El periodista Carlos Tena falleció ayer jueves en Madrid a la edad de 79. Una noticia que se ha dado conocer hace escasos minutos y que ha conmocionado a quienes le acompañaron a lo largo de su carrera profesional.
Hacía años que Tena estaba fuera de los medios. Regresó a España hace ocho años desde Cuba, instalándose en Ronda, para posteriormente trasladarse a Madrid al serle detectado un cáncer.
Sus primeros pasos fueron en la radio, a finales de los años sesenta. Pronto se dio a conocer en Radio Nacional, cuando en 1973 presentó "Para vosotros, jóvenes", un programa que obtuvo el Premio Nacional de Radio y que mantenía "alimentada musicalmente" a una generación con acceso muy limitado a lo que sucedía fuera de las fronteras de una España bajo la dictadura franquista.
En 1976 presentará "Clásicos populares", un formato donde acercó la música clásica a todos los oídos y seleccionó para los oyentes las grandes obras de la Historia. Su cercanía, tono coloquial y desenfadado, sirvió para abrir la puerta a una música que solía estar reservada para quienes la podían entender. Su manera de explicarla, su gusto en la selección sirvió para que muchos se iniciasen en los clásicos.
En Popgrama, ya en TVE, en plena transición, Tena actualizaba a una sociedad ávida de cambios, de libertad y de color. Junto a Diego Manrique creó un tándem que sirvió para hacer escuela, la de un periodismo libre, dinámico y que cumplía con la misión de despertar a una sociedad en blanco y negro. Aquel programa era un pequeño anticipo de lo que vendría después, "Música, Maestro", "La caja de los ritmos", "Pop ¿qué?" y "Auanbabulubabalambambú".
Después, en la década de los noventa, vendría el tiempo de las cadenas privadas, donde Tena sería una de las caras conocidas por su participación en programas como "Lluvia de Estrellas" o "Tu cara me suena".
Durante su carrera televisiva y radiofónica, escribió para medios como Diario16, Pueblo, Efe Eme, entre otras.
Con la llegada del año dos mil, Tena se marchó a Cuba, cansado de remar contracorriente.
Hoy nos despedimos de él, esperando que desde donde esté, sirva de inspiración para la libertad, la crítica mordaz y el pensamiento combativo, que tanta falta nos sigue haciendo.