La senda de déficit en pausa: el Gobierno no quiere otra derrota y aplaza la votación

La Moncloa retrasa la votación clave tras no conseguir el respaldo de Junts, mientras busca desesperadamente un acuerdo que permita avanzar en los Presupuestos de 2025

24 de Septiembre de 2024
Actualizado a las 14:10h
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La senda de déficit en pausa: El Gobierno aplaza la votación por falta de apoyos

El Gobierno ha decidido aplazar la votación de la senda de déficit prevista para este jueves ante la falta de apoyos suficientes en el Congreso. La intención inicial del Ejecutivo era sacar adelante los objetivos de estabilidad presupuestaria, un paso fundamental para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Sin embargo, la negativa de Junts, que ya votó en contra en julio junto con el Partido Popular (PP) y Vox, ha forzado a la Moncloa a dar marcha atrás y buscar más tiempo para negociar.

Una derrota parlamentaria inminente

El aplazamiento de esta votación refleja la fragilidad del Gobierno de Pedro Sánchez, que sigue enfrentándose a la dificultad de gobernar con una mayoría parlamentaria ajustada. Fuentes del Ejecutivo confirman que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, había estado trabajando contrarreloj para asegurar los votos necesarios antes de este jueves. Sin embargo, la falta de apoyos claros, especialmente por parte de los siete diputados de Junts, ha llevado a tomar la decisión de posponer la votación.

Esta no es la primera vez que el Gobierno fracasa en su intento de aprobar la senda de déficit. En julio, el Congreso ya tumbó una propuesta similar, lo que obligó al Consejo de Ministros a diseñar una nueva estrategia. A pesar de los esfuerzos del Gobierno por atraer a Junts a la negociación, los independentistas siguen manteniendo su posición en contra, aunque han dejado la puerta abierta a futuras conversaciones.

Junts y el bloqueo en la senda de déficit

El papel de Junts en esta negociación se ha convertido en un factor clave para el Gobierno. El partido liderado desde Bruselas por Carles Puigdemont ha dejado clara su postura contraria a la senda de déficit, aunque no se cierra a seguir dialogando. La Moncloa, consciente de la importancia de sus votos, ha optado por no forzar la votación en el Congreso sin tener asegurado su respaldo, evitando así una nueva derrota parlamentaria.

Las negociaciones con Junts son un reflejo de la compleja relación entre el Gobierno central y los partidos independentistas. Desde que se conoció el rechazo de Junts, el Ejecutivo ha centrado sus esfuerzos en acercar posturas y ofrecer gestos de buena voluntad. Uno de ellos es la reactivación de la comisión de investigación sobre la llamada "Operación Cataluña", una investigación que había quedado estancada desde febrero, y que se retoma ahora como una señal de acercamiento.

Feijóo y el PP: crítica sin negociación

En medio de este escenario, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha aprovechado para lanzar duras críticas contra el Gobierno. En una entrevista reciente, Feijóo aseguró que el Ejecutivo no se ha puesto en contacto con su partido para negociar la senda de déficit, a pesar de que el Gobierno acusa al PP de "irresponsabilidad" por no apoyar el plan. “Parece ser que las reuniones en Suiza con Puigdemont han salido mal, y por lo tanto, España se queda sin Presupuestos, al menos de momento", ironizó Feijóo, haciendo alusión a las conversaciones entre Junts y el Ejecutivo.

El líder del PP ha insistido en que el Gobierno sigue culpando a la oposición de su incapacidad para lograr una mayoría parlamentaria, a pesar de no haberse sentado a negociar con su partido. Esta falta de diálogo entre las dos principales fuerzas políticas del país pone de manifiesto la profunda polarización que marca la legislatura actual.

El delicado equilibrio con los socios parlamentarios

El Gobierno de Sánchez no solo debe lidiar con la negativa de Junts, sino también con las tensiones dentro de su propia coalición y con otros socios parlamentarios, como el PNV. La Moncloa ha hecho esfuerzos visibles por recuperar la confianza de sus aliados, conscientes de que las mayorías en el Congreso son extremadamente ajustadas y que cualquier fisura podría significar un bloqueo en la aprobación de los próximos Presupuestos.

Uno de estos gestos hacia el PNV ha sido el apoyo a una Proposición de Ley que pretende reforzar el control judicial del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), una medida que hace casi dos años fue rechazada por el PSOE. Este cambio de postura se entiende como un intento de reconciliarse con los nacionalistas vascos y asegurar su apoyo en futuras votaciones cruciales.

¿Un respiro o una derrota aplazada?

La retirada de la votación sobre la senda de déficit otorga un respiro temporal al Gobierno, que ahora tiene más tiempo para seguir negociando. Sin embargo, el aplazamiento no resuelve el problema de fondo: la necesidad de conseguir una mayoría suficiente para aprobar los objetivos de estabilidad presupuestaria y, en última instancia, los Presupuestos Generales del Estado para 2025.

Con un escenario parlamentario tan fragmentado, el Ejecutivo se enfrenta a un desafío mayúsculo. Las negociaciones con Junts serán determinantes para el futuro inmediato de la política fiscal del país, pero también lo serán las relaciones con otros socios como el PNV y ERC. Por su parte, el PP y Vox seguirán presionando desde la oposición, cuestionando la capacidad del Gobierno para gestionar la economía en un momento tan delicado.

El tiempo dirá si el aplazamiento de la votación de la senda de déficit es solo un respiro temporal para el Gobierno, o el preludio de una derrota más amplia que podría complicar aún más su agenda política.

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