La máquina del fango no perdona a nadie, tampoco a nuestros deportistas olímpicos que no son de su cuerda. En las últimas horas, el mundo neofascista la ha emprendido contra Ana Peleteiro, nuestra campeona de triple salto. Durante su prueba, la atleta se colocó el dorsal sobre el nombre de España grabado en su camiseta, lo que provocó la ira de los nostálgicos en las redes sociales. La acusaron de todo, de no ser una buena patriota, de inmigrante de escaso pedigrí, en definitiva, de ser una mala española.
La última cacería o linchamiento moral ultra ha provocado que Peleteiro haya salido al paso para dar explicaciones y aclarar el motivo por el que se tapa el nombre de España en la indumentaria de competición. “Aclaración a los ofendiditos que lloráis porque supuestamente estoy tapando el nombre de España. Me lo pongo en el pecho, porque en el descenso del último salto hacia la arena, se me clavan los imperdibles en la barriga. Pero vamos, que se nota que sabéis bien poco de atletismo si me queréis atacar por algo así”, dijo la atleta tras terminar sexta en París 2024.
Peleteiro no pudo revalidar su medalla de bronce de Tokio 2020, pese a la ausencia de la vigente campeona olímpica y plusmarquista mundial Yulimar Rojas obteniendo un resultado decepcionante. "Es una competición. No se acaba aquí mi carrera deportiva ni mucho menos. En un abrir y cerrar de ojos estamos en Los Ángeles 2028”, dijo la atleta.
No es la primera vez que la atleta provoca la furia ultra. De hecho, ha sido diana de los insultos racistas, a lo que ella ha contestado: “En España hay racismo, y se ha visto”. En los Juegos Olímpicos de Tokio, tuvo que defenderse de las personas que la criticaron por decir que tanto ella como su compañero Ray Zapata eran negros y no de color. “Mi madre luchó durante toda mi infancia para hacerme ver que ser negra no era malo, para mí en mi casa eso era normal”, explicó en aquella ocasión. “No somos de color, somos negros. De color son ellos, que cambian más de color que el sol”, dijo en alusión a los patriotas que vuelcan su bilis en las redes sociales.
“Mi madre biológica es de Coruña, mi padre imagino que será negro, porque si no este color no sé a qué se debe, y he sido criada por dos personas gallegas también, con cultura gallega. Soy más española que la gran mayoría de los españoles. Me siento súper española, siempre alardeo de la suerte que tengo de vivir en España", aseguró en una entrevista en Relevo.
Peleteiro se ha convertido en una de las activistas de nuestro deporte que más concienciada se ha mostrado frente a los ataques racistas no solo contra ella, sino contra sus compañeros de raza negra. La atleta de Ribeira, una localidad portuaria en la ría de Arousa (Galicia), nunca se ha reservado sus opiniones políticas, con las que públicamente se ha manifestado contra la ultraderecha y en defensa del feminismo, la eutanasia y el idioma gallego. El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, se posicionaba en Instagram con un “ni golpes que lastimen, ni palabras que hieran. No es no”. De ahí que la caverna mediática y la máquina del fango la haya situado en el centro de la diana. El acoso contra Peleteiro en redes es constante y tiene que soportar comentarios hirientes que no deberían quedar impunes. Pero ella no se rinde y se expresa con valentía. Puede que este año se le haya escapado la medalla, pero se lleva la máxima condecoración en lo más importante: la defensa de los valores humanos y democráticos.
Posdata. En algunos medios de comunicación próximos a Vox ya conocen a los Juegos Olímpicos de París 2024 como “los Juegos woke”, en alusión a los valores progresistas que se están defendiendo desde el día de la ceremonia de la inauguración. Con eso está dicho todo.