La nueva red social Bluesky planta cara a X (Twitter)

Prestigiosos medios que se apartan de X porque exigen encontrarse en un ecosistema donde los medios solventes puedan competir en igualdad de condiciones con los bulos están migrando a Bluesky

05 de Diciembre de 2024
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App de Bluesky.
App de Bluesky

En 2022 saltó una de las noticias más llamativas del mundo digital en los últimos años: Elon Musk, el particular emprendedor que había amasado una fortuna con inventos como PayPal, Tesla o SpaceX, ofrecía 44.000 millones de dólares por Twitter. Tras los esperables titubeos iniciales, la empresa aceptó la oferta y salió de bolsa, convirtiéndose, a partir de entonces, en una herramienta más de Elon Musk para seguir conquistando hitos. Su misión original era, por un lado, devolver a Twitter a una etapa de esplendor donde reluciera como epicentro de la conversación global en Internet; y, por otro lado, ir añadiendo progresivamente nuevas funcionalidades hasta convertir a la plataforma en una app todopoderosa capaz de aglutinar infinidad de servicios, en línea con las aplicaciones que triunfan en Asia, y especialmente en China.

Dos años después, aquella declaración de intenciones de Elon Musk se ha visto empañada precisamente por algunos de los cambios que añadió a la plataforma. Uno de los más importantes fue la relajación de las normas de moderación de contenidos, algo que Musk impulsó para, según él, defender la libertad de expresión, pero que, para muchos detractores, ha terminado por convertir a Twitter (o X, como renombró a la plataforma) en un canal en el que parecen cobrar impulso mensajes de odio, conspiraciones y noticias falsas. Eso mismo esgrimen algunos de los medios de comunicación que han abandonado la plataforma en apenas cuestión de días, que siguen los pasos que ya dio el estadounidense ‘NPR’ el año pasado. Prestigiosos medios que se apartan de X porque exigen encontrarse en un ecosistema donde los medios solventes puedan competir en igualdad de condiciones con los bulos.

“Tal y como lo están intentando explicar instituciones o medios de comunicación, el enfoque es claro: una declaración de intenciones donde expresan que no están de acuerdo con el entorno en el que se está convirtiendo esta plataforma, a la deriva, y que lleva la conversación hacia el discurso de odio o desinformación”, explica Silvia Martínez, directora del máster universitario  de Social Media: Gestión y Estrategia de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Trump gana, X pierde

Estas bajas llegan apenas unos días después de que Donald Trump ganara las elecciones en los Estados Unidos, tras una campaña en la que Elon Musk ha cobrado tanto protagonismo como el que se presume que tendrá durante los cuatro años de mandato del magnate inmobiliario: podría ocupar una cartera de nueva creación, o un cargo en la sombra, en el segundo gobierno de Trump. La cercanía en el tiempo de ambos acontecimientos invita a pensar que detrás de estos abandonos podría haber algo más, pero parece que, al menos en el caso de los medios de comunicación que abandonan Twitter, la razón es exclusivamente de contenido y tampoco parece encajar con una tendencia generalizada.

En realidad, la huida de los medios de comunicación podría ser algo coyuntural, a tenor de los datos de usuarios de la plataforma. Según Statista, Twitter pasó de 401 millones de usuarios activos al día en 2022 a 541,5 millones en 2023, lo que representa un crecimiento del 35 %. El ‘efecto Elon Musk’ se notó en los primeros compases de la compra, pero su entrada en la política de la mano de Donald Trump, unida a presumibles cambios en el algoritmo de la plataforma que podrían haber tenido como resultado una mayor visibilidad de mensajes políticos radicales, según un estudio publicado en la revista ‘Nature’, parecen cambiar la panorámica.

De hecho, otro estudio de la Universidad de Queensland, en Australia, revela que X habría dado mayor visibilidad a mensajes pro-Trump durante la campaña electoral en Estados Unidos, algo que, explican sus autores, habría contribuido a su victoria, aunque se desconoce en qué medida. En todo caso, en lo que respecta a la plataforma, podría ser un inconveniente más que una ventaja, al destacarse políticamente y perder su pátina de neutralidad. “No se puede dejar de lado el hecho de que claramente haya habido una vinculación” entre Musk, X y Donald Trump, explica la experta, “y se da una conexión política muy evidente y se sobreentiende o se hace más explícito que el algoritmo que hay detrás pueda tener un sesgo bien definido”, añade.

En paralelo, la llegada de Musk impulsó otros cambios aparentemente menores, pero que han podido tener un impacto en esa mayor visibilidad de determinadas cuentas y mensajes, como son la proliferación de las insignias de verificación bajo pago, que pueden confundir a algunos usuarios a la hora de encontrar las cuentas oficiales, o el hecho de que los usuarios de pago podrían tener preferencia de uso y visibilidad.

Qué es Bluesky y por qué es su momento

Dado que X parece haber tomado partido, algunos usuarios han buscado refugio en Bluesky, una red social con apenas un año y medio de vida que ha experimentado un importante crecimiento en nuevos usuarios precisamente desde la victoria de Trump. Algunas cifras apuntan a que habría ganado unos cinco millones de usuarios en apenas dos semanas, elevando su cifra total por encima de los 20 millones. Cifras a años luz de X y muy lejanas a las que tienen otras alternativas, como Threads, impulsada por Meta (propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp), lanzada en 2023 precisamente para competir con la red social de Musk. 

