La hoja de ruta de la baronesa socialista andaluza se mantiene firme y sin contratiempos, pese a las dificultades extremas que encontró en el tumultuoso Comité Federal del pasado 1 de octubre para tumbar a Pedro Sánchez como secretario general. Un objetivo prioritario de la gestora que se ha hecho cargo del partido es votar cuanto antes la aprobación de una abstención que permita al PP formar gobierno y también dejar correr el tiempo para
desmantelar cualquier posibilidad de que Pedro Sánchez y los apoyos que aún mantiene presionen para abrir un proceso de primarias que sirva para elegir a un nuevo secretario general. Militancia contra aparato. De momento, el segundo va ganando por goleada.
votar cuanto antes la aprobación de una abstención que permita al PP formar gobierno
Ahora que la influyente federación andaluza tiene el peso deseado en la gestora que se hará cargo del partido
sine die, la secretaria general de los socialistas andaluces ha encomendado a sus dos enviados a Ferraz, el onubense Mario Jiménez (portavoz del grupo socialista en el Parlamento andaluz) y la cordobesa María Jesús Serrano (ex consejera de Susana Díaz y actual diputada en el Congreso) que marquen al órgano provisional de gobierno del PSOE un calendario que llevaría a la celebración de un congreso extraordinario no antes de la próxima primavera, una vez ya configurado el nuevo Gobierno del PP con Mariano Rajoy al frente gracias a la abstención del PSOE.
El influyente PSOE andaluz no contaba con una sobreexposición tan evidente en el bochornoso espectáculo que ofreció el Comité Federal del sábado y también durante los días previos a este con la dimisión en bloque de 17 miembros de la ejecutiva federal del partido, siete de ellos andaluces, capitaneados por el sevillano Antonio Pradas, ya exsecretario de Política Federal del partido, el encargado de entregar las firmas de los 17 dimitidos en la Ejecutiva saliente.
También tuvo su desafortunado minuto de gloria la pieza clave de Susana Díaz en el histórico PSOE sevillano: su íntima amiga Verónica Pérez, secretaria del partido en la capital andaluza y presidenta del Comité Federal, quien el pasado jueves aseguraba, ante una nube de periodistas a las puertas de Ferraz sin que la dejaran entrar, que “la única autoridad” era ella en el partido al estar supuestamente disuelta la Ejecutiva Federal.
La militancia en general ha tomado buena nota de dónde ha procedido el misil que ha derrocado a Pedro Sánchez finalmente del liderazgo del partido. Por ello, la baronesa andaluza no ha ocultado nunca su claro distanciamiento con el peso que otros compañeros quieren dar a las bases en la toma de decisiones. Díaz es aparato puro y duro, así se pudo ver en la llegada el pasado jueves de la lideresa socialista andaluza al Comité Director del PSOE-A en Sevilla, con 300 miembros aplaudiéndola a la búlgara y puestos en pie. Una puesta en escena perfecta para mostrar la fuerza y ‘unidad’ de la federación andaluza a la dura batalla que se libraría en el Comité Federal del sábado.Susana Díaz es aparato, qué duda cabe teniendo como padrinos políticos a históricos como Manuel Chaves, Felipe González o José Antonio Griñán, pero también sabe manejar los designios de la militancia a las mil maravillas en busca de un interés personal que la encumbre cuándo y como ella desee.
En 2014, los socialistas andaluces, con Susana Díaz ya como lideresa indiscutible, forzaron la marcha de Rubalcaba tras el desastre de los resultados obtenidos en las europeas de ese año. Cuando todo hacía pensar que unas primarias decidirían el nombre del candidato a la presidencia del Gobierno, Díaz abogó decididamente por un congreso en el que con el apoyo de los delegados territoriales podría sacar adelante su proyecto.Hasta que Eduardo Madina puso sobre la mesa su propuesta de ‘un militante un voto’. Nunca se lo perdonó Susana Díaz al dirigente vasco, y de hecho la influencia de PSOE andaluz (el más potente a nivel nacional con más de 40.000 militantes entre los 180.000 que tiene el PSOE a nivel nacional) fue decisiva para aupar a Pedro Sánchez como nuevo secretario general.
las diferencias se han limado y Díaz y Madina han evidenciado una aproximación de posturas
Ahora, tras el histérico Comité Federal del 1 de octubre, las diferencias se han limado y Díaz y Madina han evidenciado una aproximación de posturas
. Tanto es así que la andaluza quiere que el dirigente vasco capitanee la actividad parlamentaria del grupo socialista en una legislatura tan complicada como la que se prevé, una vez evitadas las terceras elecciones con la abstención socialista.Sin ir más lejos, el pasado 29 de septiembre Díaz dijo ante el Comité Director del PSOE-A que “el PSOE no es patrimonio sólo de sus militantes, también de los votantes”. Declaración de intenciones sin tapujos. La misma intención que puso en práctica en 2010, cuando los socialistas andaluces rechazaron celebrar primarias para designar a los candidatos a la municipales de 2011, opción defendida por el resto del PSOE a nivel estatal. Ese rechazo al sistema de primarias tenía un recelo muy fundamentado: Díaz no quería que candidatos no deseados se impusieran a los elegidos por el aparato.Eso sí, la actual presidenta andaluza sí optó a unas primarias para optar a sustituir a José Antonio Griñán al frente de la Administración andaluza. Eso sí, no tuvo rival enfrente. Tras recabar la mitad de los avales necesarios de la militancia, los dos candidatos que optaron a enfrentarse a ella no consiguieron los necesarios. Evidentemente, ni el entonces consejero de Agricultura Luis Planas, ni por supuesto el siempre díscolo alcalde de Jun (Granada), José Antonio Rodríguez, lograron hacer sombra a la todopoderosa Susana Díaz en Andalucía. En su momento denunciaron obstáculos desde el aparato regional. Nada nuevo. Algo parecido pretende ahora a nivel estatal.
Optará a la secretaría general cuando compruebe que tiene el camino expedito. Y aún queda tiempo para ello. Mientras tanto, moverá sus fichas sotto voce en la gestora.