”A la derecha y la ultraderecha no les duele España, les duele no gobernar España”“No sería presidente de este país si para serlo necesitara los votos de Bildu. Nunca”, dice Sergio Sayas, de UPN, quien con este argumento llegaba a sacar pecho desde la tribuna el mediocre desconocido parlamentario navarro. Qué decir de la vena hinchada del cuello y la cara desencajada de Pablo Casado, por no hablar del portavoz de Ciudadanos, cuyo nombre aún ni nos hemos aprendido tras la debacle del que fuera el partido de Albert Rivera. Pero ya lo de Pedro Martínez, de Foro Asturias, dedicando vivas al Rey y a España -como si toda España fuera sólo suya- resultaba patético. Es la España en blanco y negro que, a juzgar por el resultado electoral, la mayoría de los españoles queremos dejar atrás.Y es que lo que la derecha y la ultraderecha aún no han entendido es que los más de 800 muertos de ETA, que duelen por cada poro del cuerpo de la gente de bien, no son de ningún partido, son víctimas de la Democracia. Y que, entre las víctimas, hay personas incluso dispuestas a formar parte de este futuro Gobierno de Coalición. Como parece que es el caso de Rosa Lluch (de En Común), la hija del asesinado Ernets Lluch.
Debate de investidura, punto de inflexión por la Libertad con mayúsculas
06
de Enero
de
2020
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Ha vuelto a ocurrir. La derecha, que ve cómo pierde el Debate de Investidura, ha encontrado en las palabras críticas de la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua, hacia el Rey, su momento de gloria para en nombre de las víctimas de ETA tratar, sin éxito, de deslegitimar al candidato a la Presidencia y al futuro Gobierno de coalición.
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