Indignación ha provocado la últimaocurrencia de la Universidad Complutense de Madrid que a petición de la Consejería de Sanidad, hizo unllamamiento a través de las redes sociales pidiendo “titulados en Biología, Enfermería, Farmacia, Medicina,Psicología, Trabajo Social o Veterinaria en la Universidad Complutensede Madrid (UCM)”. Aquí tienes una oferta para trabajar “gratis”como rastreador ante el aumento de casos y de contactos de la Covid-19 enla región y, de esta manera, laComunidad de Madrid, presidida por Isabel Díaz Ayuso, solventar su malagestión sanitaria para controlar los rebrotes de coronavirus en la región.
La realidad es que la Comunidad deMadrid ha incumplido de forma clara su responsabilidad como administraciónpública y sus compromisos en esta materia. La figura del rastreador es uneslabón clave en la lucha contra la pandemia, y como tal conlleva unaresponsabilidad y formación específicas, que la Comunidad pretende atendermediante voluntariado en lugar de mediante personas con unas relacionescontractuales claramente definidas.
Para CCOO resulta inadmisible que laComunidad de Madrid, ante la escasa respuesta de su iniciativa para buscar aestos “voluntarios” entre los empleados públicos de los distintos municipiosmadrileños, acuda ahora a las universidades públicas madrileñas en su búsqueda.
Para IsabelGalvín, secretaria general Federación Enseñanza CCOO Madrid no puedeentenderse la colaboración de las universidades en esta iniciativa, “que vienea cuestionar el tremendo esfuerzo realizado por estas instituciones y elconjunto de sus comunidades universitarias en el combate contra la pandemia”.No se puede entender como los responsables universitarios consideran “quesemejante responsabilidad se puede dejar en manos de la figura del voluntariadosin la existencia de un convenio entre la Comunidad de Madrid y lasuniversidades que garanticen las condiciones contractuales y de desarrollo deesta actividad”.
En este sentido, CCOO rechaza la peticiónformulada por la Universidad Complutense de Madrid y los posibles ofrecimientosfuturos que se pueden plantear desde otras universidades. No puede concebirque las universidades públicas de Madrid, encargadas de la formación de los ylas profesionales presentes y futuros, entienda “que dicha actividadprofesional se puede prestar no mediante una relación contractual claramentedefinida, sino mediante la figura del voluntariado, devaluando de forma clarasu propia actividad formativa y la profesionalidad y valía de sus egresados”,ha denunciado Galvín.
La universidad pública no puede contribuiry animar a la precarización de sus licenciados y egresados conofrecimientos de esta naturaleza. No se entiende que se pueda confundir elcompromiso y solidaridad de la comunidad universitaria desde el primer momentode esta crisis sanitaria y social con el fomento de la precariedad de lo quedebe ser una relación laboral normalizada.