El PNV deberá gestionar el Parlamento más nacionalista de la Democracia

13 de Julio de 2020
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foto lehendakari

Euskadi ha ido a las urnas en un contexto inédito con una participaciónbaja como no cabía imaginar. Por primera vez Euskadi ha votado en pleno verano, aunquesea un verano vasco, pero sin duda la COVID-19 ha sido la protagonista,tanto por el modo en que ha condicionado el bajo perfil de la campaña como laparticipación en la jornada de votación. Sin perder vista el mensaje recurrentede un resultado prácticamente hecho.

El PNV-EAJ alcanza su mejorresultado desde elconseguido por Ibarretxe en 2001 confirmándose tanto el partido la estrategia de Urkullu como la preferida porla ciudadanía vasca. Ni el derrumbe del vertedero de Zaldíbar ni la crisis dela pandemia han tenido coste.

Consolidación Bildu

La consolidación de EH Bildu como segunda fuerza confirma larecuperación de su electorado fiel y de votantes mayoritariamente procedentesde Elkarrekin Podemos, que, en otros contextos, quizás, no habrían elegido estaopción. Algo a tener en cuenta.

La narrativa nacionalista del PNV-EAJ yaera diferente y de alguna manera en esta campaña EH Bildu se ha sumado a esenacionalismo 3.0 lo que sin duda les ha beneficiado acogiendo a un electoradoque en procesos anteriores se refugió en Elkarrekin Podemos.

El PSE-EE mejora su mal resultado de2016 y vuelve a ser el primer partido no nacionalista del Parlamento vascocon una campaña centrada en presentarse como la izquierda de gobierno. Elresultado por debajo de las expectativas, no tendría por qué evitar la reediciónde la coalición de gobierno.

Elkarrekin Podemos ha tenido una travesíacompleja esta legislatura pasada con cambios en sus liderazgos, procesosinternos complejos y la presentación de Más País en las elecciones generales del 10 de noviembre de 2019 y unacampaña centrada en una coalición de izquierdas que solo ellos veían les hapasado una dura factura. Un toque de atención que puede hacer pensar en lostiempos de IU-Ezker Batua sentados en el Parlamento de Gasteiz.

Álava

Una vez más, Álava resulta claveespecialmente para el Partido Popular. El golpe de mano de Pablo Casadoimponiendo un candidato y un discurso de confrontación ya superado para laciudadanía vasca, sin duda, ha tenido consecuencias. El PP con su peorresultado “regala” a Ciudadanos, que no tenía representación en ningunainstitución vasca, la entrada, al Parlamento vasco.

El resultado de este domingo deberíagenerar un debate interno respecto al papel que el PP quiere desempeñar los próximos 4 años en la política vasca a tenor delfracaso de una estrategia más pensada en clave nacional que en las eleccionesque estaban en juego.

La baja participación, el reparto deescaños por territorio y seguramente los malos resultados del PP habríafacilitado la irrupción de la ultraderecha de Vox en el Parlamento vasco enla cámara másnacionalista en décadas.

El Parlamento de Vitoria-Gasteiz será elmás nacionalista de la democracia al tiempo que todo apunta a que podríareeditarse el gobierno de coalición entre el PNV y el PSE-EE garantizando estavez la mayoría absoluta. Habrá que seguir con atención la convivencia del pragmatismo de la actualdirección jeltzaile en cuanto a la gestión con el debate político en unacámara de clara mayoría abertzale y en una legislatura en la que, entreotras leyes, se debatirá la reforma del estatuto de Gernika.

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