No es ningún secreto que las relaciones entre Sumar y Podemos llevan rotas hace mucho tiempo. Hoy han vuelto a surgir por las diferencias entre las dos formaciones de la izquierda en materia de vivienda.
El portavoz adjunto de Sumar, Enrique Santiago, ha calificado de «propaganda» la exigencia de Podemos de bajar por decreto un 40% los alquileres en España.
Así lo ha señalado en una entrevista en Radio Nacional de España, en la que Santiago ha sido muy claro: «como todo en la vida, depende, es que no hay soluciones blancas o negras. ¿Un 40% dónde? Pues en Madrid probablemente los precios de la vivienda sí están un 40% encima de lo que es normal. Probablemente en una localidad como Mieres pues no están por encima de lo normal. Entonces, claro, nosotros no somos tanto de medidas propagandistas, nosotros somos más de medidas serias».
Enrique Santiago ha afirmado que, a su entender, resulta evidente que, en la situación actual, tiene que haber una intervención en el mercado del alquiler, pero teniendo en cuenta factores relacionados con el empleo en cada territorio, la masa salarial o si las viviendas se encuentran dentro o fuera de zonas tensionadas.
Además, ha señalado que hay que tener coherencia «entre lo que se hace cuando se gobierna y lo que dice cuando no se gobierna. Son posiciones distintas, pero sí conviene mantener una cierta coherencia, porque tampoco hay que insultar a la inteligencia».
Crisis de la vivienda
La crisis de la vivienda en España se cimenta en la gravísima devaluación salarial que sufren los trabajadores. La gente no gana lo suficiente siquiera para pagarse una vivienda digna y poder llevar una vida normal, sin apreturas. Por no hablar de los jóvenes. Es muy complicado de entender que las generaciones actuales tengan un presente y un futuro más negro que la gente de mi edad o de la de mis padres. Todo se origina por la precariedad salarial y un mercado laboral que incentiva esa situación.
Sin embargo, ni el gobierno ni una izquierda presa del buenismo y el sectarismo parten de esta base ni afrontan el problema, sobre todo después del fracaso absoluto de la reforma laboral de Sánchez.
Durante la época de la burbuja había mucha oferta de vivienda libre acompañada de importantes paquetes de VPO. En aquellos primeros años del 2000, ganar 1.200 euros al mes era casi un estigma. El precio del alquiler, con unos sueldos más adecuados a la situación económica de España, era un 40% más bajo que en la actualidad. Esta situación no es normal. Por tanto, algo está pasando y deriva de la precariedad laboral, salarial y del incremento exponencial de la pobreza que ha traído el gobierno de Sánchez.
Si no se ataja la causa principal de la problemática del acceso a la vivienda, entonces el resto de las cuestiones serán secundarias. A partir de ahí, las soluciones irán llegando por sí mismas porque los mercados se van renovando y si hay una seguridad por parte de los propietarios de vivienda de que no va a haber impagos de alquiler, entonces habrá más viviendas disponibles y, en consecuencia, los precios bajarán.