La plantilla más numerosa e importante de toda Andalucía a todos los niveles es la del Servicio Andaluz de Salud (SAS), con más de 100.000 trabajadores. La sanidad es la segunda preocupación de los andaluces después del paro. El último gobierno socialista en la comunidad, el de Susana Díaz, dejó su lugar por primera vez en la historia a la derecha en buena medida por sus deméritos propios en la gestión de la sanidad pública. Ahora, los sanitarios andaluces vuelven a las calles para protestar por los reiterados incumplimientos del ejecutivo andaluz de Juan Manuel Moreno Bonilla. Todos los sindicatos de la mesa sectorial a excepción del Sindicato Médico Andaluz (SMA) han iniciado este miércoles un calendario de protestas que continuará las próximas semanas en los hospitales públicos de la comunidad “hasta lograr el cumplimiento de lo pactado”, según los sindicatos Satse, CSIF, CCOOO y UGT. “Se está ocasionando un incumplimiento sin precedentes de acuerdos ya aprobados en Mesa Sectorial por parte de la Consejería de Salud”, argumentan los trabajadores sanitarios andaluces.
Los seis años de gobierno de Moreno Bonilla al frente de la Junta andaluza han servido para comprobar una dinámica inequívoca en su forma de gestionar la sanidad pública: derivar esfuerzos y presupuestos cada vez con mayor denuedo y sin rubor hacia las empresas sanitarias privadas al tiempo que descuida el mantenimiento de los aspectos más básicos de la sanidad pública, ya sea a nivel asistencial o en cuanto a contratación del personal necesario. Tanto es así que su política de contratos menores masivos a dedo ha llegado incluso a ser investigada por un juez en Sevilla tras una denuncia del PSOE andaluz.
El panorama que dibujan los sanitarios andaluces es desolador: bolsa bloqueada, sin noticias de los eventuales, caos en la atención primaria, acuerdos firmados sin cumplir, listas de espera desbocadas, más externalizaciones que nunca…
Las incontroladas listas de espera quirúrgicas y diagnósticas están ahí año tras año para demostrar con números concretos esta crítica que todos los partidos de izquierdas de la oposición hacen en el Parlamento de Andalucía a la gestión sanitaria de Moreno Bonilla.
Los incumplimientos reiterados por parte de la anterior consejera, Catalina García, actual responsable de Sostenibilidad y Medio Ambiente, de los acuerdos firmados con los sindicatos sanitarios hace apenas un año mantienen la misma dinámica con la actual titular de Salud, Rocío Hernández. “Es absolutamente lamentable que sigamos exigiendo el cumplimiento de los acuerdos y diálogo con esta consejera, cuando su llegada a la Consejería ha sido porque su antecesora ni cumplía ni dialogaba”, apunta Antonio Macías, responsable sanitario de UGT Andalucía.
El panorama que dibujan los sanitarios andaluces es desolador: Bolsa bloqueada, “de los eventuales no sabemos nada”, la atención primaria un caos, los acuerdos sin cumplir, las listas de espera creciendo, más externalizaciones que nunca… “Y todavía la consejera se permite el lujo de rechazar el diálogo”, sentencia Macías.
Las buenas palabras y la mano tendida que la consejera ofreció durante sus primeras intervenciones parlamentarias este pasado septiembre chocan frontalmente con el ambiente que se respira entre los sanitarios andaluces, hartos de los reiterados incumplimientos por parte del ejecutivo de Moreno Bonilla. El mimo a la sanidad pública o su descuido quita y pone gobiernos en Andalucía. La historia reciente de esta comunidad está ahí para rubricarlo.