Los datos de la Delegación del Gobierno señalan que sólo 31.000 personas han participado en la manifestación contra el Gobierno convocada por más de un centenar de organizacionesy a la que sólo ha asistido un líder nacional de los partidos de la derecha. Ha sido Santiago Abascal, líder de la ultraderecha. Ni Alberto Núñez Feijóo, ni Isabel Díaz Ayuso (quien sí apoyó el sentido de la convocatoria y hoy ha tuiteado el lema de la manifestación), han acudido a la Plaza de Cibeles de Madrid.
Han sido los propios ámbitos conservadores y de extrema derecha los que pusieron el listón del fracaso, puesto que así calificaron la manifestación de la Marea Blanca en favor de la sanidad pública que contó con la misma asistencia. Por tanto, en base a la coherencia, si fracasó una, hoy ha fracasado la otra.
En los discursos y en el manifiesto se ataca al gobierno de Pedro Sánchez por las leyes que está aprobando. Nuevamente se han focalizado en la reforma del Código Penal y han vuelto a manipular la realidad de la derogación del delito de sedición, un delito que ha impedido, por ejemplo, que se llevaran a efecto las repatriaciones de algunos líderes del procés al no encontrarse ya en los códigos penales de países como Alemania o Bélgica.
Sin embargo, las intenciones de la derecha y los ultras ha quedado clara con algunas de las manifestaciones de líderes políticos: sacar a Sánchez de la Moncloa como sea y anular todas las reformas aplicadas por el actual gobierno, tengan o no tengan impacto directo en la vida de los españoles.
Hablar de que derogarán la reforma del Código Penal es muy peligroso, porque es el primer paso para la destrucción de todas y cada una de las medidas sociales aprobadas por el gobierno Sánchez. Por tanto, están en peligro tanto la revalorización de las pensiones en base al IPC como las subidas del salario mínimo interprofesional.
Santiago Abascal ha señalado que es necesaria "una movilización permanente y masiva hasta la expulsión de Sánchez del poder. Hay un gobierno que hay que echar y que ha enfrentado a los españoles". Sin embargo, la realidad es que la polarización social ha venido, precisamente, de la actuación de Vox y de determinados dirigentes del Partido Popular con un sistema de propaganda y bulos que ha tergiversado o engrandecido aspectos del gobierno que no gustaban ni a los partidos conservadores y de extrema derecha ni a los poderes económicos y empresariales que los sostienen.
La polémica de Almeida y las cámaras de seguridad
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, no ha acudido a la manifestación pero ha tenido participación indirecta. Tal y como ha denunciado el periodista Víctor de Elena, "casualmente, las cámaras de Cibeles sí funcionan hoy. El día de la manifestación de la sanidad pública estaban apagadas y no se dejó a las televisiones subir a la terraza del Ayuntamiento."