La violencia sexual se ha convertido en una táctica brutal de guerra y represión que "aterroriza a las poblaciones, destruye vidas y fractura a las comunidades", afirmó este domingo el máximo responsable de la ONU.
En su mensaje con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos, el secretario general, António Guterres, también constató que los agresores rara vez afrontan las consecuencias que conllevan sus actos.
Al contrario, indicó que " son las personas supervivientes las que llevan la carga del estigma y el trauma durante toda su vida, a menudo doblemente maltratadas por nocivas normas sociales y la culpabilización de las víctimas”.
Apoyar a las víctimas
Por su parte, la Representante Especial para la Cuestión de los Niños y los Conflictos Armados, Virginia Gamba, señaló que, si bien se ha verificado que al menos 14.200 niños han sido víctimas de violencia sexual, esta cifra es "sólo la punta del iceberg".
Con motivo de la efeméride, Guterres expresó su solidaridad con las personas supervivientes y mostró su compromiso "a apoyar a las mujeres, las niñas, los hombres y los niños más vulnerables en su lucha por vivir con dignidad y en paz en medio de las crisis humanitarias”.
Para lograrlo destacó la necesidad de incrementar el apoyo “a las víctimas y a las mujeres, las niñas y los niños desplazados que son vulnerables a la trata y a la explotación sexual, y a quienes proceden de zonas marginadas, remotas y rurales donde los sistemas de justicia y protección son débiles.”
Guterres detalló que este cometido implica reforzar tanto los sistemas de justicia como las capacidades del estado de derecho a nivel nacional “para que los autores rindan cuentas de sus crímenes y las víctimas reciban el apoyo médico y psicosocial oportuno”.
Una tarea que también implica “defender los derechos de las personas supervivientes y tratarlas con respeto y comprensión”, proporcionándoles “la oportunidad de ayudar a reparar sus comunidades fragmentadas”.
Además, comporta la necesidad de apoyar a las organizaciones de la sociedad civil dirigidas por mujeres “que buscan derribar las barreras sociales, económicas y culturales” que niegan tanto a mujeres como a niñas “su derecho a la protección, la igualdad y la justicia”, así como “abordar las causas subyacentes de la violencia sexual en los conflictos”.
"Con una mayor determinación política y recursos financieros, podemos pasar de las palabras a los hechos y acabar con la lacra de la violencia sexual en los conflictos, de una vez por todas ", subrayó el Secretario General.UNICEF/Mackenzie Knowles-Coursin Una cuarta parte de los casos denunciados de violencia sexual relacionada con el conflicto en Sudán del Sur son contra niños.
Salvar a las generaciones venideras
Por su parte, la representante especial de la ONU para la violencia sexual en los conflictos, Pramila Patten, y el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, llamaron a la comunidad internacional para que contribuya a erradicar la violencia sexual relacionada con los conflictos y así poder "salvar a las generaciones venideras de esta lacra".
"Es hora de ir más allá de los enfoques reactivos y abordar las causas profundas y los motivos invisibles de la violencia sexual... así como las dañinas normas sociales relacionadas con el honor, la vergüenza y la culpabilización de las víctimas", afirmaron en su declaración conjunta.
Ambos manifestaron su profunda consternación por el impacto que está provocando la guerra en Ucrania en la población civil, y su grave preocupación por los desgarradores testimonios personales y las crecientes denuncias de violencia sexual.
"Condenamos enérgicamente estos crímenes y pedimos el fin inmediato de la violencia".
La prevención de conflictos es la mejor forma de protección
Advirtieron sobre una " plaga de golpes de estado y tomas de posesión militares" que han "hecho retroceder en el tiempo los derechos de las mujeres", tanto en Afganistán como en Guinea, Mali, Myanmar y otros lugares,
A su vez, destacaron que mientras se intensifican las nuevas crisis, continúan las guerras en otros lugares, como la República Centroafricana, la República Democrática del Congo, Somalia, Sudán del Sur, Siria y Yemen.
Cada una de ellas está marcada por niveles alarmantes de violencia sexual vinculada a conflictos, que se utiliza como herramienta de represión política, intimidación y represalia contra actores y activistas que actúan en primera línea.
"En primer lugar, es básico promover un entorno de protección que disuada y prevenga la violencia sexual y que permita una denuncia segura y una respuesta adecuada", y añadieron que "la prevención es la mejor forma de protección, incluida la prevención del propio conflicto".