Aznar se salta la decisión soberana del pueblo en elecciones

20 de Noviembre de 2019
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Aznar
Que Aznar tiene un problema con el significado de Democracia ya es conocido por todos, su arrogancia y prepotencia, también. Que los españoles le dieron su respaldo en las urnas demasiado tiempo, ya está más que asumido y, que finalmente se le cayó la careta al mentir sobre la autoría de los atentados del 11M en Madrid, resultó un alivio para todos. Pero el expresidente no se resigna a no estar en las portadas de los diarios y, entre sus acólitos, propone sin ningún pudor, saltarse lo que los ciudadanos votamos por mayoría el 10-N en las urnas. Así, José María Aznar, el en otrora todopoderoso presidente del Gobierno, al que la revista 'Foreign Policy' consideró, en su día, como uno de los cinco peores ex gobernantes del mundo, tiene el cuajo de, una vez conocido el preacuerdo de PSOE y Podemos para formar gobierno tras el 10-N, manifestar, como si de una sentencia irrecurrible se tratara, que lo que hay que hacer para formar Gobierno en España es “una alianza de partidos constitucionales en la que no esté Sánchez”. Y es que el expresidente popular, desde que su pupilo Pablo Casado ganó las seudoprimarias del PP, parece que se vuelve a sentir con fuerza y crédito para decidir qué queremos los españoles saltándose incluso nuestra voluntad expresada en las urnas el pasado 10 de noviembre.Al exlíder del PP le resulta incomprensible un pacto progresista, algo, por otra parte, evidente dada su condición ultraconservadora. Aznar, el que afirmaba sin ruborizarse en 2009 que era necesario “hacer frente al peligro real del comunismo del siglo XXI”, se imagina a Pablo Iglesias en el Gobierno de España y entra en pánico.Por si fuera poco y en tono catastrofista afirma que "Si esto se hace, vamos de manera vertiginosa a algo que ya tenemos, pero acelerado y agudizado de una manera extraordinaria, a una crisis de sistema, una crisis constitucional de consecuencias que pueden ser devastadoras”.Es decir, José María Aznar, el expresidente que mintió a todos los españoles; el gobernante con el que se aprobó la ley de liberalización del suelo que provocó la burbuja inmobiliaria que arruinó a miles de españoles; al que la trama Gürtel pagó parte de la boda de su hija; el que atacó indiscriminadamente a los ecologistas llamándolos “abanderados del calentamiento global que tratan de restringir libertades”; el dueño y señor de España en otros tiempos; el de la archiconocida y falaz frase de “España va bien”, no quiere asumir que lo que cuenta, dice y pretende importa poco o nada.Para concluir, y por si no hubiera llegado con lo dicho, Aznar ha añadido que los resultados de las elecciones se deben a "decisiones individuales" de millones de españoles, algo obvio partiendo de que el voto es personal e intransferible, y afirma que "los españoles somos responsables de la situación que tenemos” para recordar que en este momento hay 16 partidos representados en el Congreso. "Tenemos lo que hemos querido tener", ha dicho.Y sí, claro que tenemos lo que hemos querido tener, tenemos un Congreso de los diputados plural en el que casi puede decirse que, de una u otra manera, todas las sensibilidades políticas, exceptuando alguna formación local o con intereses muy concretos (que con toda seguridad se encuentran en el programa o ideario de algún partido) están ahora mismo intentando ponerse de acuerdo para velar por los intereses de los ciudadanos. Un adiós al bipartidismo y una bienvenida a la pluralidad ideológica que es, con mucho acierto, lo que hemos votado en las últimas elecciones generales.
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