El Guernica sobre heridas invisibles

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica exige que el Reina Sofía incluya en su relato la función hospitalaria del edificio durante los bombardeos nazis sobre Madrid

03 de Junio de 2025
Actualizado a las 14:03h
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El Guernica sobre heridas invisibles. Foto: Fernando Del Río Ruiz

El lugar que hoy alberga el icónico Guernica de Picasso fue, durante la Guerra Civil, el Hospital Provincial de Madrid. Más de 30.000 víctimas de los bombardeos fascistas pasaron por sus pasillos. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica reclama que esa historia forme parte del discurso museístico y del recorrido de los visitantes.

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha solicitado por segunda vez al Centro de Arte Reina Sofía que incorpore a su narrativa museística la memoria del edificio que lo acoge. Durante la Guerra Civil Española, el actual museo fue el Hospital Provincial de Madrid, uno de los centros médicos más relevantes de la capital, que, a partir del golpe de Estado del 18 de julio de 1936, se convirtió en el Hospital Clínico Número 4, bajo jurisdicción del Ministerio de la Guerra.

Entre 1936 y 1939, mientras Madrid resistía el cerco fascista, más de 30.000 personas heridas por los bombardeos de la aviación nazi y la artillería franquista fueron ingresadas en el centro. Algunas de estas bombas cayeron directamente sobre el hospital, situado cerca del eje del Paseo del Prado, objetivo habitual de la aviación sublevada.

Un símbolo sobre la huella real de la guerra

Hoy, en ese mismo edificio, se expone la pintura más universal contra los horrores de la guerra: el Guernica. El óleo que Pablo Picasso creó tras conocer la masacre perpetrada por la Legión Cóndor en la localidad vasca —en abril de 1937—, se muestra sobre un suelo donde, meses antes, yacieron heridos y mutilados por esas mismas bombas alemanas.

“Cuando alguien mira el cuadro de Picasso tiene sus pies sobre las huellas de la memoria de miles de heridos y mutilados por las mismas bombas nazis que cayeron en Guernica”, afirma Emilio Silva, presidente de la ARMH. “Eso es algo que se le debería contar a todas las personas que acuden a verlo”.

La petición de la asociación va más allá del simple añadido informativo. Reclaman que se contextualice históricamente el lugar, tanto en los materiales de difusión como en las visitas guiadas. “Ocultar esa información es casi una forma de negacionismo”, denuncia Silva.

La historia silenciada del edificio

En la página oficial del museo no se menciona el pasado bélico del edificio, ni su uso como hospital durante los años más duros del conflicto. La ARMH ha adjuntado en su solicitud un enlace a dicha web y una fotografía inédita que ilustra este artículo, en la que se observa a Ciriaco Malanda García, un niño herido por una bomba el 20 de enero de 1937. Su historia fue narrada por Arturo Barea en La forja de un rebelde.

La imagen que ilustra esta información fue tomada por el fotógrafo de prensa Fernando Del Río Ruiz, y permanecía inédita hasta ahora. Testimonios humanos que, como el propio hospital, forman parte inseparable del relato del horror que Picasso plasmó en su obra.

La ARMH no cuestiona la exposición del Guernica, sino el silencio que lo rodea: “El Reina Sofía debería rendir homenaje a las víctimas del asedio fascista en Madrid. El cuadro ya habla por sí solo, pero el edificio tiene también algo que decir”.

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