El director de Rodalies de Cataluña, Antonio Carmona, expresó este lunes su impotencia ante los continuos problemas que enfrenta el servicio ferroviario, en particular, las recientes afectaciones en las líneas R1, R3, R4 Nord, R4 Sud y R7, todas causadas por un robo de cobre durante la noche del domingo. Este incidente no solo complicó la circulación de los trenes, sino que también coincidió con una jornada electoral, intensificando la frustración tanto de trabajadores, como de ciudadanos.
El robo, que tuvo lugar en Montcada Bifurcació, afectó gravemente el sistema de electrificación y provocó que ningún tren pudiera llegar a Barcelona durante la mañana, creando un caos en el transporte y una notable reducción en la frecuencia de los trenes. A pesar de los esfuerzos de los trabajadores de Adif, que trabajaron toda la noche, el servicio no se pudo restablecer completamente, y el transporte alternativo en autobús se implementó para “sacar a la gente” de las estaciones más afectadas.
Ante la situación, el secretario de Movilidad de la Generalitat, Marc Sanglas, se reunió con representantes de Renfe, Adif y el Ayuntamiento de Barcelona para discutir la situación, calificando las medidas propuestas por las compañías ferroviarias para reforzar las líneas afectadas como insuficientes. Además, Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) aumentó la cantidad de trenes en la red de metro y adelantó la hora punta para facilitar la movilidad.
Carmona destacó la frecuencia con la que ocurren estos robos, mencionando que ya se han registrado 46 incidentes de robo de cobre solo en este año. Estos robos no solo representan un coste económico significativo para el sistema ferroviario, sino que también ponen en peligro la seguridad y eficiencia del servicio, afectando directamente a miles de personas diariamente.
Este no es un problema nuevo para Cataluña; la gestión de la red ferroviaria ha sido un punto de conflicto constante entre la Generalitat y el Estado español, con Cataluña pidiendo reiteradamente el traspaso de competencias en infraestructuras ferroviarias. Las incidencias recurrentes en Rodalies se han convertido en un tema polémico, usándose como argumento político desde Cataluña para criticar la gestión de Madrid.
El impacto de estos problemas en Rodalies va más allá de la inconveniencia diaria, ya que toca directamente el derecho a la movilidad de los ciudadanos y la capacidad de gestionar eficientemente una infraestructura crítica para la economía local y el bienestar de la población. Este incidente subraya la vulnerabilidad del sistema frente a actos de vandalismo y la necesidad urgente de mejorar la seguridad y la gestión de las infraestructuras ferroviarias en la región.
Mientras tanto, el Ministerio de Transportes apunta a que los robos están diseñados para causar el máximo daño posible, complicando aún más los esfuerzos para una solución rápida y efectiva. A medida que las autoridades trabajan para mitigar los efectos y encontrar soluciones duraderas, la población catalana sigue esperando una resolución que ponga fin a la saga de interrupciones y deficiencias que parece no tener fin.