Tras diez subidas consecutivas, el Banco Central Europeo (BCE) ha optado por mantener los tipos de interés en un máximo de 4,5%. Esta decisión viene motivada por la conciencia del supervisor sobre el impacto que estos incrementos están teniendo en la economía de la eurozona. A pesar de la tendencia alcista en los tipos de interés, la inflación se mantuvo en un 4,3% en septiembre, cifra que supera ampliamente el objetivo del 2% establecido por el BCE.
El BCE, en su reunión reciente en Atenas, siguiendo la tradición de celebrar un encuentro anual fuera de Alemania, ha decidido adoptar una postura de espera ante la inflación. La última vez que se reunió en Grecia fue hace 15 años, en medio de una crisis económica.
La inflación descontrolada
La preocupación predominante del BCE en los últimos tiempos ha sido la inflación descontrolada. Sin embargo, hay signos de mejora, ya que la tasa ha bajado nueve décimas desde octubre de 2021. El agresivo aumento de los tipos de interés del 0% en junio de 2022 al 4,5% en septiembre de 2023 parece estar dando sus frutos. Con solo 25 puntos básicos por debajo del máximo registrado en octubre de 2000, el BCE parece estar adoptando una postura más cautelosa.
Aunque en septiembre se insinuó que las subidas podrían estar llegando a su fin, se dejó claro que los tipos se mantendrían altos durante un período prolongado. La presidenta del BCE, Christina Lagarde, enfatizó que todo depende de varios factores, incluida la dinámica internacional, como la guerra en Ucrania y el conflicto entre Israel y Hamás.
Comparativamente, la Reserva Federal ha mantenido los tipos en un rango de entre 5,25% y 5,5%, su nivel más alto desde 2001, tras once aumentos desde marzo de 2022.
Las repercusiones de estas políticas monetarias restrictivas ya se sienten en la economía. El PIB de la eurozona creció solo un 0,1% en el segundo trimestre del año, y el euríbor, el principal índice hipotecario de España, aumentó nuevamente en septiembre.
Las consecuencias para los propietarios de viviendas con hipotecas
Las consecuencias para los propietarios de viviendas son significativas. Un aumento en la tasa del euríbor significa que aquellos con hipotecas variables podrían ver aumentos sustanciales en sus pagos mensuales. El mercado inmobiliario también muestra signos de desaceleración, con una caída en la firma de hipotecas y en las ventas de viviendas.
Ante este panorama, las perspectivas económicas para la zona euro no son alentadoras, con pronósticos de desaceleración y una inflación persistente. Sin embargo, la decisión del BCE de frenar, al menos temporalmente, el aumento de los tipos de interés podría ser un respiro y una señal de esperanza para evitar una recesión inminente.