La inflación general, según confirma el Instituto Nacional de Estadística (INE) quedó en el 2,8% en julio, el más bajo desde febrero, mientras que la cesta de la compra ha dado un respiro a los hogares, moderándose al 3,1% en julio, el nivel más bajo registrado en casi tres años. Esta cifra representa una reducción de 1,1 puntos respecto a junio, cuando la inflación de alimentos se situó en un 4,2%. El descenso ha sido impulsado principalmente por la moderación en el encarecimiento del aceite de oliva y de las frutas frescas, dos de los productos que más han contribuido al alivio en los precios de la cesta de la compra.
La inflación retrocede
No solo la inflación de alimentos ha mostrado signos de moderación. La inflación general en España bajó seis décimas en julio, situándose en un 2,8% interanual. Este dato es el más bajo del año y refleja una tendencia de desaceleración que comenzó en junio. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), esta moderación se debe tanto a la reducción de los precios de la electricidad como al menor encarecimiento de los alimentos.
La inflación subyacente, que excluye los alimentos no elaborados y los productos energéticos debido a su alta volatilidad, también se redujo en julio, alcanzando el 2,8%. Este es el nivel más bajo desde enero de 2022, lo que sugiere que la tendencia desinflacionaria se está consolidando en la economía española.
El impacto del aceite de oliva y la fruta
El aceite de oliva, que había sido uno de los productos más afectados por la crisis inflacionaria con subidas interanuales superiores al 70%, mostró un incremento más contenido en julio, del 40%. Aunque este porcentaje sigue siendo elevado, marca una desaceleración significativa en comparación con meses anteriores. En términos mensuales, el aceite de oliva se abarató un 5,5% en julio, continuando una tendencia de tres meses consecutivos de caídas.
Por otro lado, el precio de las frutas frescas o refrigeradas también experimentó una notable desaceleración. En junio, el Índice de Precios al Consumo (IPC) para este grupo había registrado un aumento del 14,4%, pero en julio esta cifra cayó al 2,2%. Esta disminución ha sido clave para aliviar el costo general de la cesta de la compra, especialmente en un contexto donde los alimentos frescos juegan un papel importante en el presupuesto de las familias.
Medidas gubernamentales para combatir la inflación
El Gobierno de España ha implementado una serie de medidas para mitigar el impacto de la inflación en las familias, especialmente las más vulnerables. Entre estas medidas destaca la reducción del IVA de ciertos alimentos básicos, incluyendo el aceite de oliva, que actualmente tiene un tipo impositivo del 0% hasta septiembre, cuando se incrementará al 2% hasta fin de año.
El Gobierno también ha prorrogado otras medidas anticrisis, como la rebaja del IVA en la factura de la electricidad, que ha vuelto al tipo reducido del 10% en respuesta al repunte del precio del mercado mayorista de la electricidad. Estas acciones forman parte de un paquete más amplio de iniciativas diseñadas para aliviar la presión inflacionaria, que incluye también el bono social eléctrico y la subida de los salarios de los funcionarios para 2024.
Según la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, el Gobierno ha destinado un total de 120.000 millones de euros desde 2020 en un esfuerzo fiscal sin precedentes para proteger las rentas, salvar puestos de trabajo y transformar la economía española. Montero ha destacado que estas medidas contrastan con las políticas de austeridad aplicadas durante la anterior crisis financiera, subrayando el compromiso del Ejecutivo con la protección social y el crecimiento económico sostenible.
Perspectivas futuras
A pesar de la moderación de la inflación en julio, los expertos advierten que la trayectoria de los precios podría seguir siendo volátil en los próximos meses. Según el BBVA Research, la desinflación debería consolidarse a lo largo del próximo año, con el objetivo de alcanzar niveles cercanos al 2% marcado por el Banco Central Europeo para finales de 2025. Sin embargo, Cardoso advierte que factores como la presión en los servicios y la reversión de las medidas anticrisis podrían generar altibajos en la evolución de los precios.
Por su parte, desde Coyuntura Económica en Funcas, subraya que la corrección observada en julio ha sido mejor de lo previsto y prevé que el IPC general tienda a converger con la inflación subyacente en la segunda mitad del año. No obstante, otros analistas coinciden en que el contexto internacional, especialmente la evolución de los precios energéticos y la política monetaria del BCE, será determinante para el comportamiento futuro de la inflación en España.
La moderación de la inflación de los alimentos en julio ofrece un respiro necesario para las familias españolas, que han estado lidiando con el impacto de los precios elevados durante los últimos años. Aunque la situación ha mejorado, la incertidumbre persiste, y las medidas gubernamentales seguirán siendo cruciales para proteger a los ciudadanos más vulnerables. Con la inflación general también a la baja, las perspectivas a corto plazo parecen favorables, pero el camino hacia una estabilidad duradera aún presenta desafíos significativos.