¿Hay miedo a los careos en el juicio del ‘procés’?

05 de Abril de 2019
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Juicio Proces 05
El juicio del ‘proces’ ha embarrancado entre lentitudes burocráticas, interrogatorios interminables y tiempo perdido en pruebas que terminan convirtiéndose en poco más que alegatos políticos de las partes. Si hoy mismo se diera por concluida la vista oral la sentencia no diferiría demasiado de la que recaerá en unas semanas, probablemente meses. Eso juega a favor de aquellos que dicen que el fallo está decidido de antemano tras la polémica instrucción de Pablo Llarena.La legislación procesal española permite que el tribunal impulse la práctica de nuevas pruebas durante la vista oral con el objetivo de llegar a la verdad y no quedarse solo con lo que ya decidió en su día el instructor de la causa. Sin embargo, los magistrados del Tribunal Supremo rara vez se salen del guion, eliminando así cualquier posibilidad de sorpresa. Ayer se pudo comprobar.Prestaba declaración el comisario de los Mossos d’EsquadraJoan Carles Molinero, número 3 del mayor Josep Lluís Trapero, que terminó confirmando la versión de sus jefes sobre el dispositivo policial del 1-O y cómo este fue supervisado en todo momento por el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos. Tanto Trapero como el que fuera su “número dos”, Ferrán López, aseguraron que Pérez de los Cobos, nombrado por el Gobierno central coordinador del operativo para el referéndum independentista, aceptó el despliegue de los llamados “binomios” (parejas de policías autonómicos) para tratar de cerrar los colegios electorales y evitar así que se votara.Molinero ha afirmado que Pérez de los Cobos no presentó “ninguna objeción” al dispositivo de Mossos consistente en enviar a una pareja de efectivos a cada centro electoral, y que así al menos se lo transmitió el comisario Ferran López, que era el encargado de asistir a las reuniones de la junta de seguridad. Tanto en respuesta a preguntas de la Fiscalía como de la acusación popular que ejerce Vox, Molinero ha querido dejar claro que el mandato judicial de cerrar colegios e incautar material electoral antes y durante el 1-O competía a los tres cuerpos policiales, es decir, Mossos, Policía Nacional y Guardia Civil, y no solo a la policía autonómica.De esa manera, la versión de Molinero coincide con las que aportaron sus superiores Trapero y López días atrás ante los magistrados. Y al mismo tiempo desmiente la declaración que hizo el coronel de la Guardia Civil el pasado 5 de marzo. Ante tales contradicciones, la defensa del ex consejero de Interior Joaquim Forn ha solicitado un careo entre López y De los Cobos. El tribunal resolverá una vez que haya escuchado a más testigos y compruebe si la práctica de esta diligencia es necesaria.Y ahí es donde el presidente de la Sala, Manuel Marchena, tiene una difícil papeleta, ya que de ese careo podrían salir datos importantes que ayudarían a esclarecer quién tomó las decisiones aquel día, pero por otra parte admitir la prueba supondría dejar en descubierto a Pérez de los Cobos y debilitar esa parte crucial de la instrucción realizada por Pablo Llarena que incrimina a los altos mandos de los Mossos como cómplices de la supuesta rebelión.El careo consiste en un medio de prueba complementario, en relación a la prueba testifical, que tiene por objeto aclarar los aspectos contradictorios de declaraciones de los intervinientes en un proceso penal. En general consiste en un cara a cara, es decir, confrontar dialécticamente a dos o varias personas que han prestado declaraciones dispares sobre un hecho relevante del proceso. El careo sirve para disipar, aclarar o, en su caso, hacer patente contradicciones entre lo manifestado por los distintos testigos e imputados. Es una forma especial de ampliación de testimonio, por lo que ese medio de prueba se ajustará a lo que diga la ley.Solo un careo con todas las garantías procesales, donde los testigos puedan intercambiar datos y versiones, permitiría concluir a la Sala si los Mossos d’Esquadra se mantuvieron fieles a la legalidad constitucional el 1 de octubre o si en realidad aceptaron participar en el proceso soberanista iniciado por Carles Puigdemont, permitiendo que los votantes ejercieran el voto. Esa es una de las claves importantes de este juicio y sobre los magistrados de la Sala recae la responsabilidad de aceptar o rechazar el careo. De dar luz verde a la prueba, Marchena se apuntaría un tanto a favor al hacer ver que el proceso está siendo escrupuloso con los derechos de los acusados y se evitaría un quebradero de cabeza cuando el asunto llegue al Tribunal de Estrasburgo por vía del recurso. De rechazarlo, los abogados de las defensas se anotarían otro motivo más para la impugnación del juicio por defectos de forma.
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