Las altas presiones a Pedro Sánchez para que Podemos no entre en el Gobierno

Las dificultades de Pedro Sánchez y del Partido Socialista para llegar a un acuerdo de gobierno con Unidas Podemos o para aceptar las condiciones programáticas puestas sobre la mesa por Pablo Iglesias podrían tener como causa principal las presiones que se presuntamente se estarían recibiendo en Moncloa o en Ferraz desde los más altos poderes del país, tanto a nivel económico como a nivel político.Pedro Sánchez también estaría pudiendo recibir presiones desde los propios poderes del Estado para que no forme un gobierno de coalición con Unidas Podemos. Distintas fuentes han informado a Diario16, de que, desde la Casa Real, se podría estar presionando, directa o indirectamente, al presidente para evitar que un partido que se ha declarado abiertamente republicano, y que lo demuestra en sus comportamientos, llegue a la Moncloa. Según estas fuentes, este hecho tiene muy preocupado al Jefe del Estado.Diario16 se puso en contacto con Casa Real y fuentes de Zarzuela negaron esa información.Sin embargo, poniendo en contexto la situación actual de la ciudadanía española respecto a la Jefatura del Estado y del incremento del número de personas que están reclamando la celebración de un referéndum sobre el modelo político de España, es lógico que en Zarzuela exista preocupación de que entre en el Gobierno un partido o unos políticos que no sólo se declaran republicanos, sino que ejercen de tales. Hasta ahora, la Monarquía ha tenido la suerte de que en Moncloa no ha habido verdaderos republicanos decididos a devolver al pueblo lo que la manipulación de los poderes de la Transición le hurtaron: el derecho a decidir sobre su modelo de Estado.La entrada de Unidas Podemos en el Gobierno podría abrir la puerta a mover los cauces legales para revitalizar el debate y en Zarzuela no tienen muy claro que, de darle voz al pueblo en un referéndum, el resultado fuera favorable a la Monarquía. Ya le pasó a Adolfo Suárez y lo evitó manipulando la realidad.Por más que los defensores del actual modelo, tanto monárquicos como republicanos de salón que no dudan en decir que «están a gusto con este rey», afirmen que poner en duda a la Monarquía es una deslealtad, la verdad es que la lealtad real hay que tenerla con el pueblo que, al fin y al cabo, es en quien está depositada la soberanía nacional. Por tanto, es necesario que se dé voz a la ciudadanía para que decida sobre el modelo de Estado porque, además, en caso de que los españoles y las españolas decidieran mantener a los Borbones en la Jefatura del Estado, la propia Monarquía ganaría la legitimidad democrática que ahora mismo no tiene porque no ha sido refrendada por el pueblo.Por otro lado, las presiones del IBEX35 para que se alcanzara un acuerdo con Ciudadanos empezaron prácticamente al día siguiente de las elecciones generales. El banco Santander, presidido por Ana Patricia Botín, envió un informe a sus grandes clientes en el que la entidad se posicionaba en favor de un pacto entre Sánchez y Rivera porque «la coalición entre PSOE y Ciudadanos probablemente complacería a los mercados financieros dado que la postura liberal de Ciudadanos sería mejor recibida que el populismo de Unidas Podemos». Este posicionamiento es el mismo que las principales agencias de análisis de mercado como Renta 4, DBRS o Scope Ratings. La propia CEOE pidió «moderación» en los pactos y afirmó, en boca de Antonio Garamendi, que «todo lo que gire alrededor del centro izquierda, como en otro momento del centro derecha, será lo mejor». Es decir, en los poderes económicos, financieros y empresariales no quieren que la formación de Pablo Iglesias entre en el Gobierno.Además, hay que recordar la reunión desvelada por Diario16 y no desmentida por Moncloa que mantuvo Iván Redondo, el jefe de gabinete del presidente, en las semanas previas a la convocatoria electoral con los principales representantes de las empresas del IBEX35. ¿Se habló en esa reunión de la posibilidad de que se formara un gobierno entre Ciudadanos y el PSOE?Estas presiones pueden estar teniendo efecto puesto que algunas de las políticas sociales presentadas por Podemos y que van en contra de los intereses de las grandes empresas españolas y de los bancos fueron, en principio, rechazadas por el PSOE.