa de intensas negociaciones y alianzas para consolidar la gobernabilidad.

El líder del Partido Social Demócrata (PSD), Montenegro, que a pesar de las siglas se trata de una formación de derecha más o menos moderada, expresó tener «expectativas fundadas» de ser designado primer ministro, pero la incertidumbre persiste con el recuento pendiente de los votos del extranjero, que podría influir en la distribución final de escaños.

Aunque los socialistas del PS se posicionaron como segunda fuerza con el 28,66% de los votos y 77 escaños, la caída respecto a elecciones anteriores refleja un nuevo panorama político.

Impactante ascenso de la extrema derecha

El impactante ascenso de la extrema derecha, personificada en el partido Chega liderado por André Ventura, añade un elemento de complejidad a la formación del gobierno. Chega se posicionó como la tercera fuerza más votada con el 18,06% de los votos y 48 escaños, consolidando su presencia en la arena política portuguesa. Ventura declaró la victoria de Chega como «absolutamente histórica» y reclamó su participación en el gobierno, desafiando las expectativas y generando un escenario inédito en la política lusa.

Iniciativa Liberal (IL) ocupó la cuarta posición con el 5,08% y ocho diputados, seguido de cerca por la izquierda de Bloco con el 4,46% y cinco escaños. La alianza de comunistas y ecologistas CDU, junto con el partido izquierdista verde Livre, lograron algo más del 3% y 4 escaños cada uno. Por último, el partido animalista PAN mantuvo un único escaño, completando el variado panorama político surgido de estas elecciones.

Ausencia de mayorías absolutas

La ausencia de mayorías absolutas plantea el desafío de forjar coaliciones y acuerdos para la estabilidad gubernamental. Alianza Democrática, aunque no logra superar la barrera de los 116 diputados ni pactando con Iniciativa Liberal. El líder Montenegro ha rechazado vehementemente cualquier colaboración con Chega, citando diferencias ideológicas y calificando las políticas de este último como «xenófobas, racistas, populistas y excesivamente demagógicas», a espera de que cumpla su palabra al contrario de lo que hizo su «hermano ideológico· en España, Alberto Núñez Feijóo, con la extrema derecha española de Vox.

La incertidumbre se cierne sobre la formación del gobierno, y las próximas semanas serán decisivas para definir el rumbo político del país. La negativa de Montenegro a aliarse con Chega plantea interrogantes sobre la estabilidad del próximo gobierno y la capacidad de garantizar la aprobación de presupuestos.

El candidato socialista, Nuno Santos, ha declarado que el PS no obstaculizará un gobierno conservador en minoría, pero tampoco ofrecerá un apoyo activo.

Estas elecciones marcan posiblemente, o al menos de momento, el fin del bipartidismo en Portugal, con la extrema derecha creciendo de manera espectacular como estamos viendo que ocurre en el resto de Europa. Se vislumbran dos posibles escenarios: la negociación entre bloques para excluir a la extrema derecha o la cristalización y polarización de bloques, dando lugar a coaliciones de gran izquierda o gran derecha, esta última incluyendo a la extrema derecha.

La configuración del próximo gobierno impactará no solo en la estabilidad interna, sino también en la posición del país en el contexto europeo. La incertidumbre persiste, pero una cosa es segura: el paisaje político portugués ha experimentado un cambio radical que requerirá habilidad y diálogo para alcanzar una gobernabilidad efectiva.

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1 COMENTARIO

  1. La revolución de los claveles, ya fue traicionada por el PSP con Soares, agente CIA, junto con Eanes al dar el contra-golpe contra la revolución. Obviamente el Vaticano, a través de su secta, la Iglesia Católica formó parte activa de la contra-revolución.
    Si los partidos que se autodenominan progresistas solamente hacen la política económica que le dicta el FMI y Wall Street, acaban en un momento dado en ser desenmascarados.
    La única alternativa a la barbarie capitalista es la construcción de una sociedad socialista, que nada tiene que ver con los partidos social-demócratas, organizaciones creadas para la defensa del capitalismo.

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