El 1-O estuvo a punto de terminar en un enfrentamiento entre cuerpos policiales
03
de Abril
de
2019
Actualizado
el
02
de julio
de
2024
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El referéndum del 1-O en Cataluña estuvo a punto de terminar con un enfrentamiento entre cuerpos policiales estatales y autonómicos. Era tal la tensión que se respiraba que se registraron conatos de conflicto, roces, discusiones entre los propios agentes de uno y otro lado. Mientras la Justicia ordenaba que la consulta no se celebrara, unos policías trataban de cumplir el mandamiento mientras que otros hacían caso omiso o directamente apoyaban a los ciudadanos independentistas que querían votar.El jefe de Información de la Policía en Cataluña, Juan Manuel Quintela, ha defendido la actuación de sus agentes el 1-O durante su comparecencia como testigo en el juicio del ‘procés’. “Nuestros policías sufrieron todo tipo de agresiones, como patadas por detrás o lanzamiento de vallas metálicas. Lamentablemente hubo que hacer uso de lanzamiento de pelotas de goma por esa situación”. Según Quintela, los Mossos estaban al corriente del dispositivo, como se deduce de algunas de las comunicaciones cruzadas. En una de ella aseguran que “se están moviendo las unidades de Policía Nacional y Guardia Civil en el Piolín” (así se conocía a los agentes desplazados de toda España que se alojaban en un barco decorado con personajes de dibujos animados).En total, la Policía Autonómica transmitió 271 emisiones aquel día, según las escuchas de las grabaciones del CECOR. El comisario ha señalado que la Policía pudo comprobar cómo funcionarios utilizaban vehículos de Mossos para dirigirse a los centros de votación y avisar de la “inminente” llegada de los agentes el 1-O. “No es una apreciación, está en sus comunicaciones”, ha insistido. Según el responsable policial, “constan una serie continua de comunicados en todo el territorio de Cataluña informando de movimientos de las unidades, y antes de ese día, en la noche del 30 de septiembre al 1 de octubre, también hubo otros en el mismo sentido”.Quintela se ha referido a Roger Español, un activista que el 1-O perdió la visión de un ojo por una pelota de goma lanzada por agentes en el colegio Ramón Llull, un asunto que está siendo investigado en Barcelona. En la instrucción hay agentes investigados y ahora el juez ha aceptado que policías heridos puedan emprender acciones legales contra las personas que pudieran haberles agredido, según informa La Vanguardia.El comisario ha recordado lo crítica que fue la situación a causa de las tensiones entre ambos cuerpos policiales, sobre todo cuando un vehículo camuflado de la Policía Nacional fue seguido de noche por otro de los Mossos. “Vienen por aquí furgonetas” o “me pongo a cola y voy siguiendo” fueron otros de los mensajes de la policía catalana que, según el testigo, se intercambiaron aquellos días. Según el testigo, los policías nacionales fueron identificados por agentes autonómicos. “Después de circular durante cinco o diez minutos (...), le atraviesan, se bajan dos miembros de la patrulla, echan mano del arma enfundada y les piden la documentación”, explica Quintela.Ha añadió que los Mossos tenían órdenes de no colaborar el 1-O y algunos llegaron a “obstaculizar” la labor del Cuerpo Nacional de Policía. En concreto, ha contado al tribunal que la actitud de los Mossos ese día fue “pasiva en la mayoría de los casos”, mientras los policías nacionales trataban de cumplir la orden judicial de impedir la celebración del referéndum ilegal.“Hubo casos con nosotros y Guardia Civil de obstaculización, pero en la mayoría de casos fue de pasividad. Tenían instrucciones de que se apartaran, de no colaborar. Siento hacer estas declaraciones, pero he prometido decir la verdad. En los Mossos hay muchos compañeros que hubiesen querido colaborar, hay muchos profesionales y tengo buena relación con algunos de ellos, pero la verdad es esa”, ha añadido.Además, ha mencionado dos incidentes: uno de ellos en la escuela Pía de Barcelona, donde un mosso responsable del operativo en ese centro “trató de impedir la entrada” de los agentes de la Policía Nacional poniendo los brazos en cruz y gritándoles “dejadlos votar”; mientras que en Sant Feliu de Llobregat un intendente ordenó a sus subordinados que dejaran de apartar manifestantes y se dirigió a estos mientras les hacía el saludo reglamentario del cuerpo.El jefe policial ha explicado en su declaración que durante el 1-O los policías nacionales tuvieron que utilizar la fuerza en algunas ocasiones por la actitud “hostil” de las personas que se concentraban en los centros para votar, pero ha defendido que “la actuación general” se hizo con “medida y mesura”, como “no puede ser de otra manera”.
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