El expresidente de la Generalitat y eurodiputado de Junts, Carles Puigdemont, ha vuelto a poner sobre la mesa sus condiciones previas para entablar negociaciones sobre la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno de España. Sin embargo, estas demandas plantean un desafío significativo tanto para el Estado español como para el proceso de diálogo en curso.
En su conferencia desde Bruselas, Puigdemont destacó tres condiciones que, desde su perspectiva, deben ser cumplidas antes de que comiencen las conversaciones. En primer lugar, exige que el Estado español reconozca la "legitimidad" del independentismo catalán. Esta solicitud va más allá de una mera admisión de la existencia de fuerzas independentistas en Cataluña, ya que busca que se reconozca la legitimidad de sus objetivos políticos, lo que representa un obstáculo fundamental para el gobierno central.
Amnistía
En segundo lugar, Puigdemont reclama una amnistía para los líderes independentistas enjuiciados por su participación en el referéndum de independencia de 2017 y la declaración unilateral de independencia. Esta medida, que busca eximir de responsabilidad legal a los implicados en un proceso que el Estado considera ilegal, plantea cuestiones legales y políticas complejas. La amnistía podría percibirse como una impunidad selectiva y generar polémica en la sociedad española.
Garantía de cumplimiento de los acuerdos que eventualmente se alcancen en el proceso de negociación
La tercera demanda de Puigdemont es la garantía de cumplimiento de los acuerdos que eventualmente se alcancen en el proceso de negociación. Esto podría implicar un mecanismo de supervisión internacional o la inclusión de salvaguardias legales para garantizar que cualquier acuerdo sea respetado por ambas partes. Esta solicitud pone de manifiesto la desconfianza arraigada entre las partes y la necesidad de establecer un marco de confianza mutua antes de proceder a las conversaciones.
Una característica llamativa de la postura de Puigdemont es su insistencia en que estas condiciones deben cumplirse sin que ello implique renunciar a la unilateralidad. Esto significa que, según él, Cataluña mantendría la posibilidad de tomar medidas unilaterales en busca de la independencia, incluso mientras se están llevando a cabo negociaciones. Esta posición refleja un enfoque de "todo o nada" que podría complicar aún más las conversaciones y dificultar la búsqueda de un terreno común.
Referéndum
Además, Puigdemont argumenta que solo un referéndum acordado con el Estado español podría reemplazar el mandato del referéndum de independencia de 2017. Esto plantea la pregunta de si las demandas de Puigdemont son una vía para reactivar el debate sobre la independencia de Cataluña o si están diseñadas para allanar el camino hacia un referéndum legal y acordado.
Las demandas de Carles Puigdemont representan un desafío significativo para las negociaciones en curso entre el gobierno central y las fuerzas independentistas catalanas. La búsqueda de un "acuerdo histórico" se presenta como un camino arduo y complejo, con obstáculos considerables en el camino hacia la resolución del conflicto en Cataluña.