¿Puede un movimiento comunista alabar a Donald Trump y defender una agenda antiimperialista? La respuesta es sí, y lleva por nombre MAGA Communists. Este grupo, que combina ideologías aparentemente opuestas, está ganando notoriedad gracias a un discurso provocador, memes incendiarios y un posicionamiento político que rompe todos los esquemas tradicionales. Aunque minoritario y principalmente activo en redes sociales, este fenómeno merece un análisis profundo por su capacidad de resonar en un sector peculiar de la sociedad estadounidense.
¿Qué son los MAGA Communists?
Los MAGA Communists, también conocidos como Comunistas MAGA, son una corriente que mezcla el eslogan "Make America Great Again" (Haz América grande otra vez) con principios marxistas-leninistas. Este movimiento, que inicialmente podría parecer una broma de internet, busca reinterpretar el mensaje populista de Trump para atraer a la clase trabajadora estadounidense hacia una agenda comunista y antiimperialista.
A pesar de su lealtad a Trump, los MAGA Communists critican abiertamente aspectos de su administración y abogan por medidas que contrastan con el ideario tradicional del expresidente, como un sistema de bienestar estatal robusto. Según sus seguidores, el uso de la figura de Trump es una herramienta estratégica para captar militancia obrera y desplazarla del capitalismo hacia un modelo socialista.
Las contradicciones que definen al movimiento
El discurso de los MAGA Communists está plagado de contradicciones. Por un lado, apoyan a Trump, un líder conocido por su retórica anticomunista, y al mismo tiempo defienden la redistribución de la riqueza y critican el imperialismo estadounidense. En su visión, Rusia y China representan ejemplos de resistencia al poderío occidental, mientras que desprecian las intervenciones de EE. UU. en Ucrania o Taiwán.
Además, el movimiento rechaza abiertamente las corrientes progresistas como el feminismo, el ecologismo y los derechos LGTBIQ+, posicionándose como una suerte de contracultura política que combina iconografía comunista con un mensaje antiwoke y antifeminista. Este cóctel ideológico les ha granjeado tanto admiradores como detractores, dentro y fuera de los círculos radicales.
Inspiradores y líderes del movimiento
Entre las figuras más destacadas del movimiento se encuentra Jackson Hinkle, un antiguo seguidor de Bernie Sanders que, tras las primarias demócratas de 2020, cambió drásticamente de postura política. Hinkle, que en su juventud defendía causas ecologistas, hoy se define como “marxista-leninista, profamilia, proarmas y procombustibles fósiles”.
Hinkle ha sido entrevistado por figuras como Tucker Carlson y ha ganado notoriedad en redes sociales, especialmente tras la compra de Twitter por Elon Musk. En sus publicaciones, combina alabanzas a líderes como Vladimir Putin y Kim Jong-un con críticas al "Estado profundo" y al intervencionismo militar estadounidense.
Otro de los referentes intelectuales del movimiento es Aleksandr Dugin, ideólogo cercano a Putin, quien ha sido elogiado por los MAGA Communists como un defensor del antiimperialismo, aunque sus declaraciones públicas a menudo contradicen esta etiqueta.
El impacto de la guerra de Gaza y el auge en redes
El conflicto en Gaza y la creciente polarización en las plataformas sociales han dado un nuevo impulso al movimiento. La postura de los MAGA Communists, abiertamente pro Palestina y crítica con el apoyo de EE. UU. a Israel, les ha permitido ganar visibilidad en un contexto internacional marcado por tensiones geopolíticas.
El algoritmo de Twitter, ahora gestionado por Musk, también ha jugado un papel clave en la amplificación de sus mensajes. Publicaciones polémicas y memes virales han conseguido situar el discurso de los MAGA Communists en el radar mediático, aunque sea como objeto de burla o crítica.
El objetivo último de los MAGA Communists es ambicioso: movilizar a la clase trabajadora estadounidense hacia un modelo comunista mediante el aprovechamiento del descontento popular con el sistema capitalista. Sin embargo, su enfoque plantea serios retos de coherencia ideológica y viabilidad política.
Por un lado, su alianza con Trump aliena a sectores progresistas que podrían estar interesados en una agenda antiimperialista. Por otro, su retórica contra los movimientos sociales progresistas limita su alcance a audiencias más amplias.
Además, su dependencia de plataformas digitales y su carácter minoritario dificultan su transición de un fenómeno de internet a una fuerza política tangible. Sin embargo, como señala el investigador Alexander Reid Ross, "aunque marginal, el movimiento MAGA Communists refleja una tendencia más amplia de convergencia entre extremos ideológicos que merece ser monitoreada".
¿Un movimiento con futuro?
A pesar de sus aparentes contradicciones, los MAGA Communists representan una respuesta a la creciente polarización política en Estados Unidos. Su combinación de populismo, antiimperialismo y retórica incendiaria les ha permitido destacar en un panorama mediático saturado de extremismos.
Si bien es improbable que el movimiento se convierta en una fuerza política dominante, su capacidad de influir en el discurso público y polarizar aún más a la sociedad estadounidense no debe subestimarse. Como ocurre con otros fenómenos nacidos en internet, su impacto podría residir más en su capacidad para desestabilizar y cuestionar narrativas establecidas que en lograr sus objetivos políticos.
Por ahora, los MAGA Communists son un recordatorio de que, en un mundo cada vez más interconectado y polarizado, las alianzas más improbables pueden surgir en los lugares más inesperados.