La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha actualizado positivamente sus expectativas económicas para España, señalando un crecimiento prometedor del Producto Interno Bruto (PIB) del 1,5% para el 2024, seguido de un alza aún mayor del 2% para el 2025. Este ajuste representa una mejora respecto a las estimaciones previas, destacando a España como una de las economías más dinámicas de la zona euro. De igual manera, se prevé un descenso notable en los índices de inflación, con una reducción hasta el 3,3% en el presente año y una proyección del 2,5% para el siguiente, ofreciendo un panorama de estabilidad y crecimiento sostenido.
Resiliencia y crecimiento en el contexto europeo
En contraste con el panorama general de la zona euro, que enfrenta una revisión a la baja en sus proyecciones de crecimiento, España se posiciona como un caso de éxito, con expectativas económicas que superan a sus vecinos. Mientras que países como Alemania y Francia experimentan ajustes negativos en sus proyecciones de crecimiento, España se beneficia de una inflación más contenida y un impacto económico menos severo durante periodos recientes de crisis. La OCDE reconoce la solidez de la economía española, aunque también señala desafíos futuros, especialmente en lo que respecta a la inclusión laboral de los jóvenes.
A nivel global, la OCDE ha revisado al alza las proyecciones de crecimiento económico, subrayando una recuperación más robusta de lo anticipado en 2023, especialmente en Estados Unidos. Sin embargo, advierte sobre la importancia de mantener vigilancia ante posibles presiones inflacionarias y el impacto de las tensiones geopolíticas en la economía global.
En resumen, las proyecciones actualizadas de la OCDE para España ofrecen un mensaje de optimismo, destacando el país como un motor de crecimiento dentro de la zona euro. Con políticas adecuadas y un enfoque en superar los desafíos pendientes, España está bien posicionada para continuar su trayectoria de expansión económica y estabilidad. Estos datos reflejan no solo el potencial de recuperación y crecimiento de España sino también su capacidad para superar adversidades, situándola como un referente de resiliencia económica en Europa.