Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, vuelve a generar polemica y malestar con sus declaraciones en las que afirmó que: "ETA está más fuerte que nunca", a pesar de que la banda terrorista cesó su actividad en 2011 y se disolvió oficialmente en 2018. Sus palabras, pronunciadas en un acto organizado por la Cámara de Comercio de Estados Unidos (AmChamSpain), han provocado una ola de críticas tanto en redes sociales como en el ámbito político, donde muchos se preguntan si la presidenta madrileña está utilizando el terrorismo como arma política para deslegitimar al gobierno central y a sus socios.
Manipulación política de un dolor histórico
Las declaraciones de Ayuso, que ha ligado al gobierno actual con el entorno de ETA y Bildu, no solo son un grave error desde el punto de vista factual, sino también una muestra preocupante de cómo se manipula el dolor de miles de víctimas para obtener rédito político. El hecho de que ETA ya no exista no parece ser relevante para la presidenta, que utiliza este tema para criticar a un gobierno que, según ella, "trabaja para Bildu". En una sociedad que ha sufrido décadas de terrorismo y que busca, aunque con dificultades, avanzar hacia una reconciliación, el uso irresponsable de este tipo de afirmaciones pone en peligro ese frágil proceso.
Es importante destacar que el Partido Popular, bajo cuyos gobiernos se dieron algunos de los pasos más importantes para acabar con ETA, no había caído tan bajo en la manipulación de este tema hasta la llegada de Ayuso. Su insistencia en revivir fantasmas del pasado demuestra una falta de respeto tanto hacia las víctimas como hacia la sociedad española en su conjunto, que lleva años tratando de cerrar esa dolorosa etapa.
El fin de ETA y la persistencia del relato del miedo
La realidad es clara: ETA cesó su actividad armada en 2011, después de décadas de violencia que dejó a más de 800 víctimas mortales y un profundo trauma en la sociedad española. En 2018, la banda anunció su disolución definitiva, reconociendo los errores cometidos y pidiendo perdón, aunque de manera insuficiente, para muchos. Sin embargo, Ayuso insiste en que "ETA está más fuerte que nunca", una afirmación que no solo es falsa, sino que también perpetúa el relato del miedo y la división en la sociedad española.
Resulta evidente que, para algunos sectores del Partido Popular, la desaparición de ETA como organización terrorista no es suficiente. A través de discursos como el de Ayuso, se sigue utilizando a ETA como una especie de ente invisible que sigue acechando, a pesar de que la realidad es muy distinta. Este tipo de retórica no solo genera confusión, sino que también alimenta el resentimiento y la polarización en un momento en el que España necesita avanzar hacia la unidad y la reconciliación.
Un discurso incendiario en un contexto político complicado
El contexto en el que Ayuso pronunció estas palabras tampoco es casual. En plena batalla política contra el gobierno central, y ante la creciente influencia de partidos como Bildu en el escenario político vasco y nacional, la presidenta de Madrid ha optado por una estrategia de confrontación directa. Sin embargo, su discurso ha cruzado una línea peligrosa. La afirmación de que "el gobierno trabaja para Bildu" es una acusación grave que carece de pruebas y que solo sirve para aumentar la tensión entre las distintas fuerzas políticas.
Bildu, como partido político, ha sido objeto de críticas por su pasado vinculado al entorno de ETA, pero desde su legalización ha formado parte del juego democrático, cumpliendo con las reglas del sistema. Equiparar a Bildu con ETA es una simplificación que Ayuso utiliza para agitar las aguas políticas y movilizar a su electorado más conservador, pero que no contribuye en absoluto al debate democrático ni al progreso del país.
Críticas y respuestas en redes sociales
Como era de esperar, las redes sociales no tardaron en reaccionar a las palabras de Ayuso. Numerosos usuarios señalaron la "mediocridad intelectual" de sus afirmaciones, criticando su falta de rigor y su uso irresponsable de un tema tan delicado como el terrorismo. "Ayuso acaba de soltar que 'ETA está más fuerte que nunca'. Y se queda tan ancha. La mediocridad intelectual de esta gente es alarmante", escribió un usuario en Twitter, resumiendo el sentir de muchos.
No es la primera vez que Ayuso utiliza un discurso incendiario para captar la atención mediática. Sin embargo, en esta ocasión, su estrategia ha sido percibida por muchos como una falta de respeto hacia las víctimas del terrorismo y como una instrumentalización política de un dolor colectivo que debería quedar fuera del juego partidista.
El peligro de la polarización
El uso del terrorismo como arma política no solo es irresponsable, sino también peligroso. La polarización que generan discursos como el de Ayuso amenaza con reabrir heridas que, aunque aún no cicatrizadas del todo, habían empezado a cerrarse. España ha avanzado mucho desde los tiempos en los que ETA aterrorizaba al país, pero el discurso de Ayuso parece querer devolvernos a esa época oscura.
La política debe ser el espacio en el que se construyen soluciones, no en el que se reviven fantasmas para dividir. Las palabras de Ayuso, lejos de aportar algo positivo al debate, solo sirven para aumentar la desconfianza y el odio entre distintos sectores de la sociedad. Esto es especialmente preocupante en un contexto en el que la política española ya está profundamente polarizada y en el que la convivencia pacífica entre distintas sensibilidades políticas es más necesaria que nunca.
Ayuso, ETA y la política del miedo
Isabel Díaz Ayuso ha demostrado una vez más que no tiene reparos en utilizar los temas más sensibles y dolorosos para atacar a sus adversarios políticos. Al afirmar que "ETA está más fuerte que nunca", no solo falta a la verdad, sino que también demuestra una profunda irresponsabilidad política. En un momento en el que España necesita mirar hacia el futuro y trabajar en la reconciliación, Ayuso opta por avivar el miedo y la división.
El terrorismo de ETA es parte del pasado, pero el dolor que dejó sigue presente. Es responsabilidad de los políticos gestionar ese legado con cuidado y respeto, no utilizarlo como arma arrojadiza en la batalla política. Las palabras de Ayuso son un recordatorio de los peligros que entraña la política del miedo y de la importancia de mantener el terrorismo fuera del juego partidista.