El mercado laboral español alcanzó un nuevo hito este tercer trimestre de 2024: con 21,82 millones de personas ocupadas y una tasa de paro que se reduce al 11,21%, el país logra el menor nivel de desempleo desde la crisis económica de 2008. Sin embargo, este aumento de 138.300 nuevos empleos, aunque significativo, muestra un ritmo moderado comparado con el mismo periodo del año pasado, cuando se generaron más de 188.000 puestos.ç
Menor incremento en el empleo
Este año, la Encuesta de Población Activa (EPA) refleja un avance sólido en la creación de empleo, pero con un crecimiento menos acelerado. El tercer trimestre sumó 138.300 nuevos puestos de trabajo, alcanzando un total histórico de 21.823.000 ocupados. En términos porcentuales, la ocupación aumentó un 0,64% respecto al trimestre anterior, comparado con un crecimiento del 0,88% en el mismo periodo de 2023. Esta cifra, aunque menor, mantiene el mercado laboral en terreno positivo, especialmente tras las dificultades de años previos.
A nivel interanual, los datos son más llamativos. En el último año se han generado 373.500 empleos, casi la mitad de los creados entre 2022 y 2023, cuando el incremento fue de 701.100. Esto sugiere que, aunque el mercado laboral sigue en expansión, la velocidad de creación de empleo ha perdido fuerza. Sin embargo, en términos de ocupación desestacionalizada, el trimestre cerró con un crecimiento del 0,37%, lo que refuerza la estabilidad del mercado.
La tasa de paro se sitúa en mínimos históricos
La tasa de paro bajó hasta el 11,21%, el nivel más bajo desde 2008. Aunque la reducción en términos absolutos fue modesta, con solo 1.200 personas menos en paro respecto al trimestre anterior, el descenso es notable porque revierte la tendencia de crecimiento que solía registrarse en este trimestre. Habitualmente, el paro tiende a incrementarse en verano por el cierre de contratos educativos y el menor impulso en el sector turístico, pero esta vez se mantuvo estable, algo que no se veía en años anteriores.
Por género, la mejora fue especialmente notable entre las mujeres, cuya tasa de paro descendió siete centésimas hasta el 12,54%, mientras que la tasa masculina quedó en el 10,02%, seis centésimas menos que el trimestre anterior. También se observan diferencias entre nacionales y extranjeros: entre los españoles, el paro aumentó en 36.400 personas, mientras que entre la población extranjera se redujo en 37.600.
Sectores y modalidades de empleo: un mercado con dinámicas variadas
El sector servicios fue el principal motor de creación de empleo, con un aumento de 152.700 ocupados, seguido de la industria, que sumó 23.400 empleos. La construcción apenas experimentó variaciones, con un leve incremento de 500 personas, y la agricultura registró un descenso de 38.300 ocupados. Este comportamiento sectorial refuerza el peso del sector servicios en el mercado laboral español, que sigue absorbiendo la mayor parte de los nuevos empleos.
La evolución en la modalidad de contratación refleja tendencias interesantes. El empleo a tiempo completo creció en 287.000 personas, mientras que el de tiempo parcial descendió en 148.700, lo cual indica una mayor preferencia por empleos con jornada completa. En cuanto a los tipos de contrato, los contratos indefinidos aumentaron en 102.700 personas, mientras que los temporales crecieron en 121.300. En el ámbito del trabajo autónomo, sin embargo, hubo una disminución de 87.800 trabajadores, lo que podría estar vinculado a la complejidad de mantener actividades por cuenta propia en el contexto actual.
Crece el empleo privado, mientras que el sector público retrocede
El empleo en el sector privado aumentó en 155.500 personas, alcanzando los 18,28 millones, un dato positivo que subraya el dinamismo del empleo en las empresas. Por el contrario, el sector público experimentó una disminución de 17.100 empleados, situándose en 3,54 millones. Este descenso en el sector público podría responder a la finalización de contratos temporales en áreas como la educación y la sanidad, que suelen ajustarse tras el periodo veraniego.
Situación de los hogares: menos desempleo y más estabilidad
Los hogares con todos sus miembros en paro disminuyeron en 13.700, un 1,6% menos respecto al trimestre anterior, quedando en 854.500, el nivel más bajo desde finales de 2008. Este descenso es importante, ya que muestra una reducción sostenida de familias donde todos los integrantes están desempleados, lo que implica mayor estabilidad económica en el ámbito familiar. En contraste, los hogares con todos sus miembros ocupados crecieron en 32.100, marcando un nuevo récord de 11.798.000 hogares. En el último año, el número de familias con plena ocupación se incrementó en 226.500, lo que supone una subida del 2%.
Regionalmente, Cataluña lidera la creación de empleo
Por comunidades autónomas, Cataluña fue la región que más empleo generó en este trimestre, con un incremento de 53.500 nuevos ocupados. En términos relativos, Asturias destacó con un crecimiento del 5,36%, consolidándose como una de las regiones con mejor desempeño en cuanto a empleo. En el lado opuesto, la Comunidad Valenciana perdió 42.300 empleos, mientras que en Madrid el número de personas desempleadas aumentó en 47.000, lo que podría generar cierta presión social y económica en estas áreas.
Aunque el descenso en la tasa de paro es positivo, España sigue siendo el país de la Unión Europea con mayor porcentaje de desempleo, situado en el 11,21%, frente a una media europea del 5,9%. Esta comparación revela la necesidad de impulsar políticas de empleo más eficaces y alineadas con el contexto europeo. La evolución del mercado laboral en los próximos meses será determinante, especialmente considerando el contexto económico global y el posible impacto de políticas de contratación y formación.
La EPA de este tercer trimestre de 2024 muestra un panorama de consolidación en el mercado laboral español, aunque con signos de moderación en el ritmo de crecimiento de empleo. La creación de nuevos empleos sigue siendo positiva y permite que más familias logren estabilidad económica, pero las comparativas anuales y la pérdida de dinamismo en ciertos sectores sugieren que los retos no han desaparecido.
España deberá seguir trabajando en la generación de empleo de calidad y en la reducción de la brecha en la tasa de paro respecto a sus socios europeos.