Madrid vivió este domingo una de las jornadas más tensas de los últimos años. La última etapa de la Vuelta Ciclista a España fue suspendida tras las masivas protestas propalestinas que bloquearon el recorrido y obligaron a la organización a modificar el trazado y, finalmente, a cancelar la llegada a la capital. Lo que para miles de ciudadanos fue un gesto de dignidad y solidaridad con el pueblo palestino, para Isabel Díaz Ayuso se convirtió en la excusa perfecta para criminalizar a los manifestantes, atacar al Gobierno y blanquear a Israel, responsable de una ofensiva militar que ya ha dejado más de 64.000 muertos en Gaza, entre ellos 17.000 niños y niñas, además de 21.000 menores heridos y mutilados.
Hoy, Ayuso ha ido a mostrar su apoyo al equipo sionista de Israel en la Vuelta. Otra imagen de la vergüenza. pic.twitter.com/iM1SC7ryS7
— Fonsi Loaiza (@FonsiLoaiza) September 14, 2025
Lejos de empatizar con quienes exigían el fin de la masacre, la presidenta madrileña se dejó fotografiar sonriente con los integrantes del equipo Israel-Premier Tech, en el coche del director de la Vuelta, mientras en las calles se cargaba contra los manifestantes. Una imagen que, para muchos, pasará a la historia como símbolo de la desconexión de Ayuso con el sentir mayoritario de la sociedad madrileña y española.
“Madrid parecía un Sarajevo en guerra”
En una entrevista en esRadio, Ayuso no solo no condenó la represión de las protestas, sino que aprovechó para arremeter contra el Gobierno de Pedro Sánchez, al que acusó de “dar una imagen de Sarajevo en guerra” y de convertir Madrid en un lugar “donde se persigue a los judíos”. “Muchos turistas tuvieron que salir corriendo por las calles de Madrid, algunos habrán perdido sus aviones”, lamentó la presidenta, que insistió en que la capital parecía “un desastre” y un lugar “inseguro”.
Si cuando tu pueblo protesta contra un genocidio lo único que se te ocurre es ir a apoyar al equipo del país genocida, tienes un problema. Quedará para la historia. pic.twitter.com/sLX48ZTgym
— Alán Barroso (@AlanBarrosoA) September 14, 2025
Sus palabras han sido recibidas como un insulto a la inteligencia de los madrileños. Comparar una protesta pacífica contra un genocidio con un escenario de guerra, y convertir la denuncia de crímenes de lesa humanidad en antisemitismo, es una manipulación peligrosa que solo busca silenciar la disidencia y sembrar miedo.
Urtasun y Asens desmontan el relato del PP
El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, salió al paso de las acusaciones del PP: “Las manifestaciones fueron un éxito, mandaron un mensaje al mundo de que la sociedad española no tolera que en eventos deportivos y culturales se blanquee el genocidio”. Urtasun denunció que el PP “se autoexcluye del gran consenso en torno a Palestina” y criticó su silencio sobre la exclusión de Rusia de eventos internacionales tras la invasión de Ucrania.
Por su parte, Jaume Asens, eurodiputado de Comuns, fue aún más contundente: “La libertad no es ir de cañas, como dice Ayuso. La libertad requiere recordar que los derechos se defienden”. Asens celebró que la sociedad civil lograra frenar la llegada de la Vuelta a la capital, y denunció la “degradación moral” de las instituciones occidentales por seguir enviando armas a Israel mientras este “arrasaba Gaza” y desplazaba forzosamente a más de 900.000 personas solo en Ciudad de Gaza, dejándolas sin refugio ni acceso a alimentos.
El PP convierte la solidaridad en delito
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, acusó directamente a Pedro Sánchez de ser responsable de los “actos de violencia que podrían avergonzar a cualquier país” y de “poner en riesgo la vida de las personas”. El secretario general del partido, Miguel Tellado, fue más allá y afirmó que el presidente “utiliza la causa palestina para tapar la corrupción que le acorrala”.
Este discurso, repetido como un mantra por Ayuso y sus portavoces en la Asamblea de Madrid, convierte a los manifestantes en enemigos del Estado, los equipara con terroristas y blanquea la masacre de Gaza. Para la presidenta madrileña, la vida de los ciclistas parece tener más valor que la de los 64.000 civiles palestinos asesinados, de los que al menos el 70 % son mujeres y menores de edad.
La imagen de la vergüenza
Mientras las calles de Madrid clamaban “no en nuestro nombre”, Ayuso posaba sonriente junto al equipo israelí. El politólogo Alan Barroso lo resumió en X: “Si cuando tu pueblo protesta contra un genocidio lo único que se te ocurre es ir a apoyar al equipo del país genocida, tienes un problema. Quedará para la historia”.
Lejos de rectificar, Ayuso redobló sus ataques, acusó al presidente del Gobierno de “lanzar fuego” y calificó las protestas de atentado “contra el deporte, contra la libertad y contra España”. Su actitud revela una visión profundamente reaccionaria: no hay lugar para el disenso, quien protesta es un enemigo, y apoyar al agresor es un acto de “defensa de la civilización”.
Polémica en RTVE por las palabras de Pedro Delgado durante la Vuelta
Durante la retransmisión de la Vuelta en la televisión pública, el exciclista y comentarista Pedro Delgado sorprendió con unas declaraciones que han generado controversia. "No entiendo cómo hay partidos políticos que están fomentando esta violencia para intentar separarnos. Nos usan y nos manipulan para sus fines, poniendo en peligro, en este caso, a los ciclistas", afirmó en directo.
Sus palabras han sido duramente criticadas en redes sociales, donde numerosos usuarios consideran inaceptable que en una televisión pública se emitan mensajes que parecen señalar a partidos políticos como responsables de las protestas. Para muchos, RTVE debería mantener la neutralidad en sus retransmisiones deportivas.
Pedro Delgado: "Es indignante".
— Natalio Blanco (@blanconatalio) September 14, 2025
Sí, es indignante...
Empezando por oírte.#VueltaRTVE14S pic.twitter.com/D8fmJp1zeu
Un espejo de su política
El desprecio de Ayuso por las víctimas de Gaza no es un hecho aislado, sino parte de una forma de hacer política basada en el enfrentamiento, el populismo y el revisionismo histórico. Como cuando defiende que el novio acusado de fraude fiscal es víctima de una conspiración, o cuando elogia a Florida como modelo a seguir, la presidenta madrileña no duda en utilizar la mentira y la hipérbole para justificar lo injustificable.
Su discurso no busca unir, sino dividir. Y lo hace en un momento en que la sociedad española ha demostrado estar del lado de los derechos humanos. La multitud que salió a las calles de Madrid no lo hizo por sectarismo, sino para exigir el fin de un genocidio retransmitido en directo.
Madrid no es cómplice
Como señaló Óscar López, ministro y líder del PSOE-M, “que el pueblo de Madrid se manifieste contra un genocidio no perjudica la imagen de España. Al revés. Habla muy bien del pueblo de Madrid”. Esa es la imagen que debería quedar de este fin de semana: la de una ciudadanía consciente, que se niega a mirar hacia otro lado mientras se comete una masacre.

Frente a ello, la foto de Ayuso con el equipo israelí pasará a la historia como símbolo de vergüenza. No de la ciudad, sino de una presidenta que eligió ponerse del lado de los verdugos.