Coca-Cola modificará su fórmula clásica en EEUU (y será como la de España) a propuesta de la Administración Trump

En España, la Coca-Cola se endulza con azúcar de caña desde hace años

18 de Julio de 2025
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trump coca cola

La fórmula "clásica" de la bebida mundialmente conocida y consumida, Coca-Cola, está a punto de cambiar. 

Donald Trump lo ha anunciado señalando que la multinacional aceptará reemplazar el "jarabe de maíz de alta fructosa por azúcar de caña" en la receta de su icónico refresco, supuestamente a petición del propio Trump.

El presidente lo ha hecho público a través de su red social Truth Social, agradeciendo a los responsables de Coca-Cola la decisión y asegurando que “será simplemente mejor”, mientras que la compañía, si bien no confirma el acuerdo en firme, sí reconoce el entusiasmo presidencial y promete anunciar próximamente más detalles sobre la gama de productos en Estados Unidos. 

 “He estado hablando con Coca-Cola sobre el uso de azúcar de caña REAL en la Coca-Cola en Estados Unidos, y han accedido. […] ¡Es simplemente mejor!”

Cruzada contra los edulcorantes

El giro se enmarca en la nueva cruzada del gobierno estadounidense contra los edulcorantes y colorantes artificiales, impulsada además por el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., que ha criticado abiertamente el uso de jarabe de maíz en alimentos y bebidas.

Una medida que supondría no solo un avance en la política nutricional, sino también un "guiño competitivo" a los consumidores estadounidenses, que a menudo observan con "envidia" cómo en muchos otros países, incluida España, la Coca-Cola se endulza con azúcar de caña desde hace años. 

El debate está servido entre los defensores de la industria nacional y quienes celebran el giro hacia ingredientes percibidos como más saludables.

El impacto de esta medida no solamente se notará en la nutrición (y salud) de los consumidores. También afectará al ámbito agrícola y comercial: el reemplazo del jarabe de maíz por azúcar podría poner en tensión a los productores estadounidenses de maíz, cuyas cosechas se destinan en buena parte a la industria alimentaria para crear precisamente estos edulcorantes económicos.

Los agricultores temen una caída de la demanda y posibles pérdidas de empleo, mientras que los productores de azúcar de caña —en EE. UU. y en países exportadores como Brasil— podrían verse beneficiados. 

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