El reciente escándalo relacionado con la filtración de preguntas en las oposiciones para informadores de RTVE ha sacudido la corporación, obligando a la empresa pública a realizar una reestructuración completa de su sistema de exámenes. A raíz de este suceso, que provocó la cancelación del examen previsto y afectó a miles de aspirantes, la dirección de RTVE ha tomado medidas drásticas para garantizar la transparencia y la igualdad de oportunidades en sus oposiciones.
En el epicentro de esta polémica, una de las decisiones más sorprendentes es que a partir de ahora solo dos personas tendrán acceso a las preguntas finales del examen: el presidente y el secretario del tribunal. Además, se elaborará un segundo cuestionario de reserva, que podrá ser utilizado en caso de cualquier imprevisto, lo que garantiza una mayor seguridad y confianza en el proceso. Esta medida pretende evitar que la situación se repita, tras la filtración que llevó a la suspensión del examen apenas tres minutos antes de su inicio.
Un examen bajo llave
El caos desatado el pasado domingo, cuando más de 5.000 aspirantes se encontraban listos para realizar el examen en la Universidad Complutense de Madrid, dejó claro que algo debía cambiar. La filtración de las preguntas no solo afectó a los opositores, sino que también supuso un grave golpe a la credibilidad de la corporación pública.
Hasta ahora, todos los miembros del tribunal tenían conocimiento de las preguntas propuestas y participaban en su selección final. Este procedimiento será sustituido por un modelo más restrictivo, donde únicamente el presidente y el secretario conocerán el contenido final del examen, mientras que el resto del tribunal quedará al margen de esta información crucial.
Además, se ha decidido reducir al máximo el tiempo entre la confección del examen y su realización. Concretamente, se ha establecido que las preguntas definitivas se elaboren y seleccionen en un plazo de 24 horas, lo que minimizará las posibilidades de filtraciones. Esto implica que la impresión de los exámenes se realizará el mismo día de la prueba, acercando lo máximo posible el momento de creación del examen a su ejecución.
Un segundo examen de reserva
Otra novedad es la inclusión de un segundo examen de reserva. Esta medida, que no existía en las anteriores oposiciones, busca ofrecer una solución rápida y eficaz en caso de que ocurra alguna contingencia, como otra filtración o cualquier problema técnico. El segundo examen se mantendrá en secreto bajo las mismas condiciones de seguridad que el examen principal y solo se activará si es necesario.
La dirección de RTVE ha dejado claro que estas medidas son esenciales para proteger la igualdad de oportunidades de los aspirantes y para restaurar la confianza en la transparencia del proceso. Ante la gravedad de lo sucedido, la corporación ha puesto en marcha una investigación interna para esclarecer cómo se produjo la filtración y, además, ha interpuesto una denuncia ante la policía para que se tomen las medidas legales oportunas.
Un proceso largo y costoso
Este escándalo se suma a un proceso de selección que lleva arrastrando problemas desde hace más de dos años. Las oposiciones, que debían haberse realizado mucho antes, han sido objeto de constantes retrasos y complicaciones. Para muchos de los opositores, la cancelación del examen fue un duro golpe, ya que muchos habían viajado a Madrid desde diferentes puntos de España e incluso desde el extranjero.
La presidenta interina de RTVE, Concepción Cascajosa, ha declarado públicamente que la corporación es consciente del daño que esta situación ha causado, tanto a nivel emocional como logístico para los aspirantes. Sin embargo, ha defendido la decisión de aplazar el examen como un acto necesario para preservar la equidad del proceso. "Era una decisión que se tuvo que tomar para mantener el proceso transparente en igualdad de condiciones", afirmó en una comparecencia ante trabajadores de la corporación.
Un tribunal en el punto de mira
El tribunal que estaba a cargo de las oposiciones dimitió en bloque al día siguiente de la cancelación del examen. La renuncia de estos diez miembros —cinco representantes de la dirección de la empresa y cinco de los sindicatos— es una prueba del malestar y la responsabilidad que asumen por lo sucedido.
A raíz de este suceso, Las secciones sindicales firmantes, Comisiones Obreras, USO y CGT (esta última no integraba el tribunal de oposiciones) manifiestan en dicho escrito hacerse “corresponsables económicamente de las consecuencias derivadas” si el origen de la filtración fuera de un miembro del tribunal propuesto por sus correspondientes siglas. UGT y SI no han firmado un documento.
¿Qué sigue para los opositores?
Con la nueva fecha para el examen fijada para el próximo 2 de noviembre, los aspirantes esperan que las nuevas medidas sean suficientes para evitar nuevos incidentes. Mientras tanto, la investigación interna y policial continúa su curso, buscando identificar a los responsables de la filtración.
El futuro de las oposiciones en RTVE parece estar blindado por un sistema más robusto, pero el daño a la reputación del proceso ya está hecho. La corporación ha tomado medidas extremas, con la esperanza de que el próximo intento no solo sea seguro, sino también justo para todos aquellos que han visto sus expectativas truncadas.