La Asamblea de Madrid se ha convertido, una vez más, en el escenario de un tenso enfrentamiento protagonizado por Isabel Díaz Ayuso. Esta vez, el blanco de sus ataques no ha sido otro que Begoña Gómez, la esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. En una intervención cargada de dureza, la presidenta madrileña no solo arremetió contra la Universidad Complutense de Madrid (UCM), donde Gómez ha desarrollado parte de su carrera profesional, sino que también lanzó un ataque directo al PSOE, al que no dudó en calificar como un "partido estalinista".
El pleno de la Asamblea, dirigido de manera inusual por Ana Millán, investigada por prevaricación administrativa, y en ausencia del presidente de la Cámara, Enrique Ossorio, fue testigo de un espectáculo que, más allá de las polémicas, evidencia la estrategia de Ayuso: mantener el foco en las controversias que afectan a la primera dama, mientras obvia las sombras que empañan su propio historial académico. Este debate sobre la transparencia y el uso de las instituciones públicas ha expuesto una vez más las divisiones políticas en Madrid, en una batalla que parece no tener fin.
La UCM en el ojo del huracán
La Universidad Complutense ha sido el centro de atención mediática en las últimas semanas, en gran parte debido a la convocatoria de Begoña Gómez para declarar ante la comisión de investigación impulsada por el Partido Popular en el Parlamento regional. Ayuso aprovechó la ocasión para cargar con dureza contra la esposa del presidente, denunciando supuestos "chanchullos" y "tratos de favor" que, en su opinión, han degradado la universidad pública.
"Han montado en La Moncloa el Funrising Sosteneibol África Center", espetó Ayuso, con su característico tono irónico, aludiendo a la cátedra que Gómez codirige en la UCM. "Se han convertido en un partido estalinista", añadió, acusando al PSOE de defender a la esposa del presidente sin cuestionarla. Para Ayuso, el verdadero problema es la falta de crítica interna dentro del partido socialista, lo que, según ella, ha permitido la creación de una red de influencias en la universidad pública.
La presidenta de Madrid insistió en que el PP no dejará de investigar los "chanchullos" relacionados con Begoña Gómez, mientras hacía alarde de su mayoría absoluta en la Cámara para llevar adelante la comisión. En medio de las críticas a Gómez, Ayuso también cargó contra la Complutense, asegurando que la universidad "ha sido degradada una y otra vez" bajo la influencia del Gobierno central. Sus palabras resonaron en el hemiciclo, y una vez más, Ayuso dejó claro que su estrategia pasa por convertir a Begoña Gómez en un símbolo de los supuestos abusos de poder del PSOE.
La doble vara de medir
Lo que resulta más paradójico de las declaraciones de Ayuso es su negativa a ofrecer explicaciones sobre su propio historial académico, cuestionado por varios medios en los últimos años. A pesar de los numerosos reportajes que han sacado a la luz inconsistencias en su currículum, la presidenta ha eludido aclaraciones, centrando su discurso en la necesidad de investigar a Gómez. Esta contradicción ha sido señalada por el PSOE y otros partidos de la oposición, que critican la falta de transparencia de la presidenta madrileña.
El portavoz del PSOE en la Asamblea, Juan Lobato, no dudó en recordarle a Ayuso la realidad de la universidad pública en la Comunidad de Madrid, denunciando los recortes en financiación y el avance imparable de las universidades privadas en detrimento de las públicas. Lobato acusó al Gobierno regional de estar "expulsando a la clase media" de la universidad pública, ya que los costes de acceso han aumentado de forma alarmante, y muchos estudiantes se ven obligados a endeudarse para poder estudiar. "Lo que ustedes defienden no es libertad, es lo contrario", señaló con dureza.
Lobato también aprovechó la ocasión para preguntar a Ayuso si considera que la universidad pública es realmente una prioridad para su Gobierno. Una cuestión que la presidenta evitó responder directamente, prefiriendo continuar con sus ataques contra la cátedra dirigida por Begoña Gómez. Este enfoque, que algunos califican como una táctica de distracción, no ha hecho más que agrandar la distancia entre Ayuso y los problemas estructurales que enfrenta la educación pública en la región.
¿Vendetta personal?
La polémica en torno a Begoña Gómez parece haberse convertido en una cuestión personal para la presidenta madrileña, quien no pierde oportunidad de recordar la presencia de la primera dama en la Universidad Complutense. Sin embargo, esta estrategia tiene sus riesgos.
El énfasis en atacar a la esposa del presidente podría interpretarse como una distracción de los problemas internos de la Comunidad de Madrid, especialmente en áreas sensibles como la educación y la sanidad pública. Las críticas a la Complutense, aunque puedan resonar entre los seguidores más fieles de Ayuso, no ocultan las deficiencias en el sistema educativo de Madrid, que enfrenta desafíos importantes como la falta de financiación y el creciente poder de las universidades privadas.
Un pleno marcado por el ruido y las polémicas
El pleno de la Asamblea de Madrid de este jueves no solo estuvo marcado por el enfrentamiento entre Ayuso y Lobato. Rocío Monasterio, antigua líder de Vox en Madrid, también tuvo su momento de protagonismo, aunque esta vez decidió adoptar un tono más conciliador tras su cese como cabeza de lista del partido. Monasterio, que ha sido una aliada clave para Ayuso en el pasado, ahora se enfrenta a un futuro incierto dentro de su formación, lo que añade un nuevo elemento de tensión a la política madrileña.
Mientras tanto, Ayuso sigue consolidando su posición en la Asamblea, donde su mayoría absoluta le permite controlar el relato político sin grandes obstáculos. Sin embargo, las sombras sobre su historial académico y las crecientes críticas por su gestión de los servicios públicos podrían poner en riesgo su imagen a largo plazo.