Ayuso radicaliza su trumpismo

La presidenta de la Comunidad de Madrid manipula y tergiversa determinadas realidades, mezclándolas con elementos en los que podría tener razón

21 de Enero de 2025
Actualizado a las 10:56h
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Ayuso Trumpismo
Isabel Díaz Ayuso, durante su intervención en el desayuno informativo

El trumpismo ha demostrado ser experto en el arte de la manipulación y la distorsión de la realidad para movilizar a las masas y consolidar su poder. Dentro de sus estructuras discursivas se tiende a reducir problemas complejos a soluciones simples y fáciles de entender, a menudo apelando a emociones como el miedo. Se busca conectar con las emociones más profundas de las personas, como la identidad nacional, la seguridad o la tradición, para generar un sentido de pertenencia y lealtad.

Por otro lado, el trumpismo identifica a un grupo o individuo como culpable de todos los males de la sociedad, fomentando así la división y la hostilidad. Todo ello, además, reforzado con la difusión de supuestas informaciones o expresiones que sólo buscan la manipulación de la opinión pública y la desacreditación de esos enemigos creados.

Esta estrategia ha creado un escenario de «nosotros» contra «ellos», lo que incrementa la división social y dificulta cualquier tipo de diálogo que se espera de un régimen democrático. De ahí se pasa al fomento de la intolerancia, a generar la desconfianza en las instituciones para terminar con una polarización absoluta, no sólo de la política, sino de las propias relaciones humanas.

La reina del trumpismo en España es Isabel Díaz Ayuso y hoy ha vuelto ha hacer un ejercicio del mismo. Además, la presidenta de la Comunidad de Madrid estaba más motivada que nunca tras escuchar el discurso reaccionario y supremacista de Donald Trump.  

En un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Forum, Ayuso ha afirmado que «su tiempo y los suyos [por el gobierno de Pedro Sánchez] en el mundo ha pasado. Lo sabe, y por eso son más peligrosos que nunca. Se aferrarán a su reducto de poder como sea. Sin escrúpulos, mintiendo a la cara. Su política universitaria consiste en ir contra las privadas, enfrentarlas absurdamente a las públicas, acosando lo que funciona especialmente en Madrid». Esta última afirmación es muy propia del trumpismo. Ver en el contrario lo que tú estás haciendo. Lo que denuncia Ayuso es lo que ella misma está haciendo en Madrid, pero a la inversa: priorizar a las universidades privadas quitando recursos a las públicas, algo que ocurre, por cierto, en todas las comunidades gobernadas por el PP. Que pregunten a las universidades andaluzas.

Por otro lado, Ayuso ha señalado que «su política energética, en ir contra la energía nuclear, y cerrar arbitrariamente las centrales que España necesita, y de paso, acabar con los centros de datos en Madrid. Su política de empleo, en ir contra las pymes, contra los autónomos y la inversión, y en acabar con cualquier marco de seguridad jurídica ni fiscal, especialmente con la autonomía fiscal de Madrid. Su política de transportes, en acabar con los trenes, y paralizar Madrid; que se caigan las rutas aéreas; ceder los puertos y aeropuertos, poniendo en peligro la soberanía nacional. Su política turística, en imponer registros draconianos a los turistas, o ir contra la Estación de Navacerrada, porque el ir contra Madrid no puede faltar. Su protección de la infancia y la juventud, en abandonarla ante sus problemas reales mientras se va buscando la legalización de la marihuana, un destrozo en tantos países. Su política de vivienda, en favorecer la ocupación, prohibir las golden visas e intervenir los precios, y así hacer más daño a grandes capitales como Madrid».

Estas declaraciones muestran muchos elementos del trumpismo. La posición de que todo lo que hace el gobierno de Sánchez es para ir en contra de Madrid es un ejemplo del «nosotros contra ellos» y, sobre todo, es un ejercicio de victimismo nacionalista tan propio de los movimientos independentistas catalanes y vascos, a los que, por cierto, Ayuso desprecia.

Isabel Díaz Ayuso ha vuelto a dar hoy una lección de incoherencia, sectarismo, manipulación, trumpismo y de cómo perder la razón cuando, en determinados mensajes, la tiene de su parte. En ocasiones tiene tal incontinencia verbal y de tendencia a venirse arriba que es absolutamente incontrolable por parte de sus asesores de comunicación. La cuestión es que tiene a su público que, precisamente, es lo que espera de ella.

Lo que no se da cuenta la presidenta de la Comunidad de Madrid es que es igual que Pedro Sánchez en muchos aspectos. Los dos son igual de populistas, los dos son reyes de la manipulación y de la mentira, los dos sustentan su estrategia política en la propaganda y no en la gestión responsable. En resumen, tanto Sánchez como Ayuso no se diferencian mucho a Donald Trump.

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