Mañueco a Vox: “Castilla y León avanza mejor sin ustedes”

El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, se enfrenta a su exaliado, Vox, y desvía el foco político hacia las maniobras de su antiguo socio, mientras señala que la comunidad progresa sin ellos.

25 de Septiembre de 2024
Actualizado el 26 de septiembre
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Mañueco Y Feijóo

La política en Castilla y León se ha vuelto más turbulenta que nunca desde la ruptura entre el Partido Popular (PP) y Vox en el gobierno autonómico. En un escenario de recriminaciones y tensiones, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, ha dejado claro que su gobierno puede seguir adelante sin la extrema derecha. "Sin ustedes, Castilla y León funciona", afirmó Mañueco en un encendido intercambio en las Cortes, dirigido a su exvicepresidente, Juan García-Gallardo, de Vox.

Un divorcio anunciado

La ruptura entre PP y Vox ha sido una crónica de un desencuentro anunciado. La relación entre ambos partidos, que gobernaron juntos en Castilla y León hasta julio, se deterioró cuando las diferencias ideológicas y las luchas de poder se hicieron insalvables. Mañueco, quien en su momento pactó la llamada Ley de Concordia con Vox —una propuesta polémica que pretendía derogar el decreto de Memoria Histórica—, ahora ha dado un giro, rechazando esta iniciativa y acusando a Vox de ser ineficaz.

Vox, por su parte, sigue presionando para que la Ley de Concordia sea tramitada, insistiendo en que “protege a todas las víctimas, independientemente del bando en el que combatieron”. Pero la postura del PP ha cambiado drásticamente, lo que ha provocado que el portavoz de Vox, García-Gallardo, cuestione públicamente a Mañueco sobre los puntos de la ley que ahora rechaza. La respuesta del presidente fue tajante: "Sin ustedes, Castilla y León sigue adelante".

Un debate desviado hacia el PSOE

En lugar de profundizar en los desacuerdos sobre laLey de Concordia Ley de Concordia, Fernández Mañueco intentó desviar la atención hacia posibles alianzas inesperadas entre Vox y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). El líder del PP sugirió que los dos partidos, tradicionalmente antagónicos, podrían unir fuerzas para votar en contra de los presupuestos autonómicos, que aún no han sido presentados. Según Mañueco, tanto Vox como el PSOE comparten un interés común en obstaculizar las políticas del PP, a pesar de sus diferencias ideológicas. “Ustedes y el PSOE están de acuerdo en hacer ruido y no en hacer política útil para Castilla y León”, acusó el presidente autonómico.

La obsesión de Vox con el PP

Durante el debate, Mañueco también criticó a Vox por centrar sus ataques en el PP en lugar de enfrentarse a las políticas del Gobierno central liderado por Pedro Sánchez. Para el presidente de la Junta, Vox ha perdido el rumbo y se ha convertido en una formación obsesionada con el PP, cuando deberían estar centrados en combatir las "nefastas" políticas de Sánchez.

En contraste, García-Gallardo se mantuvo firme en su crítica hacia Mañueco, acusándole de traicionar los principios del PP y de hacer políticas que, según él, son más propias de la izquierda. Según García-Gallardo, el presidente autonómico es “una versión de marca blanca de Juan Vicente Herrera”, en referencia al anterior líder del PP en Castilla y León, una figura moderada dentro del partido.

Los ecos del franquismo

Uno de los temas más polémicos en la ruptura entre PP y Vox ha sido la gestión de la memoria histórica. García-Gallardo reprochó a Mañueco que, cuando era alcalde de Salamanca, ordenó retirar la placa en honor a Carmen Pérez Almeida, una víctima de la violencia anarquista en 1935. Por su parte, Francisco Igea, del Grupo Mixto, también arremetió contra Mañueco, acusándole de inconsistencia en su postura respecto a la Memoria Histórica, recordando que su padre fue parte del aparato judicial franquista.

Mañueco defendió su gestión y su historia familiar, rechazando las críticas de Igea y García-Gallardo, y subrayando que su padre, pese a haber sido alcalde durante el franquismo, es una figura que él no permitirá que sea “manipulada” por intereses políticos.

Una alianza rota, una comunidad en progreso

La ruptura entre PP y Vox ha dejado a Castilla y León en una situación política compleja, pero Mañueco insiste en que la comunidad puede seguir adelante sin el apoyo de la extrema derecha. Para el presidente de la Junta, Vox se ha vuelto más un obstáculo que un socio útil, y su gobierno tiene el mandato de continuar trabajando por los intereses de los ciudadanos de Castilla y León, aunque sea sin su exaliado.

Este enfrentamiento marca un punto de inflexión en la política de la región y refleja la creciente fragmentación en la derecha española. Mientras Vox sigue insistiendo en temas que polarizan el debate político, como la Memoria Histórica, Mañueco parece estar centrado en asegurar que su gobierno avance, aunque tenga que sortear la creciente hostilidad de quienes alguna vez fueron sus aliados. Con la Ley de Concordia bloqueada y los presupuestos autonómicos aún por presentar, el futuro político de Castilla y León sigue siendo incierto, pero una cosa queda clara: Fernández Mañueco está decidido a seguir adelante, con o sin Vox.

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