Según cifras oficiales, Threads cerró su primer año de vida con 175 millones de usuarios mensuales, por lo que sería un rival mucho más eficiente para X. Pero le pesa su propio origen. “Threads viene con los condicionantes propios de pertenecer a una compañía con unos criterios comerciales con sus algoritmos y dinámicas de comportamiento muy marcadas por los intereses de la empresa”, razona Silvia Martínez.

Sin embargo, la idea de Threads es replicar ese Twitter original en el que la conversación entre usuarios sea la clave, por lo que, al menos hasta ahora, prescinde de algunas de las características que han terminado viciando el ambiente en X. Una de las principales es la globalidad: en Threads, la clave está en los ‘hilos’, que funcionarían como espacios más privados en los que compartir contenidos con contactos específicos. Mastodon, otra alternativa a Twitter, aplica algo parecido: se basa en servidores o grupos con sus propias normas, de manera que son los propietarios de esas salas quienes deciden hasta dónde se puede llegar. Esto dificulta que los mensajes de odio puedan penetrar en lugares pensados para un debate sano, ya que esas pequeñas comunidades autorreguladas se encargarán de decidir quién merece seguir dentro o quién tiene que ser expulsado.

El éxito de Bluesky, por el contrario, radica en su origen, y no tanto en la técnica o funcionamiento. El fundador de este ‘clon’ de Twitter es Jack Dorsey, quien fundara, allá por 2006, la propia Twitter. De hecho, Dorsey se embarcó en el proyecto Bluesky a raíz de su marcha de Twitter en 2021, con el objetivo de lanzar una red social descentralizada que emulara la plataforma que creó en su momento para permitir a la gente expresar sus ideas y mantener conversaciones. Bluesky es físicamente muy parecida a Twitter, y también lo es en su funcionamiento. Puntos a su favor para convertirse en un refugio natural para quienes abandonan X. “Lo que manifiestan es que tienden a esa visión nostálgica de lo que era Twitter en sus orígenes, facilitando una conversación no tan marcada por los criterios de un algoritmo”, apunta la profesora. Además, “parece que da cierta autonomía o capacidad de control para que el usuario pueda diseñar su experiencia de uso y marcar sus preferencias de filtrado en los contenidos del feed” en los mensajes, añade.

La experta también subraya que, al tener una menor base de usuarios, encontrarse con ‘ruido’, o mensajes tóxicos, es más difícil. Pero la propia Bluesky está teniendo problemas para gestionar un inesperado volumen de nuevos usuarios: si durante todo 2023 recibieron 360 000 notificaciones de mensajes potencialmente problemáticos, en la actualidad registran 42 000 al día. La plataforma ya trabaja para reforzar sus protocolos y sistemas de verificación para evitar convertirse, realmente, en el nuevo Twitter, siempre y cuando Elon Musk no sorprenda de nuevo con un giro de guion que vuelva a cambiar la historia a su favor.

Recomendaciones para una buena experiencia en redes sociales

Si decides quedarte en X, preserva tu salud mental. No entres en discusiones estériles con perfiles que probablemente serán bots con objetivos específicos. Quizás sea mejor debatir en privado con personas que valoren realmente tu opinión. Tampoco alimentes a haters, ni contribuyas a la difusión de desinformación y del discurso del odio compartiendo o interactuando con este tipo de contenidos.

No confíes por sistema en lo que veas en redes sociales. La realidad siempre es más compleja y hay fuerzas de todo tipo que convergen en estas plataformas para intoxicar a la opinión pública. Coteja por tu cuenta lo que leas en redes sociales para comprobar si es verdadero y actual. Ten en cuenta que la inteligencia artificial puede dificultar estos procesos a través de imágenes, vídeos o audios manipulados.

Verifica siempre que un perfil aparentemente oficial es realmente así. La multiplicidad de insignias de verificación en X hace difícil encontrar a los perfiles oficiales. Si tienes dudas, ve a las fuentes originales, como las webs de esos medios y esas personas, empresas o instituciones, para comprobar cuál es su perfil oficial.

Si optas por migrar a Bluesky, no pienses que en Bluesky, Threads o Mastodon todo lo que leas será sistemáticamente veraz, ya que las mismas fuerzas que compiten en Twitter por intoxicar el discurso, sin duda, intentarán hacer lo propio en cada plataforma alternativa.

Explorar estas nuevas redes sociales es positivo y los early adopters podrán posicionarse bien en ellas. Huye de malas prácticas para ganar notoriedad rápida a través de la polémica y la viralidad, porque eso solo contaminará estos ambientes. Sé sincero, honesto y racional. No te pongas a la altura de quienes han terminado contaminando Twitter.

Protege tu privacidad. Dado que estas nuevas redes sociales ofrecen un mayor catálogo de opciones de privacidad, aprovéchalas para protegerte y evitar que tus mensajes y opiniones lleguen a personas inadecuadas. Esto no significa que debamos encerrarnos en ‘filtros burbuja’, porque el contacto con otras ideas y puntos de vista siempre es positivo. Busca la forma de equilibrar tu protección con la apertura a otros. Se puede.

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