Ayuso convierte las Matemáticas en propaganda: precariza a los docentes y pone en riesgo la educación

El llamado “Plan de Rescate” no refuerza el sistema educativo: lo abarata, lo improvisa y lo convierte en un escaparate mediático mientras se ignoran las verdaderas soluciones

15 de Septiembre de 2025
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Ayuso en el inicio del curso escolar 2025 -26
Ayuso en el inicio del curso escolar 2025 -26

El nuevo anuncio de Isabel Díaz Ayuso sobre su denominado “Plan de Rescate de Matemáticas” ha encendido todas las alarmas entre sindicatos, oposición y comunidad educativa. Lo que la presidenta presenta como una solución innovadora para mejorar el nivel de los estudiantes y cubrir la falta de profesorado es, en realidad, una maniobra que precariza aún más la enseñanza y degrada la profesión docente.

Lejos de ofrecer una estrategia seria para dignificar el trabajo de los profesores y garantizar su estabilidad, Ayuso propone que estudiantes de tercero de Matemáticas o Ingeniería entren a las aulas para suplir la escasez de profesionales habilitados. El plan, que se complementa con medidas cosméticas como “diez minutos de cálculo mental” diarios en Infantil y Primaria, ha sido calificado de “ocurrencia” por quienes trabajan cada día en el sistema educativo.

Un desprecio al profesorado

Desde UGT Servicios Públicos de Madrid lo han dicho sin rodeos: esta medida desprofesionaliza la docencia y falta al respeto al personal que sostiene la educación pública. La enseñanza de las Matemáticas requiere preparación pedagógica, algo que no se resuelve con estudiantes sin experiencia ni formación didáctica.

Los sindicatos recuerdan que en la Comunidad de Madrid hay largas listas de candidatos que han superado procesos selectivos, pero que las trabas en el sistema de oposiciones y la falta de plazas impiden que accedan a un puesto estable. “La señora Ayuso prefiere improvisar y abrir la puerta a personal sin cualificación antes que convocar oposiciones suficientes o mejorar las condiciones laborales”, denuncian.

Manuela Bergerot, portavoz de Más Madrid, ha recordado que los salarios de los profesores en la región no se actualizan desde 2008: “Están trabajando en condiciones indignas, así que lo que tiene que hacer la señora Ayuso es adecuarles su salario a la gran labor que realizan”.

Entre el populismo y la ilegalidad

El plan presentado por la presidenta no solo es polémico; es también difícilmente viable. La legislación estatal establece que solo pueden impartir clases quienes cuenten con la titulación y habilitación correspondientes —grado de Maestro o máster de profesorado—. La propia Comunidad de Madrid reconoce que tendría que pedir al Gobierno central una modificación legal para poder llevarlo a cabo.

Desde el Ministerio de Educación han comparado la propuesta con “permitir que un estudiante de tercero de Medicina opere a un paciente porque no hay suficientes médicos”. Para el ministerio, el resultado de esta iniciativa sería “una merma en la calidad de la enseñanza y del aprendizaje”.

Una cortina de humo

La oposición considera que este anuncio es una maniobra para desviar la atención de los problemas reales de la educación madrileña: ratios insostenibles, falta de recursos en los centros y un déficit de profesorado provocado por años de recortes. Esteban Álvarez, portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, ha sido contundente: “El problema es la arrogancia y la ignorancia de Ayuso. Cada vez que habla de educación demuestra que desconoce el sistema y que le importa muy poco”.

El propio Álvarez subraya que estas medidas aparecen justo en vísperas del Debate sobre el Estado de la Región, lo que confirma que la presidenta utiliza la educación como herramienta de propaganda política en lugar de ofrecer soluciones de fondo.

Ideología disfrazada de pedagogía

Ayuso ha querido cargar contra lo que llama “recetas ideológicas”, ridiculizando la inclusión de perspectiva de género en las Matemáticas, una medida que los expertos consideran necesaria para reducir la brecha de género en las carreras científicas. Con esta estrategia, la presidenta convierte un problema pedagógico real —la falta de referentes y la expulsión de niñas y adolescentes de las ramas STEM— en una batalla cultural para su electorado.

Al centrar el debate en aritmética frente a ideología, la presidenta desvía la discusión de lo que de verdad importa: plantillas estables, incentivos para atraer talento a la docencia y recursos suficientes para garantizar que ningún alumno se quede atrás.

Más humo que soluciones

El famoso cálculo mental diario o las guías de repaso son medidas de escaparate que no abordan las causas del déficit en Matemáticas: saturación de aulas, falta de apoyo en la diversidad del alumnado y ausencia de recursos tecnológicos y humanos. El plan de Ayuso es, en palabras de UGT, “un parche improvisado que genera inseguridad en las aulas”.

La educación pública no necesita parches ni titulares grandilocuentes, sino inversión sostenida, condiciones laborales dignas y un plan estratégico a largo plazo. Sin ello, la Comunidad de Madrid seguirá repitiendo los mismos errores y condenando a sus estudiantes a una formación cada vez más empobrecida.

Un ataque al estado del bienestar

Lo que subyace en este tipo de políticas es un modelo que concibe la educación pública como un gasto prescindible y no como una inversión de futuro. Ayuso ha convertido la gestión educativa en un instrumento de confrontación ideológica, despreciando la profesionalidad de los docentes y enviando un mensaje claro: la educación de calidad es un privilegio y no un derecho.

Si la presidenta quiere de verdad “rescatar” las Matemáticas, debería empezar por rescatar la dignidad del profesorado, mejorar los procesos de selección, aumentar las plantillas y dotar de recursos a los centros. Todo lo demás es ruido.

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