Al obtener la mayoría absoluta, von der Leyen ha confirmado que mantendrá el rumbo hacia los objetivos fijados en el Pacto Verde Europeo. Sin embargo, su iniciativa bandera también se ha degradado, atendiendo más a las demandas agroindustriales. De hecho, su programa comienza ahora copiando las demandas de la industria, que a menudo están reñidas con las normas ambientales que protegen la salud y la seguridad de las personas. La importancia de la naturaleza sólo se menciona de pasada y falta ambición para lograr un sistema energético totalmente renovable.
En este sentido, Ester Asin, directora de la Oficina Política Europea de WWF, ha señalado que "los signos del colapso ambiental están a nuestro alrededor: fenómenos meteorológicos extremos, pérdida de biodiversidad y deterioro de los ecosistemas. No se trata de escenarios futuros abstractos; están ocurriendo ahora. El diálogo entre las partes interesadas en el que ha insistido la Presidenta von der Leyen debe desembocar en una actuación rápida y significativa. De lo contrario no hará sino perpetuar el statu quo, aumentando aún más los costes de la inacción en materia de clima y naturaleza". Asimismo, ha afirmado que "nuestra economía y nuestras industrias necesitan una transformación fundamental, pero el excesivo interés por simplificar la legislación vigente puede abrir la puerta a que los negacionistas del clima y los antiambientalistas desechen normas ambientales esenciales que protegen a los ciudadanos".
En cuanto a los detalles de las directrices políticas, WWF celebra "el compromiso de la Presidenta von der Leyen de reforzar el cumplimiento y la aplicación", pues, a su juicio, durante décadas, la aplicación de la legislación ambiental de la UE por parte de los Estados miembros ha sido "deficiente". Tras la adopción de numerosas iniciativas clave en materia de restauración de la naturaleza, deforestación y clima, entre otras, "los gobiernos nacionales deben ahora cumplirlas e incorporarlas a la legislación nacional". El nuevo programa de la Comisión también enumera algunas iniciativas que las organizaciones ecologistas reclamaban, "pero que a menudo se quedan cortas en cuanto a ambición o contenido".
Entre ellas figuran reconocer losimpactos del cambio climático, proponer un Plan de Adaptación Climática y una Estrategia Europea de Resiliencia del Agua; presentar una Visión para la Agricultura y la Alimentación, que debería fomentar y apoyar a los agricultores que trabajan con la naturaleza; un Pacto Europeo por los Océanos y un Comisario de Pesca y Océanos, para garantizar la buena gobernanza y la sostenibilidad de nuestros océanos; afianzar un objetivo de reducción de emisiones del 90 % para 2040 en la Ley Europea del Clima, pero ignorando la posibilidad de alcanzar la neutralidad climática en 2040; acelerar las inversiones verdes, combinando tanto la inversión pública como el capital privado; prestar más atención a una transición justa para todos y aumentar significativamente su financiación en el próximo presupuesto a largo plazo, y proteger la democracia y comprometerse a intensificar el compromiso de la UE con las organizaciones de la sociedad civil, garantizando una mayor protección de su trabajo.
Según Ester Asin, "es evidente que la mayoría de los diputados al Parlamento Europeo apoyan la transición justa y ecológica, y esto podría haberse reforzado más en el programa de la Presidenta. El Parlamento debe aprovechar ahora las comparecencias de los Comisarios para fortalecer y aclarar los compromisos, a menudo vagos, expuestos por la Presidenta von der Leyen".
WWF ha instado al Parlamento Europeo a evaluar meticulosamente las tareas y perfiles de los Comisarios entrantes tras su publicación en septiembre. Considera que cualquier candidato o cartera que no cumpla las normas exigidas en materia de desarrollo sostenible y protección del medio ambiente "debería ser rechazado".