En medio de una crisis energética mundial que está provocando una inflación global que afecta directamente a las economías de los ciudadanos que ven cómo sus salarios son insuficientes para hacer frente a la subida de los precios de la energía, los carburantes o la cesta de la compra, Pedro Sánchez no tuvo otra idea que cumplir con las imposiciones de Estados Unidos e imponer de manera unilateral un cambio radical de la política internacional respecto al Sáhara Occidental.
La reacción de Argelia no se hizo esperar y, desde entonces, el conflicto entre España y el país norteafricano ha ido creciendo mientras Pedro Sánchez y su ministro de Exteriores hacían ostentación con visitas a Marruecos y fotos «llenas de ternura» entre el presidente español y su nuevo «muy mejor amigo», Mohamed VI.
El cénit del conflicto se alcanzó la semana pasada con el anuncio por parte de Argelia de la ruptura del Tratado de Amistad con España, un golpe durísimo a la línea de flotación del gobierno de Pedro Sánchez que provocó que, incluso, dejaran tirado al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y José Manuel Albares anulara su presencia en la Cumbre de las Américas porque tenía que ir corriendo a Bruselas para que la Unión Europea le sacara las castañas del fuego.
Gravísimas consecuencias para las pymes españolas
La decisión de Argelia está teniendo ya consecuencias gravísimas para las empresas españolas que trabajan habitualmente o que exportan sus productos al país norteafricano. Desde determinados foros cercanos a Moncloa se han querido minimizar los efectos económicos de el cierre comercial afirmando que las exportaciones a Argelia sólo representan un 1% del total. Hay que tener poca sensibilidad para afirmar esto porque, evidentemente, para las grandes empresas puede que no tenga un impacto fuerte.
Sin embargo, hay cientos de pymes que han visto cómo se han cancelado sus pedidos y el pago de los que ya enviaron porque no se pueden hacer transferencias bancarias entre Argelia y España. Estas pequeñas y medianas empresas se verán obligadas a despedir a trabajadores porque una parte de su producción estaba orientada a las exportaciones al país norteafricano.
Para poner rostro a las graves consecuencias de las políticas unilaterales de Pedro Sánchez no hay más que ver a la empresa cántabra Vitronor, especializada en menaje de cocina, que ha visto cómo se le han cancelado pedidos por valor de 200.000 euros.
Fernando Garay, su director general, declaró a RTVE que la empresa lleva presente «en Argelia desde 2010, nuestra cifra de negocio sostenible en los últimos años estaba en torno al millón de euros. El impacto se suma a que también nos hemos visto afectados por la guerra entre Ucrania y Rusia, dos mercados en los que también estábamos presentes».
Por otro lado, el grupo catalán PMS, cuya actividad está focalizada en el Magreb y en la exportación de productos químicos y tecnologías del agua, ha visto cómo la reacción de Argelia a las políticas unilaterales de Pedro Sánchez puede afectarles a la hora de cerrar contratos millonarios que ya se estaban negociando.
«Estábamos negociando contratos millonarios, contratos enormes, con otras sociedades en UTE en España, que tememos que las perdamos. La situación nos perjudica a nosotros y a muchas otras compañías. Otro aspecto importante es que las grandes navieras han cortado el tráfico desde España a Argelia, porque no se arriesgan a que los barcos lleguen y no puedan pasar», ha afirmado también a RTVE el presidente del Grupo PMS, Ignacio Peiró
Alemania e Italia se benefician de los errores de Sánchez
En diplomacia, los errores de los líderes políticos irresponsables e incompetentes son aprovechados por otros países que sí tienen una visión de Estado que va más allá de los intereses personales del presidente de turno.
Esto es lo que ha pasado con la crisis entre Argelia y España provocada por las decisiones unilaterales de Pedro Sánchez, dado que dos de las tres grandes potencias económicas de la Unión Europea, Alemania e Italia, no han dudado en aumentar sus relaciones con Argel. En una situación la crisis energética provocada por la invasión rusa de Ucrania y las sanciones impuestas a Rusia, tanto los germanos como los transalpinos han visto que Pedro Sánchez les ha abierto una puerta inesperada y, evidentemente, no han dudado en aprovechar su oportunidad.
Italia será el hub energético, no España. Argelia ha buscado un nuevo socio en Europa, y han elegido a Italia. Respecto al suministro de gas a la Unión Europea, los envíos se centrarán en el oleoducto que va desde Argelia a Italia. Esta vía ya está operativa porque el país transalpino ha invertido en el sector.
La consecuencia de las políticas unilaterales de Pedro Sánchez y de abrazarse a Mohamed VI es que Italia sustituirá a España como principal vía de suministro de gas a Europa.
Por otro lado, Alemania también está respaldando a la diplomacia argelina, lo que deja solo a Albares y, sobre todo a Sánchez, porque demuestra que no se trata de un tema de la Unión Europea, como pretendieron desde La Moncloa, sino un problema bilateral entre España y Argelia provocado por Pedro Sánchez.
Además, tal y como ha anunciado Katja Keul, viceministra de Asuntos Exteriores de Alemania, el próximo mes se celebrará una cumbre intergubernamental con Italia. «Argelia es un actor importante en la resolución de los conflictos regionales en el norte y oeste de África. Por lo tanto, resulta importante para mí intensificar el diálogo político con los funcionarios argelinos», ha afirmado la dirigente alemana, quien, además, aprovecha las decisiones erróneas de Sánchez para buscar suministros de gas alternativos para su país.
Por tanto, mientras las empresas españolas sufren las consecuencias de la ruptura de relaciones comerciales entre España y Argelia, provocadas por la decisión irresponsable de un presidente que pensó que si seguía las órdenes de Washington respecto al Sáhara tendría más posibilidades de ser recibido en el Despacho Oval, tanto Alemania como Italia y sus economías se beneficiarán de unas relaciones que, hasta ahora, estaban bien cimentadas por un trato de cordialidad y respeto mutuo que Sánchez ha destrozado. Otra muesca más en su libro de demoliciones.