"Una joven cae en un abismo al descubrir que circulan en internet ciertos desnudos de ella de los que no tenía constancia; imágenes completamente traumáticas para ella. Ahora, sin otra alternativa que la de plantar cara al trauma, investiga al conocido y protegido fotógrafo donostiarra que primero le captó aquellas imágenes, para después difundirlas. Se ve obligada a reconstruir aquellos duros momentos que, por mera supervivencia, había tenido que borrar completamente de su mente." Esta es la sinopsis del trabajo dirigido por Kote Camacho, que ha sido seleccionado para optar a los premios Goya de la Academia del Cine Español.
El trabajo que nos ofrece Camacho es, sin lugar a dudas, una labor de compromiso con las víctimas. Nos sitúa en los zapatos de una de ellas, que nos narra, de una manera cuidada, el infierno vivido en manos del ya condenado fotógrafo Kote Cabezudo.
Una posición valiente, que evidencia el necesario compromiso de la cultura con situaciones reales, que deben ser conocidas por el público para tratar de romper el silencio cómplice de los medios de comunicación e institucionales ante casos tan brutales como el de Cabezudo.
Entrevisto a Camacho para que nos cuente el significado de su obra. Y en esta conversación, es evidente la dificultad, la dureza de abordar una historia que no es de ficción, que tiene personajes reales y que merecía ser contada desde el respeto, la empatía y el compromiso con la verdad y la reparación de las víctimas. Algo que aún no se ha conseguido en este terrible asunto.
Camacho se abre en esta conversación, visiblemente afectado por la huella que ha dejado en él este trabajo. Un cortometraje que pone ante nuestros ojos mucho más de lo que muestra. Una invitación a la rebelión profunda, desde los principios más básicos, ante una sociedad adormecida.
Pulse aquí para ver la entrevista a este director que, con razón, ha conseguido ya consagrarse como uno de los referentes del cine actual.