Septiembre trajo consigo un respiro en la escalada de precios que ha asfixiado a las familias españolas durante los últimos años. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación de los alimentos cayó al 1,8%, la cifra más baja desde octubre de 2021. Este descenso marca una quinta bajada consecutiva, lo que podría parecer una buena noticia para los consumidores. Sin embargo, ¿realmente este alivio se refleja en la cesta de la compra?
¿Qué significa esta caída?
Cuando hablamos de una moderación de la inflación, es importante recordar que no implica una bajada en los precios, sino que el ritmo de subida es más lento. Es decir, los precios de los alimentos siguen siendo más altos que hace un año, pero la diferencia es menor que en meses anteriores. Para ponerlo en perspectiva, en agosto los precios de los alimentos se habían incrementado un 2,5%, por lo que esta reducción al 1,8% es un signo de que la subida está perdiendo fuerza.
En los hogares españoles, este alivio llega con matices. Aunque ciertos productos, como el aceite de oliva, han registrado una bajada del 2,9% en septiembre respecto al mes anterior, otros alimentos básicos aún mantienen precios elevados. Las familias más vulnerables, que dedican una mayor parte de su renta a la compra de alimentos, siguen sintiendo la presión de llenar la despensa cada mes.
El aceite de oliva: de héroe a villano
Uno de los productos más emblemáticos y polémicos en este contexto es el aceite de oliva. Durante gran parte de 2023 y 2024, su precio experimentó un incremento descontrolado, llegando a superar el 60% en ciertos meses. Ahora, por fin, la tendencia parece estar cambiando. En septiembre, el aceite de oliva se encareció "solo" un 10,3% en comparación con el mismo mes del año anterior, lo que supone el menor aumento desde mayo de 2021.
A pesar de esta moderación, el precio del aceite sigue siendo un dolor de cabeza para los consumidores, especialmente en un país donde su uso es cotidiano y fundamental en la cocina. Aunque su reciente bajada del 2,9% es un pequeño respiro, muchas familias siguen sintiendo el golpe en sus bolsillos.
¿Y el resto de la cesta de la compra?
El alivio en los precios de los alimentos no se limita al aceite de oliva. Según los datos del INE, productos como la carne, el pescado y las frutas también han mostrado signos de moderación en sus subidas. Esto se traduce en una tasa de inflación de los alimentos del 1,8%, muy cercana al IPC general, que se situó en el 1,5% en septiembre. Este último dato es el más bajo desde marzo de 2021, lo que sugiere una estabilización en el coste de vida.
Sin embargo, la moderación de la inflación no implica que los precios hayan vuelto a los niveles anteriores a la crisis. Los consumidores siguen pagando más por los mismos productos que antes, aunque el aumento sea más lento. La energía y los carburantes también han contribuido a esta desaceleración, con descensos del 4% en los precios de la gasolina y el gasóleo, lo que alivia ligeramente los gastos de transporte.
Medidas del gobierno: ¿suficientes?
El Gobierno ha intentado paliar los efectos de la inflación con medidas como la reducción del IVA en alimentos básicos, incluido el aceite de oliva, que desde enero de 2023 tiene un IVA del 0%. Esta medida, prorrogada hasta finales de 2024, ha sido clave para evitar que la escalada de precios sea aún más dramática. Sin embargo, la realidad en los supermercados sigue siendo dura para muchas familias que, a pesar de las ayudas, aún ven cómo su capacidad de compra se resiente.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha defendido que la economía española está logrando compatibilizar el crecimiento con una moderación de los precios, gracias a estas medidas anticrisis. Sin embargo, la pregunta sigue siendo: ¿es suficiente para los hogares más vulnerables?
📉La #inflación cae al 1,5% en septiembre, su nivel más bajo en 3 años y medio, y la de los alimentos al 1,8%, la menor en casi 3 años
— Carlos Cuerpo (@carlos_cuerpo) October 15, 2024
➡️La economía 🇪🇸 sigue fuerte y modera los precios, permitiendo mejorar la capacidad de compra de los ciudadanos y la renta real de los hogares pic.twitter.com/lHc1k1rHyl
El futuro incierto
A pesar de las señales de alivio, los expertos advierten que es pronto para cantar victoria. La inflación subyacente, que excluye la energía y los alimentos frescos, se mantiene en el 2,4%, lo que indica que aún hay presiones inflacionistas en otros sectores. Además, el Banco Central Europeo (BCE) ha dejado claro que mantendrá su política de tipos de interés restrictivos hasta que la inflación se estabilice en torno al 2%.
En resumen, aunque la inflación de los alimentos ha mostrado signos de moderación, el impacto real en los hogares españoles sigue siendo limitado. El coste de la vida sigue siendo elevado y, aunque la subida de precios se ha ralentizado, la realidad es que las familias siguen enfrentándose a dificultades para llenar la cesta de la compra. La lucha contra la inflación está lejos de haber terminado.