España, el motor económico de una Europa estancada para la OCDE

La organización destaca a nuestro país como la economía más dinámica de la eurozona, con un crecimiento del 2,8%, superando con creces el de sus vecinos europeos y situándose como un referente en tiempos de incertidumbre

25 de Septiembre de 2024
Actualizado a la 13:57h
Guardar
España, el motor económico de una Europa estancada para la OCDE
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, celebra los buenos datos, que situan a España, el motor económico de una Europa estancada para la OCDE

En medio de un escenario de crecimiento débil en Europa, España se posiciona como el motor de la eurozona, según las últimas proyecciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La institución ha elevado las expectativas de crecimiento para España a un 2,8% en 2024, lo que contrasta marcadamente con el crecimiento raquítico del conjunto de la eurozona, que apenas alcanzará un 0,7%. Este notable avance sitúa a España a la cabeza de la recuperación económica en una región lastrada por la debilidad económica de Alemania y la inestabilidad política en otras partes del continente.

El dinamismo español: un caso excepcional

El informe de la OCDE subraya la diferencia entre el dinamismo de la economía española y el estancamiento de las grandes potencias europeas. Mientras Alemania, la mayor economía de Europa, apenas crecerá un exiguo 0,1% en 2024 debido a su crisis industrial prolongada, España mantiene una fortaleza en varios sectores clave. El turismo, las exportaciones y un mercado laboral más robusto que el de sus vecinos han sido elementos clave para este crecimiento.

Tasas de crecimiento del PIB real proyectadas para 2024 y 2025
Tasas de crecimiento del PIB real proyectadas para 2024 y 2025

Francia, por su parte, registrará un crecimiento del 1,1%, pero las preocupaciones por su déficit público, que alcanzará el 6,2% en 2024, atenúan cualquier entusiasmo. Italia también muestra señales de debilidad, con un crecimiento proyectado del 0,8% para el próximo año, lo que indica un panorama sombrío en las economías tradicionales de la eurozona.

En este contexto, España emerge como una economía más sólida y resiliente, respaldada por una serie de políticas internas que han impulsado su recuperación. Desde el Ministerio de Economía, señalan que la revisión al alza de la OCDE para el país no es un hecho aislado. Diversos organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco de España, también han mejorado sus proyecciones para España en los últimos meses, consolidando al país como una referencia positiva dentro del bloque europeo.

Los retos de la eurozona

El contraste entre España y el resto de la eurozona es particularmente evidente si se comparan las previsiones de crecimiento de los últimos años. Antes de la pandemia, ya se observaban síntomas de desaceleración en la zona euro, mientras que España mantenía un ritmo de crecimiento más vigoroso. Las cifras actuales refuerzan esta tendencia, con la economía española manteniendo su impulso, mientras que el conjunto de la eurozona lucha por recuperarse de una serie de crisis que han afectado a su capacidad de crecimiento.

Inflación vuelve a caer en objetivos de bancos centrales
Inflación vuelve a caer en objetivos de bancos centrales

Uno de los factores que ha ralentizado el crecimiento de la eurozona es la situación de Alemania, históricamente el motor económico del continente. La crisis industrial que atraviesa el país, exacerbada por problemas en la cadena de suministro y un cambio global hacia energías más limpias, ha hecho que su capacidad para impulsar el crecimiento regional sea limitada.

A esta debilidad se suman los desafíos políticos en varios países de la eurozona, donde la inestabilidad ha frenado la toma de decisiones económicas cruciales. La combinación de estos factores ha resultado en una zona euro que lucha por mantener un crecimiento sostenido, lo que aumenta la presión sobre las economías más dinámicas, como España, para que sigan tirando del carro.

El talón de Aquiles: la inflación

A pesar de su buen rendimiento en términos de crecimiento, la economía española no está exenta de desafíos. Uno de los principales problemas que enfrenta es la inflación, que, aunque se ha moderado en los últimos meses, sigue siendo más alta que en el resto de la eurozona. La OCDE proyecta que España cerrará 2024 con una inflación del 3%, frente al 2,4% del conjunto de la zona euro.

El principal motor de esta diferencia es la evolución de los precios de la energía y los alimentos, dos componentes volátiles que han afectado de manera desigual a las economías europeas. No obstante, si se excluyen estos dos factores, la inflación subyacente en España sería del 2,6%, inferior a la media de la eurozona, que se situaría en el 2,8%. Esta discrepancia muestra que, a pesar de las presiones inflacionarias, España ha logrado controlar mejor los precios en sectores clave.

Perspectivas globales: España brilla en el G-20

A nivel global, el crecimiento económico también presenta signos de estabilización, con un crecimiento proyectado del 3,2% en 2024. Sin embargo, el estancamiento de la eurozona contrasta con el dinamismo de otras economías del G-20, como Estados Unidos y algunas economías emergentes, que han mostrado una mayor resiliencia. Esto resalta aún más el papel de España como una de las economías más fuertes dentro del bloque europeo.

La OCDE advierte que, aunque la inflación global se moderará en los próximos años, los gobiernos deben tomar medidas fiscales decididas para asegurar la sostenibilidad de sus economías. Para España, esto implicará seguir gestionando cuidadosamente su deuda pública, al tiempo que aprovecha el impulso de su crecimiento para consolidar su posición como una de las principales economías de la eurozona.

España se ha convertido en el motor inesperado de una eurozona que lucha por recuperar su dinamismo. Con un crecimiento económico que supera las expectativas y una gestión eficaz de los desafíos internos, el país se sitúa a la cabeza de la recuperación en Europa. Aunque los problemas de inflación persisten, el futuro económico de España parece más prometedor que el de muchos de sus vecinos, lo que refuerza su papel clave en el panorama económico europeo.

Lo + leído