Europa se pone las pilas contra la plaga de bulos y desinformación. Desde que entramos en la era de la posverdad, que ha entronizado en el poder a personajes sin escrúpulos de corte fascista como Donald Trump –alguien que ha hecho de la mentira en Twitter su programa político–, ya vamos tarde. Ahora, por fin, la justicia francesa ha determinado que el sitio web France-Soir no puede ser considerado un medio de comunicación digital, al constituir un “peligro para la salud pública”, debido a los bulos y las teorías de conspiración que compartió durante la pandemia de la covid-19, informa El País. ¿Podría llegar a ocurrir algo así en España? Difícil. La Justicia está mediatizada por la extrema derecha y las actuaciones y medidas que está adoptando Pedro Sánchez para frenar la desinformación solo pueden ser consideradas como tibias.
El citado medio francés, que arrancó en 1944 como un periódico clandestino vinculado a la Resistencia francesa durante la II Guerra Mundial, ha terminado siendo uno de los primeros a los que la Justicia le ha quitado su estatuto de servicio de prensa online por “constituir un peligro para la salud pública” debido a sus bulos y teorías conspirativas. “Podrá seguir existiendo, pero perderá su estatus de medio digital, lo que le dejará fuera de ciertas ventajas fiscales”.
Poco a poco la democracia va reaccionando ante la gran pandemia de nuestro siglo: el bulo y la desinformación. Así lo ha determinado el Tribunal Administrativo de París, confirmando la decisión de la Commission Paritaire des Publications et Agences de Presse (CPPAP), añade El País. Fue la propia Comisión la que dictaminó que el contenido del sitio, que ganó popularidad durante la pandemia, podía constituir un peligro para la salud pública, basándose en las recomendaciones del Ministerio de Sanidad galo.
En enero de 2009, France-Soir fue adquirido por el joven magnate ruso Aleksandr Pugachov
France-Soir sostiene que recurrirá la decisión. Sus fundadores Robert Salmon y Philippe Viannay imprimieron los primeros números en una máquina escondida en los sótanos de la Sorbona, con una inscripción de una frase del filósofo Blaise Pascal: “No creo más que en las historias cuyos testigos se harían sacrificar”. En enero de 2009, France-Soir fue adquirido por el joven magnate ruso Aleksandr Pugachov. El 17 de marzo de 2010, se lanzó con ingente publicidad (6 millones de euros) una nueva edición del periódico que pretendía ser más cercana al lector. El objetivo era relanzar las ventas mediante una bajada de precio y la llegada de nuevas firmas (Patrick Poivre d'Arvor, Laurent Cabrol).
Finalmente, la dirección encabezada por Pugachov decidió parar la edición en papel el 15 de diciembre de 2011, así como despedir a 89 empleados de un total de 127. En 2014 lo adquirió el empresario Xavier Azalbert, que cambió la línea editorial a tintes conspiranoicos. En 2019 los cuatro periodistas que quedaban en la redacción fueron despedidos. A partir de la pandemia de covid, se convirtió en el medio de referencia para los antivacunas de Francia. Por ello en 2021, el Ministerio de Cultura comenzó las gestiones administrativas para retirarle el certificado de información política y general.