La resurrección del leonesismo

La aprobación de una moción presentada por UPL en la Diputación de León en favor de la autonomía de las tres provincias leonesas ha vuelto a poner de actualidad a este movimiento político

23 de Septiembre de 2024
Actualizado a las 11:30h
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Resurreción Leonesismo
Manifestación a favor de la autonomía de León

El leonesismo en el lenguaje coloquial español sería algo así como ‘el Guadiana’ político, algo que ocurre sólo a intervalos, normalmente irregulares, o cuando alguien o algo desaparece de improviso y vuelve a aparecer sin avisar. Así ha sido con este movimiento o tendencia política desde los primeros días de nuestra transición política a la democracia hasta el día de hoy. El movimiento leonesista, que nunca realmente apareció como cohesionado y organizado como un verdadero partido político, ha tenido sus mejores momentos cuando uno de los alcaldes de León, Morano Masa, se autodenominó como “leoneista” desde las filas de la extinta Unión del Centro Democrático (UCD), después en las filas el Partido Popular (PP) y más tarde como independiente, las tres filiaciones políticas que tuvo durante su dilatada carrera política.

También en la década de los ochenta, el leonesismo adquirió cierta notoriedad con la irrupción en escena de un grupo terrorista de orientación marxista-leninista que se denominaba Tierra Lleunesa, que incluso llegó a colocar varios explosivos sin graves consecuencias, y que fue definido en su momento como “una banda de TBO que quedó en anécdota”, en palabras de un periodista del Diario de León.

Sin embargo, al margen de los vaivenes políticos y su larga trayectoria sin haber logrado encauzar un verdadero movimiento organizado, en junio de este año el leonesismo volvió a mostrar, ante los ojos atónitos de muchos,  que está más vivo que nunca. El pleno de la Diputación de León aprobó en ese mes una moción a favor de la autonomía para la Región Leonesa, conformada por las provincias de León, Zamora y Salamanca, con el apoyo de la formación leonesista Unión del Pueblo Leonés (UPL) y del PSOE, 13 diputados, y el voto negativo PP y Vox, 11 diputados. 

La reivindicación leonesista en forma de moción, como ya reclamó en la apertura de esta estrategia UPL hace cuatro años y medio en el consistorio de la capital leonesa y ratificaron después otros 59 municipios de la provincia, insta a estos órganos superiores a "iniciar los trámites para la consecución de la autonomía de la Región Leonesa de las tres provincias que la conforman: León, Zamora y Salamanca”. En definitiva, con nuevas fuerzas y bríos, el leonesismo echaba a andar de nuevo, tras algunas súbitas desapariciones durante varios periodos, y mostraba su fortaleza consiguiendo aunar a los socialistas a su proyecto. UPL, ya muy activa en la provincia de León, obtuvo en las elecciones municipales de 2023 37.000 votos y 235 concejales, mientras que en las autonómicas de 2022 en Castilla y León superó los 51.000 votos y consiguió representación parlamentaria con tres escaños en el legislativo castellano-leonés.

Si bien su implantación es relativa, ya que la mayor parte de sus votos proceden de León y la mayoría de sus concejales también fueron elegidos en esa provincia -solamente 27 de los 235 concejales son de Zamora y Salamanca-, UPL consiguió un gran éxito tras ser aprobada esta moción con la ayuda del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), una formación históricamente reticente a las demandas leonesistas, lo que realza su presencia en el legislativo castellano-leonés de cara a ser en el futuro un partido bisagra que pueda permitir a los socialistas volver a gobernar en esta comunidad autónoma, tal como ahora lo hacen en la Diputación Provincial de León con la ayuda de los votos de UPL.

Socialistas, a favor; PP y Vox, en contra

La moción aprobada por los socialistas y los leonesistas reclama “al Congreso y al Senado la creación de cuantas instituciones en el ámbito legislativo, ejecutivo y jurisdiccional puedan ser perceptoras de todas aquellas delegaciones de competencias y funciones como consecuencia de las transferencias de las mismas a la nueva Comunidad Autónoma de la Región Leonesa”.

Llama la atención que el Partido Popular (PP) y Vox hayan coincidido en su negativa a apoyar la moción presentada por los leonesistas, pues en otros tiempos no tan lejanos los populares albergaron en sus filas como alcalde  de León al ya citado Morano Masa, referente por antonomasia de la causa leonesista. Mientras ambos partidos han roto sus relaciones bruscamente en la Junta de Castilla y León, por la imposición caprichosa de la ruptura de la coalición de gobierno por parte del máximo líder de Vox, Santiago Abascal, en este punto de la autonomía leonesa hay una coincidencia clara.

A pesar de la importancia del asunto de la aprobación de la moción leonesista por parte de la Diputación de León y otros 59 ayuntamientos leoneses, no cabe duda que todavía la fuerza del leonesismo en las tres provincias que teóricamente llegarían a convertirse en comunidad autónoma -León, Zamora y Salamanca- es todavía muy baja en términos políticos y electorales. UPL solamente cuenta con treinta ayuntamientos en León de los 211, uno en Zamora sobre 248 y cuatro en Salamanca sobre 362, cifras todavía muy bajas en comparación con las dos grandes fuerzas políticas mayoritarias en la comunidad, el PP y el PSOE.

En cualquier caso, no debemos minusvalorar al movimiento leonesista y menos en un momento en que las fuerzas nacionalistas y regionalistas viven un momento de esplendor, eclosión y me atrevería a decir expansión en todo el Estado español, tal como hemos visto en Galicia, el País Vasco, Cataluña y otras partes del país, aunque en menor medida. La historia reciente de España, con la irrupción de diversas fuerzas políticas que han puesto en jaque al tradicional bipartidismo, entre las que destacan Vox, Podemos, Ciudadanos, BNG, Bildu, Junts y Erc, revela que el comportamiento electoral no es algo estático y que su dinámica es cambiante en función de numerosos parámetros y la coyuntura social, política y económica del momento. Las encuestas nos suelen mostrar tendencias, pero como se ha visto tantas veces las mismas en numerosas ocasiones no son capaces de detectar los los nuevos movimientos políticos, algunos de carácter pendular, que se mueven subrepticiamente a través de corrientes subterráneas de opinión a veces imperceptibles para los estudiosos del mercado político. Una buena muestra de ello fue el éxito electoral de Alvise con su marca Se Acabó la Fiesta, fenómeno que no fueron capaces de pronosticar la mayor parte de los estudios de opinión previos a las elecciones europeas. Por todo ello, no conviene subestimar al leonesismo, tantas veces enterrado y después resucitado, y sus futuras perspectivas en términos electorales. 

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