Eslovaquia divide a Europa con su postura ambigua ante los drones rusos en Polonia: Las declaraciones controvertidas de Fico generan críticas de aliados y oposición interna

El gobierno eslovaco evita condenar directamente a Rusia por la incursión aérea y siembra dudas sobre la autoría del ataque, mientras la oposición acusa al primer ministro de actuar como “agente del Kremlin”

11 de Septiembre de 2025
Actualizado a la 13:24h
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Fico Eslovaquia
El primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico | Foto: Gobierno de Eslovaquia

La incursión de drones rusos en territorio polaco durante la madrugada del 10 de septiembre no solo ha puesto a prueba la cohesión de la OTAN, sino que también ha expuesto las profundas divisiones internas de Europa ante el conflicto ucraniano.

Eslovaquia, miembro tanto de la UE como de la Alianza Atlántica, adoptó una postura que contrasta notablemente con la condena unánime de sus socios europeos, generando una nueva controversia en torno al gobierno populista de Robert Fico.


Mientras la mayoría de líderes europeos denunciaban categóricamente la “provocación sin precedentes” de Rusia, las autoridades eslovacas se caracterizaron por su ambigüedad y cautela, evitando atribuir directamente la responsabilidad a Moscú y planteando dudas sobre las intenciones del ataque. Esta posición ha desatado una fuerte reacción tanto a nivel internacional como dentro del propio país centroeuropeo.

Las declaraciones divisivas del primer ministro Fico

El primer ministro eslovaco, Robert Fico ha adoptado una posición que muchos analistas interpretan como un intento de sembrar dudas sobre la responsabilidad rusa. En una declaración en Facebook, Fico afirmó que “es extremadamente importante determinar objetivamente si fue intencional o accidental, y quién controlaba estos drones”.

A pesar de expresar “solidaridad con Polonia”, Fico insistió en que solo podía adoptar esta posición basándose en la información que recibía de “fuentes relevantes”, añadiendo que “si hay una razón, cambiaré o complementaré mi posición”. Esta declaración contrasta marcadamente con la inmediata condena de otros líderes europeos, que desde el primer momento identificaron claramente el origen ruso de los drones.

El líder eslovaco aprovechó además la ocasión para criticar duramente a la oposición por haber entregado el sistema de defensa aérea S-300 a Ucrania, alegando que había dejado a Eslovaquia vulnerable militarmente. “En lugar de admitir su culpa en este sabotaje militar contra Eslovaquia, lloran en los medios como si se sintieran privados”, declaró Fico. 

La postura contradictoria del ministro de Exteriores

Aún más controvertida resultó la posición del ministro de Exteriores eslovaco, Juraj Blanár, quien expresó la esperanza de que los drones “no tenían la intención de atacar Polonia”. En declaraciones recogidas por la agencia TASR, Blanár afirmó: “Quiero creer que los drones que penetraron en territorio polaco eran drones que no iban allí para atacar Polonia, sino que se suponía que debían terminar en territorio ucraniano”.

Aunque Blanár expresó “absoluta solidaridad” con Polonia y apoyó la activación del Artículo 4 de la OTAN, sus comentarios fueron percibidos como un intento de minimizar la gravedad del incidente y exonerar parcialmente a Rusia de responsabilidad.

El ministro calificó el incidente como “una escalada seria” pero evitó el lenguaje más duro empleado por otros cancilleres europeos. 

Blanár también aprovechó para pedir conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania, argumentando que el conflicto “no tiene solución militar, solo diplomática”. 

Esta posición choca frontalmente con la línea oficial de la UE y la OTAN, que condicionan cualquier negociación a la retirada rusa de territorio ucraniano.

Reacciones internas en Eslovaquia: la oposición arremete contra el gobierno

Las declaraciones del gobierno eslovaco han desatado una fuerte reacción de la oposición interna, que acusa a Fico de actuar como “agente del Kremlin”. La ex viceprimera ministra Veronika Remišová (Za ľudí) calificó directamente a Fico como “un agente del Kremlin” y exigió que convocara inmediatamente el Consejo de Seguridad Nacional. 

