Yann Tiersen hipnotiza

El compositor y multiinstrumentista francés recorre una quincena de ciudades españolas en una gira tan innovadora musicalmente como comprometida medioambientalmente, en una simbiosis perfecta de sensaciones

21 de Octubre de 2024
Actualizado a las 12:17h
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Yann Tiersen
Yann Tiersen

Así pasen los años, las décadas ya, la música del compositor y multiinstrumentista francés Yann Tiersen (Brest, 1970) siempre mantiene una línea ascendente, hacía nuevas metas, abriendo caminos, experimentando. Y aquel que lo ha seguido desde sus comienzos agradece ese afán de superación personal, de querer dar un paso más allá, de intentar ofrecer algo nuevo, fresco. Todo ello con un marchamo muy peculiar y personal perfectamente identificable ya sea enfrentándose solo al piano, incluyendo sonidos orquestales originales, grabaciones rurales ambientales o apostando decididamente por la música electrónica más innovadora. Aquel músico que a comienzos del nuevo milenio se hizo mundialmente famoso con las pegadizas melodías de la banda sonora de la película Amélie (Jean-Pierre Jeunet, 2001) es hoy un artista aún más reconocido entre su legión de fieles por el resto de trabajos publicados sin descanso antes y después de la línea divisoria que supuso este filme. Ahora, haciendo bandera de compromiso medioambiental, se encuentra de gira por Reino Unido y España con su espectáculo “Solo Piano+Electronics”, una nueva bofetada de sensaciones que van a directas a ese lugar oculto más preciado de cada uno de nosotros.

Una quincena de actuaciones en salas de conciertos relativamente pequeñas con las que busca cercanía con su público y vuelve a sorprender con una puesta en escena tan sobria como impactante: a un lado un espectacular piano de cola; al otro, una mesa de mezclas para música electrónica repleta de artilugios y cables diversos por todos lados. El cóctel es explosivo, su música, hipnótica. El espectador se deja llevar por un contraste de sensaciones con melodías que nunca buscan el camino fácil pero siempre logran un poso que queda muy presente, en un in crescendo constante. Yann Tiersen en estado puro, como siempre lo ha sido.

Su original espectáculo “Solo Piano+Electronics” supone una nueva bofetada de sensaciones que van a directas a ese lugar oculto más preciado de cada uno de nosotros

Todo tan original como la propuesta global que conlleva su periplo por tierras españolas, ya que el músico se está desplazando de una ciudad a otra únicamente utilizando su velero Ninnog o bien en autocaravana. Y siguiendo en todo momento unas premisas estrictas e inquebrantables: no hace uso jamás de autopistas ni supera las 200 millas de recorrido al día (el equivalente a unos 320 kilómetros). No es antojo de artista excéntrico pero sí una forma de acaparar la atención con su propuesta musical, unida a un compromiso medioambiental muy concreto, ya que el objetivo principal pasa por establecer conexiones personales durante el viaje y conocer gentes y lugares que, con las restricciones de las giras tradicionales, serían imposibles para mantener un contacto directo.

El artista bretón vive habitualmente en la pequeña isla de Ouessant (Eusa, en bretón, el nombre precisamente que dio a su aclamado trabajo de 2016), a unos 20 kilómetros de la región francesa de Bretaña, habitado apenas por unos centenares de vecinos, que durante buena parte del año soportan una climatología adversa.

En su gira Yann Tiersen: Solo Piano + Electronics”, echa mano del repertorio de sus últimos trabajos, tanto el disco ‘Kerber’, de 2021, como de ’11 5 18 2 5 18’ (2022). La unión de ambas propuestas sobre el sobrio escenario otorga un aire de cierto misticismo a la puesta en escena. Botellín de cerveza en mano, con aspecto de leñador de pueblo, gorra americana y zapatillas playeras, Tiersen ofrece un tímido saludo al público y sin más se enfrenta a su parte pianística en solitario con texturas musicales siempre refrescantes y evocadoras. Porque todo suena al artista francés en su estado más puro y original, pero nunca nada es igual a trabajos de otras épocas perfectamente reconocibles por todos.

Cuando pasa a la parte electrónica del concierto, el público recibe un choque visceral en sus sensaciones iniciales y comienza a entrar en un estado de agradable hipnosis gracias a sonidos electrónicos limpios y nítidos. La eclosión que la unión de piano y electrónica logra en el espectador es única, el riesgo que decide acometer Tiersen da sus frutos y deja un poso de gustosa placidez que perdura tiempo después de los últimos acordes.

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