Los trabajadores de Banco Santander están sufriendo en sus carnes una de las mayores plagas de la sociedad del siglo XXI: la codicia corporativa desaforada. Se trata de una de las consecuencias más crueles del nuevo paradigma mundial implantado tras la concatenación de crisis desde el año 2008.
Mientras los altos ejecutivos y los accionistas mayoritarios de las grandes compañías se llevan más del 90% de los beneficios, los trabajadores sufren con peores salarios, condiciones laborales más propias de la época anterior a la Revolución Industrial y, sobre todo, del chantaje constante que supone que si no se someten a la explotación, serán despedidos.
Más de un 50% de los trabajadores de las economías más avanzadas no tienen capacidad de ahorro suficiente para afrontar imprevistos o situaciones sobrevenidas. Esta cifra se eleva a más del 70% cuando se refiere al miedo a no tener suficientes ahorros para cubrir los gastos fundamentales de subsistencia en el caso de perder la fuente principal de ingresos. Mientras tanto, el 1% más poderoso cuenta los días para la presentación de resultados, el cobro de dividendos o de bonus variables millonarios. Mucho beneficio gracias a un trabajo prácticamente inexistente. Cuando se consiguen las cosas sin esfuerzo, entonces se genera la codicia de querer obtener más y más. En ese escenario estamos ahora.
Esta semana se ha conocido que la alta dirección de Banco Santander se ha subido sus remuneraciones en un 18%. Según publicó el diario Expansión, los altos ejecutivos de la entidad de este colectivo cobraron 7,44 millones de euros entre enero y marzo frente a los 6,30 ingresados en el mismo período de 2023. Por otro lado, los derechos de pensión acumulados por los miembros de la alta dirección ya ascienden a 58,8 millones de euros, mientras que los del consejo se elevan a 72,30 millones, frente a los 66 de hace un año.
La reacción de la plantilla ha sido inmediata y han calificado esta subida de remuneraciones como «un bochorno» y que los empleados sienten pesadumbre y tristeza.
Mientras los altos ejecutivos se suben las remuneraciones en un 18%, en la mesa de negociación del convenio de banca se está regateando un 11% en tres años, con una garantía de incremento real de subida con un porcentaje a determinar para 2024 y 2025.
El sindicato UGT lo ha dejado muy claro al recordar a la alta dirección de Banco Santander que «gracias a los 21.000 trabajadores de Santander España y a todos los empleados del resto de los países se consiguen los beneficios extraordinarios de los que han podido hacer gala en la Junta de Accionistas, en la prensa, en los mercados...».
Esa subida indiscriminada de las remuneraciones de la alta dirección es un insulto para los trabajadores de Banco Santander que se dejan diariamente la piel y que trabajan como si no hubiera un mañana, empleados que sufren la presión comercial indiscriminada que aplica la entidad, empleados que atienden en su día a día una carga de trabajo desproporcionada o que sufren las modificaciones unilaterales de los objetivos que deriva en una reducción de sus variables.
Los trabajadores de Banco Santander «se merecen un sencillo, personal y justo reconocimiento, una subida salarial digna y acorde con los extraordinarios beneficios obtenidos, una revisión en condiciones del plan de pensiones, un día adicional de vacaciones, una no compensación ni absorción de sus sueldos en momentos de bonanzas económicas, la posibilidad de acceder a una hipoteca con tipo fijo. Decepción, frustración, cansancio. Así nos sentimos en Banco Santander», afirma UGT.