El ex ministro de Exteriores Ivan Korčok acusó a Blanár de “perder el contacto con la realidad” por sus comentarios sobre las intenciones de los drones. Korčok, que representa una línea atlantista más tradicional, criticó duramente la ambigüedad del gobierno ante lo que considera un acto de agresión evidente.

El movimiento Eslovaquia (Slovensko) denunció que el gobierno está “debilitando la postura defensiva del país”, mientras que el partido democristiano KDH exigió una investigación completa del incidente.

Por su parte, el diputado Juraj Krúpa (SaS) advirtió que los eslovacos del este “tienen todos los motivos para estar preocupados”.

Especialmente crítico se mostró Tibor Gašpar (Smer), parlamentario del propio partido de Fico, quien llegó a cuestionar abiertamente si los drones eran realmente rusos, acusando a Occidente de intentar arrastrar a la OTAN a la guerra. Gašpar tachó a la alta representante de la UE, Kaja Kallas, de “belicista” empeñada en provocar la Tercera Guerra Mundial. 

El contexto de deterioro de las relaciones con Occidente

La polémica posición de Eslovaquia ante los drones debe entenderse en el contexto del progresivo distanciamiento del gobierno de Fico respecto a las políticas occidentales desde su regreso al poder en octubre de 2023. Fico, conocido por sus posturas euroescépticas, ha adoptado una línea cada vez más favorable a Rusia que contrasta con el "consenso" europeo.

El primer ministro eslovaco cortó la ayuda militar a Ucrania, se opone a las sanciones contra Rusia y ha prometido bloquear la entrada de Ucrania en la OTAN. Su gobierno ha sido uno de los pocos en la UE en mantener vínculos energéticos con Rusia, llegando a vetar paquetes de sanciones europeas para proteger sus intereses económicos. 

La controversia se intensificó tras la visita de Fico a Moscú en diciembre de 2024 para reunirse con Vladimir Putin, convirtiéndose en uno de los únicos tres líderes de la UE en hacerlo desde el inicio de la incursión militar en Ucrania. Posteriormente, Fico llegó a plantear la posibilidad de que Eslovaquia abandonara la UE y la OTAN, calificando al presidente ucraniano Zelensky como “un enemigo". 

La respuesta de los aliados europeos: condena unánime

La postura ambigua de Eslovaquia contrasta marcadamente con la respuesta contundente del resto de socios europeos. La alta representante de la UE, Kaja Kallas, declaró que “presenciamos la más grave violación del espacio aéreo europeo por parte de Rusia desde que empezó la guerra, y las indicaciones sugieren que fue intencional, no accidental”. 

El presidente francés Emmanuel Macron calificó la incursión como “simplemente inaceptable”, mientras que la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen expresó “total solidaridad con Polonia” ante lo que consideró una “violación imprudente y sin precedentes”. Incluso líderes tradicionalmente más cautelosos se sumaron a las condenas. El primer ministro húngaro Viktor Orbán, conocido por mantener vínculos con Rusia, condenó el hecho, mientras que el canciller alemán Friedrich Merz fue categórico al denunciar la “agresiva actuación” de Rusia.

Las implicaciones para la unidad europea

La posición de Eslovaquia representa un serio desafío para la cohesión europea en un momento crítico del conflicto ucraniano. Mientras la mayoría de países interpretan el incidente como una provocación deliberada que requiere una respuesta firme, las dudas sembradas por Bratislava introducen elementos de división que pueden erosionar el consenso occidental.
El presidente eslovaco Peter Pellegrini, aunque crítico con algunos aspectos de la política de Fico, también mostró preocupación por la situación defensiva del país. Pellegrini recordó que Eslovaquia “no tiene sistema de defensa aérea” tras la donación del S-300 a Ucrania, advirtiendo que si los drones hubieran cruzado hacia el este del país, “todo lo que podríamos hacer sería observar y esperar que se estrellaran en un bosque”.

 

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